Capítulo 3: Traición.

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A la mañana siguiente me topo con lo mismo del día anterior, cosa que creo a que me tendría que acostumbrar. Repito la misma rutina de todos los días, de Lunes a Sábado. Salgo subo a mi auto y me dirigo camino al trabajo, para animarme un poco en el camino pongo algo de música, Firework de Katy Perry, necesitaba algo que me animara y que mejor canción que esa. Al llegar al trabajo me llaman de la recepción, me había quedado sin empleo, era de los que iban a quedar sin empleo por eso de la reducción de personal. El día no podía ponerse peor, sólo iban a pagarme lo que había trabajo en el mes, era sólo medio día y ya me encontraba recogiendo mis cosas para nunca volver jamás, debía buscar otro trabajo rápido o si no pronto estaría en la calle. Al terminar de recoger mis cosas las llevo al auto y me retiro del lugar. Cómo no tenía más nada que hacer paso por un restaurante de esos dónde la gente va a relajarse un rato y beber algo, era demasiado para mi cabeza, estaba sin empleo, que cosa podría pasar ahora. Cuándo salgo de allí recuerdo a Xelter y lo que me dijo sobre querer un móvil nuevo, así que paso por una tienda de esas donde venden, creo que se llamaban Apple Store, supuestamente eran los mejores celulares del mundo, quién sabe. Cuándo entro todo estaba muy organizado se veía de calidad todo, allí era donde vendían celulares así que compré el más caro que pude, quería hacer un regalo bastante valioso, para demostrar que por el todo. Así que compré creo que fue un IPhone 13 Pro Máx, eran muy caros para mi gusto, pero era para el amor de mi vida. Iba ya camino a casa, creo que eran las 3 de la tarde, aparco y bajo todas mis cosas del auto, junto con el regalo. Al entrar dejo mis cosas encima de la mesa del comedor, cuándo siento un ruido que venía del cuarto, así que me dirigí hacía allí, mientras más me acercaba podía oir con más claridad, eran gemidos, en ese momento pensé en lo peor, cuándo abrí la puerta vi algo que desearía olvidar, era el, aquel león y Xelter, estaban teniendo sexo, sentí una furia indescriptible, apreté mis puños y hablé firmemente.

Hamilton -¿Que carajos es esto?- Estaba al estallar, ne sentía un idiota, estaba siendo engañado todo este tiempo, todo en mi cara.

Xelter - No, espera, no es lo que piensas, déjame explicartelo.-

Me había dicho aquella tonta frase estúpida, no era lo que yo creía, era lo que veía, y lo que veía era cómo me usaba. Mientras el acto continuaba aquel león se vestía y salía de la casa, no hice nada contra el, mis odios estaban todos dirigidos hacía Xelter.

Hamilton. - Agarras todo lo tuyo y te vas de aquí, no quiero verte otra vez en mi vida, ¡Vete!-

Xelter - Hamilton déjame explicarte, no hagas eso.-

Hamilton - Vete o te voy a sacar de aquí yo a la fuerza.- Le decía gritando mientras sacaba todas sus cosas del closet y las tiraba en la cama junto a una maleta que había debajo de la cama. - Hasta aquí llegó lo nuestro, te vas ahora de la casa.-

El dolor tan grande que sentía era peor que cualquier otro dolor físico, pero no podía dejarme ver así en ese momento.
El sólo agarró todas sus cosas, y antes de irse me vio con una mirada fria e inexpresiva, cómo si  nada de lo que vivimos ubiera importado y se fue de la casa sin decir nada, ahí fue donde me derrumbe, y quedé negado en llanto, sentía mis ojos húmedos y vidriosos, dicen que los hombres no lloran, pero era lo único que tenía para desahogarme y sacar todo lo que tenía dentro, todo iba de mal en peor. Ese día no comí nada después de eso, sólo me acosté en el sofá y me quedé dormido hasta el otro día, no quería ni ver la cama.

Camino a la felicidad | Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora