Prólogo

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4 de octubre

-Señor Cartwright, ella ha muerto.

Es extraño. La vida puede empezar al mismo tiempo en que otra termina ... De un momento a otro, sin darnos cuenta de que mientras que en cierto lugar, en algún hospital, en la sala de maternidad, una nueva vida nace; y en otra parte del mundo, en un quirófano, la llama de otra vida se apaga, para nunca más ser encendida de nuevo...

En la sala de espera, alguien recibe la noticia de que ha muerto la mujer que ama, aquel hombre de alma pura y valiente se convierte en lo opuesto con tal informe. Su corazón se vuelve añicos, todo lo que una vez amo se ha ido para siempre y no pudo hacer nada para evitarlo. No llora, ni lo hará frente a otros, decide ya no sentir sentimientos por nadie más, pues se convence de que eso simplemente le causara una amarga sensación como la que ahora siente, y eso no quiere volver a experimentarlo. 

Mas no sabe que detrás de el un niño pequeño, con tan solo cinco años, también se entera de que ha perdido a su madre y, pronto, también al padre que conocía.

El hombre sin pensar en nada más se dispone a salir de ahí, da una vuelta completa sobre sus talones, con las manos en sus bolsillos y la cabeza cabizbaja, comienza a dar grandes zancadas hasta toparse de frente a aquel niño que cubría con sus manitas su rostro lleno de saladas lágrimas. El ahora viudo contemplo a este y con un suspiro siguió su camino.

-¡Señor Cartwright! Espere, ha olvidado a su hijo.

Exclamo el cirujano de su difunta esposa. Pero el ya no pudo escucharlo, las puertas del elevador en el que iba se estaba cerrado, llevándolo así a la planta baja donde recoge su auto y se va a gran velocidad.

Varias horas después.

En el mismo hospital, una mujer con no más de 50 años vestida con un largo vestido negro llega a recoger al ya olvidado niño que sollozando, en la última banca, se encontraba. El niño alzo la mirada al sentir su presencia y exclamo:

-¡¡Abuela !! Abuela Mare

Conmocionado, el niño de un salto se esconde entre los brazos de su abuela.

-¿Has venido por mí? –Pregunta aún con lágrimas en sus ojos

-Si cariño, ya vine por ti.

-Papi me ha olvidado abue –susurro afligido el pequeño- creo que ya no me quiere –lo último le partió el corazón a la abuela y de inmediato contradijo al niño.

-Eso no es cierto chiquillo –dice haciéndole caricias en su carita- él te ama, y ​​nunca pienses lo contrario.

Unos Días después.

-¿Papá? ¿Dónde estás? 

Ahora el niño ya se encuentra en su muy silencioso hogar, pero hace unas horas que no ve a su padre y decide ir a buscarlo. Recorrió toda la casa y no hubo ni un rastro del Señor Cartwright, hasta que se le ocurre que tal vez podría estar en la pequeña choza que hay en el jardín; el lugar favorito de su madre.

Mientras el niño se acerca al lugar donde se encuentra su padre, algo sucede dentro. Aquel hombre ya no quiere seguir adelante sin su esposa, el cree que no hay nada que lo motive a quedarse en este mundo cruel, y es entonces que decide terminar con su vida.

Pero el universo no conspira a su favor, pues sabe que aún hay algo o alguien que lo obliga a quedarse, su hijo.

Al momento por la ventana el señor visualiza a su hijo y al verlo caminando hacia él, en el frió; sin cuenta alguna de que estar afuera podría causarle un gran daño, lo hace sentirse aún peor, lo hace sentirse un cobarde y un pésimo padre. Eso lo incita a quedarse ya olvidar su plan de suicidio.

-Pa ¿Qué hacías ahí? –Le pregunta el hijo al verlo salir de la pequeña casa- Hace mucho frió, no deberías estar ahí dentro sin fuego que te caliente

-Tú tampoco deberías estar aquí afuera buscándome –le contesta.

-¿Por qué no?

-Porque no, no te metas en mis asuntos y punto.

Ese hombre al que el niño llama padre, no es el mismo de siempre, no come, no duerme, no sonríe y sobre todo no le hace caso. Lo ignora cada que puede y no le cruza la palabra a menos que sea necesario. Con ese comportamiento tiene al niño muy mal, está más delgado, más pálido y con una pena profunda. No entiende lo que le está pasando, es apenas un niño, cree que tal vez si lo abrasa más mejorara, pero el padre apenas si lo deja acercarse a él.

No hay nada más que hacer, ambos están dolidos y preocupados. No hay nadie que los pueda sacar de ese estado, hasta que...

Unos años después aparece la solución, una joven muy linda e inocente se encuentra con el niño Cartwright, que ahora ya un joven guapo y maduro, se interesa mucho en ella y decide dar el primer paso...

Es aquí donde esta historia comienza, su historia.


¿Estas preparada para perderlo todo aquí?

¿Aún te queda algo de estabilidad emocional para seguir leyendo? 

Créeme la necesitaras 

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Recuerden que «El suicidio es una solución permanente a un problema temporal». ¡No lo hagas!

Debo admitir que en el prologo mate dos pájaros de un tiro, porque se cuenta un poco de la historia de dos personajes principales del libro (ya verán más adelante a lo que me refiero). 

Y también lo hice así porque no quiero que odien tanto al padre con lo que se viene  jeje.

El primer capitulo lo publicare pronto. 

Así que nos seguimos leyendo. 

Goodbye 


My Bad Boy © [EN PROCESO] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora