Capítulo 9. Sorpresa

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Luego de salir de los autos locos van a la noria, desde allí se podía ver todo el parque.

Mike - Desde aquí veo hasta al señor de los churros.-

Hamilton - O si, desde aquí se ve. Estás disfrutando verdad.-

Mike - Y mucho, este día a sido fantástico. ¿Luego que podemos hacer?-

Hamilton - Podemos hacer lo que tu quieras, tu dime y compro todo esto, bueno si pudiera.-

Mike - Aww que lindo.- Lo besa de pico. - Mejor solo disfrutemos de la vista.- De repente el celular de Mike suena, era una llamada de su hermano mayor, así que contesta. - Hola, ¿que pasa Terrence?-

Terrence - Tienes que venir urgente, mamá tuvo un accidente y está en el hospital.-

Mike - ¿Pe... pe... pe-ro como fue todo? Dime qué pasó.-

No sabía nada de lo que estaban hablando, pero por la reacción de Mike y como cambió de carácter sabía que era todo lo contrario a algo positivo.

Terrence - Tu solo ven, mamá te necesita, te necesitamos.-

Mike - Allí estaré, mañana mismo, adiós.- colgaba con algunas lágrimas cayendo de sus ojos, solo miró a Hamilton, lo abrazó de repente y comenzó a llorar.

Hamilton - Pero... ¿qué pasó?- Dije mientras correspondí su abrazo y sobaba su espalda.

Mike - Es mi madre, ella tuvo un accidente y ahora está en el hospital muy mal.- Dice aún abrazado a Hamilton. - Tengo miedo amor, a que le ocurra algo malo, más de lo que acaba de pasar, tengo que viajar, tengo que verla.-

Hamilton - No te preocupes, ahora mismo vamos a preparar todo.- Sabía que esto sería algo más grande para todos, algo malo me veía venir y no de parte de Mike, sinó nuestra relación, pero en ese momento no pensé en algo de eso, pensé en el y como se sentía así que salimos de la feria y fuimos a su casa para que preparar todo.

Hamilton - Mike... siento mucho lo que le pasó a tu madre, en verdad, si necesitas ayuda estoy aquí para ti, te ayudaré en todo, así necesite mover cielo y tierra.-

Mike - Gracias, sin duda alguna eres lo mejor que a podido pasarme.- Lo abraza cálidamente.

Hamilton - Y tu a mi.- Correspondo al abrazo. - Vamos, debemos ir al aeropuerto.- Lo agarré de la mano y caminé con el hasta el auto, de allí fuimos hasta el aeropuerto.

Hamilton - ¿Me vas a llamar?

Mike - Cada noche siempre que pueda.-

Hamilton - Te voy a extrañar mucho.- Tan solo después de eso le di un cálido beso y abrazo, ese tal vez sería la última vez que lo iba a besar, el tan solo pensar en eso me quemaba por dentro, tenía ganas de llorar, pero tenía que ser fuerte por el, no podía hacer que se preocupara o desanimará mas de lo que ya lo estaba.

Mike - Te amo mucho Hamilton...-

Suenan las bocinas del aeropuerto, "atención pasajeros, el vuelo 437 con destino a California va a arribar, favor de todo abordar.

Mike - Bueno, creo que ya debo irme.- Sonrío de una manera forzada, abrazó a Hamilton y se fue con sus orejas bajas.

Hamilton - Adiós.- Dije casi susurrando, mientras veía como se iba alejando de mi poco a poco, hasta que desapareció de mi vista. Me fui de ahí y me dirigí a casa estuve todo el camino llorando, no sé que me afectaba más, el echo de que ya no estuviera a mi lado o de que estaba sufriendo, no dejaba de preguntarme cuando iba a mejorar mi vida realmente, siempre que tenía algo venía y me lo quitaba. Llegué a casa dejé todo a un lado y me tiré en el sofá a "descansar" estuve todo el maldito día pensando en Mike, hasta que me dormí ahí.

Amaneció, sonó mi alarma me preparé para otro día de labor, sin ánimos de siquiera existir, cuando llegué no estaba Martin, era algo raro, el siempre llegaba antes que yo, pero no le presté atención, ya tenía mi problema. A las dos horas de haber comenzado llegó Martin, se veía bastante estresado. Fue al despacho se sentó sin decir una palabra y se puso a su labor, a la hora del almuerzo me asomé y lo vi ahí mirando al monitor, parecía ido del mundo, decidí irme sin decirle nada, parecía que también tenía un mal día, pero antes de irme algo hizo que regresara, sentí como a los segundos comenzó a llorar y le dio un golpe al teclado.

Hamilton - Martin... ¿estás bien amigo?-

Martin - Si, estoy bien, nada de que preocuparse Hamilton, gracias.-

Hamilton - ¿Estás seguro? Tu no eres así, te conozco poco, pero ese no eres tu.-

Martin - Dije que estoy bien, gracias.-

Hamilton - Martin, si necesitas un hombro sobre el cual llorar yo estoy aquí, se que estás mal, vamos, dime, eso ayudara a desahogarte, pero si no quieres no estás obligado.-

Martin - Gracias, no necesito de nada.-

Hamilton - Está bien... creo entonces que mejor me voy.- Simplemente salí de ahí, pero a medio camino volví a oír la voz de Martin decir "espera", por lo que regresé. -¿Si?-

Martin - Si me pasa algo, no estoy bien.-

Hamilton - Si quieres contarle a alguien, yo estoy aquí, no le diré a nadie.- Entré en su cubículos y me senté junto a el. -¿Que pasa?-

Martin - Es que... no se que me pasa, siento que soy lo peor de lo peor, ¿recuerdas aquella vez que te dije que estaba saliendo con alguien?-

Hamilton - Si, fue hace muy poco, ¿qué pasó?-

Martin - Ayer en la noche salí a hacer unas compras y saliendo del súper lo vi... pero no solo, estaba con alguien más, un Husky, creí que solo eran amigos, así que fui a acercarme cuando, ellos se besaron, yo me quedé ahí paralizado, no sabía que acaba de ver, no lo podía creer, ahí fue cuando me vio y yo reaccioné, no recuerdo lo que le dije, pero estaba muy molesto, lo peor fue cuando me contestó, el dijo que, yo era un tonto, que solo se estaba entreteniendo conmigo, me sentí como algo desechable, lo usas y listo, ya no sirve.- Agacha su cabeza en el escritorio y comienza a llorar.

Hamilton - Entiendo eso, se lo que se siente, a mi me lo hicieron.- Le decía tratando de consolarlo, no estaba tampoco muy bien, pero tenía que hacer el intento de ayudarlo. - Ánimos, el no sirve para nada, tu vales demasiado para el, el debería estar así ahora, no tu.- Le decía mientras le sobaba la espalda. - Martin, vamos, seguro que vas a encontrar a alguien que sepa valorarte, eres amigable, buena onda, no eres nada feo, eres perfecto así como eres.-

Martin - ¿En serio piensas eso?- Dice mientras levanta la cabeza de su escritorio y se limpia las lagrimas.

Hamilton - Yo te soy sincero, olvídalo y empieza de cero.-

Martin - Eso intentaré, gracias por escucharme y apoyarme, eres lo mejor del mundo, tu pareja debe ser la más afortunada.-

Hamilton - ... si..., mejor vamos a almorzar, se hace tarde.-

Martin - Gracias Hamilton.-

¡Más Próximamente!

Camino a la felicidad | Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora