¿Cómo le dices a alguien que lo amas si ni siquiera puedes hablar?
Adaptación al Yugkook
Esta obra no es de mi autoría, cuento con el permiso de Junchi95 para poderla adaptar.
Todos los derechos de la obra original pertenecen a ella.
Tiene contenido...
Jungkook continuaba murmurando, Yugyeom ya se había acostumbrado bastante, así que se concentraba en la música que se escuchaba por el único audífono en su oreja, ignorando las miradas extrañas que SeokJin comenzó a dedicarle al otro por el espejo.
No podía esperar menos, luego de más de una hora y media de viaje y que el chico continúe haciendo lo mismo.
A su lado, Yugyeom notó a Jungkook cabecear de sueño, con los ojos pequeños por el mismo.
—¿Quieres dormir?—. Le preguntó el más alto.
Jungkook negó.
—Falta bastante para regresar a Seúl—. Habló Jin, metiéndose en la conversación. —Tienes como una hora para descansar.
Jungkook volvió a negar.
—Sí de-jo de ha-blar... Per-deré—. Se explicó el pelinegro con torpeza, hablaba en tono cansado, como si le hubiera agitado haber dicho unas cuantas palabras juntas. —¿Perder?—. Preguntó el mayor, mirando confundido al chico por el espejo. —Mi voz—. Jungkook parecía preocupado. —No ten-go que de-jar de ha-blar.
SeokJin no sabía que decirle, así que miró a Yugyeom esperando a que a él se le ocurriera algo.
El peliamarillo acarició su cabeza con cariño.
—Bebé—. Lo llamó, Jungkook se volteó hacia él, dejando que su novio acariciara su mejilla. —Sí quieres dormir, duerme. Verás que tú voz va a seguir allí.
Jungkook negó con ganas.
—Si no está, la buscaremos de nuevo, ¿Bien?—. Habló Yugyeom con suavidad, de sólo pensar en eso Jungkook se ruborizó completamente, escondió su rostro entre sus manos, avergonzado de los recuerdos.
Yugyeom no pudo evitar reír por el gesto del chico.
—Ya, tranquilo—. Le habló el más alto de nuevo, acomodó la cabeza de Jungkook sobre su hombro, dejando un beso en su coronilla. —Si quieres dormir, no te preocupes.
Yugyeom tomó la mano de Jungkook, entrelazando sus dedos, dejando caricias con su pulgar sobre el dorso de la mano de su novio.
Jin los miró con ternura, y no pasaron diez minutos en los que Jungkook ya respiraba con tranquilidad, sumido en el mundo de los sueños, apoyado cómodamente en el hombro de Yugyeom.
Varios kilómetros después, el mayor preguntó:
—¿Cómo es eso de que encontrarán su voz de nuevo?
Yugyeom alzó la vista de su celular y miró con cierto pánico a los ojos que lo escrutaban.
—Secreto profesional, lo siento.
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