Capitulo 1. El comienzo de una aventura.

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Guillermo es un secretario en el Limbo, su trabajo trata de decidir quien ha sido buena persona, honesta, amable, caritativa... para llevarlo al Paraíso o si había sido ruin, ilegal, egoísta... llevarlo al Castigo Eterno. Decide esto gracias a los archivos donde pone cuales han sido los actos de cada persona antes de morir. Guillermo al igual que todos sus compañeros del limbo nació en el limbo hijo de ángeles. A los que eran nacidos de ángeles se les daba de hecho por personas que merecían ir al paraíso. Guillermo siempre a sido un hombre alegre y gentil aun que siempre a sido ingenuo y engañarle siempre a sido fácil pero sus amigos Frank y Alex siempre le ayudaron cuando el los necesito. Frank y Alex eran sus dos grandes amigos y compañeros de trabajo. Siempre antes del trabajo se reunían para desayunar el la cafetería y hoy no iba a ser diferente.

Guillermo se despertó como todas las mañanas en su departamento y se dirigió a la cafetería del Limbo donde se encontraría con sus amigos. Pero esta vez algo en su camino le distrajo; visualizo a un hombre fornido que parecía mareado y desorientado, estaba muy mal vestido: no llevaba casi camiseta y los pantalones rasgados y descosidos. Guillermo dedujo que era un recién llegado ya que no tenia alas. Las alas te crecen cuando eres llevado al Paraíso y cuando eres llevado al Castigo te salían otro tipo de alas negras que conjuntaban con unos cuernos. Guillermo se acercó a él para ofrecerle su ayuda.

- ¿Te encuentras bien?- dijo Guillermo posando la mano en el hombro de aquel hombre.

- ¿Que? no se ¿Donde estoy?- aquel hombre al notar el contacto de Guillermo se giro bruscamente confuso y aturdido.

-Tranquilo estas en el Limbo- dijo Guillermo con voz suave y tranquila intentando tranquilizar al hombre.

- ¿En el Limbo? No esto debe ser un sueño.- dijo con una pequeña sonrisa entonces pellizco su mejilla para intentar despertar de lo que a su parecer era un sueño. -Despierta, despierta...- dijo desesperado.

- Tranquilízate, por favor.- dijo esto Guillermo aquel hombre le miro y señalo a su espalda.

-¿Que es eso?- pregunto con incredulidad señalando dos preciosas alas blancas que salían de la espalda de Guillermo.

- Ah, esto.- Guillermo agito sus alas - Son mis alas.- aquel hombre se acerco a sus alas y las acaricio.

-¿Eres un Ángel?- pregunto el hombre.

-Si, podría decirse así. - contesto Guillermo con una sonrisa.

-¿Entonces estoy en el Paraíso?- pregunto el hombre.

- No, esto es el limbo. Aquí se juzga a los recién llegados y los secretarios, como yo, leen el archivo donde esta escrito como os habeis comportado y según como hayas sido les enviamos al Paraíso o al Castigo eterno.-

- ¿Y ahora que hago yo?- pregunto el hombre confundido.

- Ven conmigo a la cafetería tomaremos algo de desayunar y después te llevare al juzgado. Por cierto me llamo Guillermo.-

- Ah vale, yo me llamo Samuel.-

Guillermo guió a Samuel por todo el Limbo hasta llevarlo a la cafetería donde esperaban impacientes sus amigos.

-Guille ¿donde te habías metido?- grito Alex desde una mesa mientras Frank bebía un sorbo de su chocolate caliente.

- Alex, tío. Es que me encontré a Samuel es un recién llegado.- respondió Guillermo mientras se sentaba enfrente de Alex y Frank.- Estos son Frank y Alex- dijo señalando a cada uno y haciendo una seña para que Samuel se sentara a su lado.

-Hola yo soy Samuel. Frank bonito bigote.- dijo haciendo una seña a labio superior, Frank toco su labio y noto que estaba manchado por chocolate del que había sorbido antes.

-Gracias macho.- dijo Frank limpiándose el labio.

-¿Como ha sido?- pregunto Alex curioso.

-¿El que?- dijo Samuel.

-Tu muerte.- aclaro Alex.

-Ah pues...- dijo Samuel mientras se tocaba la nuca .-Creo que tuve un accidente de coche.- dijo esto y hubo un silencio que el mismo rompió. -¿Y vosotros?

-No, nosotros nunca hemos "vivido"- explicaba Frank. -Nosotros nacimos aquí y bueno aquí seguimos.-

-Ah... Lo siento aun sigo en shock.- dijo Samuel agitando la cabeza.

-Tranquilo es normal.- dijo Guillermo posando su mano en la espalda se Samuel con una sonrisa que Samuel correspondió, a estas miradas y sonrisas compartidas se debían sumar las de Alex y Frank que miraban con una sonrisa de picarda a Guillermo.

-¿Que pasa? - pregunto algo molesto Guillermo al darse cuenta de las miradas de sus amigos.

-Nada, nada.- dijo Frank mientras daba otro sorbo a su chocolate.

-Samuel deberías ir al juzgado.- aconsejo Alex.

-Si.- dijo Samuel mientras se levantaba de la silla.

Samuel se alejo de la mesa y una mirada asesina procedente de Guillermo se clavo en Frank y Alex a lo que esto respondieron con unas carcajadas.

Separados por el limbo. [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora