4. Oportunidades divertidas.

12 2 1
                                    

Chelsea

Iría caminando a mi punto de encuentro con mi amigo, no estaba tan lejos.

Entré al centro comercial donde nos íbamos a encontrar, según el chico vivía cerca a este lugar.

Éramos casi vecinos y no lo sabía.

No voy a negar que siento miedo, pero llevaba mi celular a la mano por si acaso no lo reconocía.

Miré el celular y recibí un mensaje.

"Ya estoy cerca."  Decía el mensaje junto con la vibración.

Pero no lo reconocía, ni por un lado ni por el otro.

Sentí cierto temor y una preocupación en el pecho, espero no sea una trampa.

–¿Chelsea? –me detengo cuando me llaman por mi nombre, y abro los ojos como platos, asustada.

Inconscientemente, volteo a ver de quién se trata.

–¿Lucas? –lo miré directo a los ojos, verdes, como los míos.

–Él mismo, en carne y hueso. –dice soltando una risa ligera.

Yo reí, y me acerqué para darle un abrazo corto. –Hola, el gusto es mío. –sonreí detrás de él.

Me da un cálido beso en la mejilla. –También el mío, linda.

Nos separamos, y decidimos caminar por todo el centro comercial.

***

Habrán pasado unos veinte minutos, y terminamos sentados en una mesa del Starbucks, yo con un café y el con un frappuccino.

–Y bueno, Chelsea, cuéntame de ti. –dijo y le dio un sorbo a su bebida.

–Pues, no hay mucho que decirte, creo que te dije todo ese día que hablamos. –completé y tomé de mi café.

Él ríe. –Tienes toda la razón bonita, solo que, ¿no seremos hermanos perdidos? Digo, tenemos el mismo color de ojos, tenemos ojos de gato, ojos que enamorarían así de fácil.

Casi escupo mi bebida por reír, pero no lo hice.

–En lo último no concuerdo, aunque lo mismo digo, me parece muy gracioso, hasta en personalidad nos parecemos. –dije y él hace el gesto de chocar palmas conmigo y le correspondo, me agrada.

–¿Qué te parece si vamos a los juegos? –dijo con una sonrisa.

–Por mi normal, pero, vas a perder Lucas. –dije parándome del asiento y riendo.

–Eso lo veremos preciosa. –dijo detrás de mi y caminamos hasta los juegos.

***

–¡Eh! ¡Eso no vale! –dijo él cuando vio que le había ganado en el último juego que nos metimos.

–Acéptalo, Lucas, te gané. –sonreí victoriosa y nos alejamos del juego para que otros más pudiesen jugar.

–Bueno, ya, acepto la derrota, pero, para la próxima tendré mi revancha. –dijo.

–Como quieras, estoy dispuesta a aceptar cualquier reto que me pongas. –alcé mis brazos en señal de asimilación.

–Bueno, ¿en qué uni estarás? Como para ver si nos podemos encontrar después de clases.

–En la Universidad de los Estados del Valle, ¿tú?

Se sorprendió.

–¡Yo también! No será tan malo después de todo. –dijo sonriendo.

–Al parecer no, no te preocupes, aún te cobrarás tu revancha. –dije y reímos.

–Obvio, solo es cuestión de que nos organicemos, y nos veamos en tiempo de receso. –dijo y yo asentí.

–Por mi está bien. –dije y caminamos hasta la salida del centro comercial.

***

Llegamos a la salida y ya era momento de despedirnos, la verdad no quería irme, pasar tiempo con Lucas había sido muy increíble y divertido.

–Bueno, ¿por dónde vives? –pregunta animado.

–Pues mi edificio no está muy lejos de aquí así que camino. –dije y él asiente con la cabeza.

–¿Puedo acompañarte? Mi casa también está cerca de aquí, no le veo problema.

Asiento y empezamos a caminar, ahora hasta a mi casa.

***

The story of my life, I give her hope... –canta animadamente por el camino.

I spend her love until she's broken inside...– le sigo al ritmo de la canción en acapella.

The story of my life. –finalizamos juntos mientras veo que llegamos al edificio.

–Bueno, aquí es donde vivo, –dije y luego me acerqué para abrazarlo –gracias por el día de hoy.

Me corresponde el abrazo, –No hay de qué bonita, gracias a ti –se separó de mí con un beso en la mejilla que acepté.

–Cuídate, nos vemos en la universidad, o tal vez en estos días. –dije mientras entraba a mi edificio.

–Lo mismo digo. –se despide alzando la mano y se aleja caminando.

En definitiva, fue un excelente día con alguien al que puedo llamar amigo.

***

Ya en casa, estaba algo animada como para tocar o cantar algo.

Vi que mis papás no estaban en la casa pero habían dejado una nota.

"Fuimos a comprar algo de comida, te queremos pequeña.

Mamá y papá."

Entré a mi habitación y saqué la guitarra del estuche, hace ya un año que ya la había comprado, y era uno de mis objetos preferidos.

Inspirada, toqué una de las primeras canciones que aprendí.

Me dejé llevar por la melodía que no me había dado cuenta que era la primera vez que tenía una oportunidad para mi.


Crónicas de un Corazón en Proceso de Aprendizaje [Dilogía Aprendices #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora