My Bad Boy © [EN PROCESO] ✓

S.1

 Cuando nos conocimos

Todos somos como la Luna brillante, todavía tenemos nuestro lado oscuro.

Nahia Keller 

6 años

A lo seis años me escape de casa, estaba muy enojada con mis padres porque no me dejaron adoptar un perrito color marrón con manchas blancas que había visto en un callejón de la ciudad donde vivía. El perrito dormía en una caja rota y recordaba perfectamente el camino para llegar; por lo que decidí ir a buscarlo yo misma, llevarlo a casa y enfrentar a mis padres para ser feliz por siempre.

Pero claro, la vida nunca sale como lo planeas.

Extrañamente si llegue al lugar, aunque ya no encontré al perro.

Recuerdo que cuando me di cuenta de lo que había hecho me asuste mucho, lloraba y caminaba sola por una ciudad que no conocía bien, buscando un perro desaparecido, lo que empeoro a lo largo de mi recorrido pues empezó a chispear.

Eso es muy cliché, hasta para ti.

Luego de recorrer unas calles que me parecían se extremadamente largas, a pesar de no ser así, me tope con un niño muy peculiar que me llamo la atención de inmediato. Tendría aproximadamente diez años, era alto para su edad, muy delgado, de una tez tan blanca que casi parecía fantasma; vestía de negro de pies a cabeza y llevaba consigo un paraguas del mismo color que lo cubría de la lluvia de aquel día.

-Creo que esta perdida, padre. -murmuro hacia su derecha sin quitarme los ojos de encima. 

Ahí me percate de que había alguien más acompañándolo, gire un poco mi cabeza para poder ver mejor con quien estaba hablando y me encontré con la mirada de un señor de al rededor treinta años.

-Además esta lloviendo muy fuerte y no tiene un paraguas -volvió a mencionar. 

-¿Quienes son ustedes? -temerosa pregunte.

Lo que note en ese momento es que aquel niño llevaba envuelto en una sabana y dentro de su chaqueta, a mi futura mascota. El cual se notaba muy cómodo y calientito. Verlo así por un momento me hizo sentir envidia, tenia envidia a un perro. ¡Que estupidez! 

-¿Ese es mi perro?

-No, es mio, -dijo confundido el niño -yo lo encontré.

-Deberíamos ayudarla ¿No crees? -hablo por primera vez el hombre volteando a ver al que parecía ser su hijo.

-Si, padre.

Dos horas después me hallaba sentada sobre una banca de la estación de policía más cercana al lugar donde fui encontrada, el chico anterior se encontraba a lado mío, con el cachorro entre sus manos. Habían contactado a mis padres y venían ya en camino, mientras esperaba tenia una breve discusión con el chico sobre el porque ese perro era mío y no de el.

-Yo lo vi primero.

-Si, pero yo lo rescate primero.

-Pero -antes de que pudiera seguir hablando el puso su dedo sobre mi boca, haciendo una señal de silencio.

-Shhhh -me calló -no discutas, el que se fue a la villa perdió su silla.

-Así ni siquiera va la frase -le dije quitando su dedo de mi boca.

-Si va así.

-No, eres un mentiroso.

-Y tu eres una niñata de...