Separados por el limbo. [Wigetta]

Capitulo 9

Guillermo despertó en el suelo del despacho de Borja y pudo divisar que Lana y Alex estaban a su lado, estos le ayudaron a incorporarse.

-¿Que ha pasado?- Guillermo estaba aturdido.

-Estabas muy nervioso y te desplomaste.- dijo Lana, entonces Guillermo recupero toda la memoria.

-¿Donde esta Borja?- Guillermo se levanto de sopetón y al darse la vuelta se encontró a su jefe con la mano en alto.

-Estoy aquí.- Borja bajo la mano y se dirigió a Guillermo.- Sabes, de todos los años que llevo aquí tu has sido y con diferencia el secretario más pesado y agobiante del Limbo.- Guillermo bajo la cabeza. - Y también el mas cabezón, tu creías en Samuel y no paraste hasta demostrarlo. Y eso es lo que se espera de vosotros, hacer justicia.- Guillermo alzo la mirada algo confundido.

-¿Entonces Samuel...?- Guillermo mientras preguntaba esto podía ver como Samuel asomaba por detrás de Borja -¡Samuel!- Guillermo corrió hasta Samuel y lo abrazo lo mas fuerte que pudo y Samuel hizo lo mismo elevándolo haciendo que el secretario no rozara el suelo. Cuando lo volvió a dejar en el suelo Samuel beso apasionada mente a Guillermo mientras todos miraban sorprendidos a la pareja.

-Te amo mi vida.- susurro a su oído y Guillermo le correspondió.

-Yo también te amo. ¿Vendrás a vivir conmigo?-

-Porsupuesto nadie me separara de ti.-

-Bueno, lo siento Samuel, me precipite. Si no fuera por Guillermo seguirías ahí.-Borja interrumpió ese amoroso y dulce dialogo.

-Ya... Supongo que todos merecemos una segunda oportunidad.

*****

-Y así acaba no la historia si no la etapa de la vida de los dos buenos aventurados jóvenes. Por eso mimo no debes rendirte Zeus.- Willy sonrío al ver la cara de fascinación de se pequeño niño.

-¿Y esa historia es de verdad?- el niño reposando en las rodillas de Willy estaba lleno de emoción y dudas.

-Claro que si Zeus.- aclaro Vegetta que reposaba en el marco de la puerta.

-Que guay...- dijo el pequeño entonces este se levanto y recogió una pequeña carta que escribió desde hace tiempo a una niña de su clase que locamente enamorado lo tenia en secreto. - Adiós papi Sami, Adiós papi Guille. ¡Voy a conquistar a Erika! Os quiero.- El pequeño salió corriendo de la casa y tanto Vegetta como Willy quedaron mirándose. Vegetta se sentó al lado de Willy y le susurro:

-Amo esa historia...-

Fin