12; (I just) Died in your arms tonight

278 19 6
                                    

-Sigo buscando algo que no puedo conseguir,
Corazones rotos, están a mi alrededor,
Y no veo una manera más fácil
De salir de esto.
-Cutting Crew

Finn
Cerré la puerta de nuestra casa de golpe, baje las pequeñas escaleras que estaban en la entrada de esta y cerré los ojos al escuchar el fuerte estruendo de la tormenta caer. Levante un poco la mano para poder sentir las pequeñas gotitas cristalinas, suspire y tome el paraguas que se encontraba recargado en la pared de ladrillos de la mansión.

La casa de mis padres se encontraba a cinco minutos de la nuestra, y la de Iris también

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La casa de mis padres se encontraba a cinco minutos de la nuestra, y la de Iris también.
Tenía que ir a hablarle, no la había visto desde aquella noche en la fiesta de Partridge, mi madre me había dicho que Iris por obvias razones se notaba decaída, simplemente les agradeció por todo y que mañana tomaría el siguiente vuelo a medio día para llegar lo antes posible a Vancouver, claro está que esto fue hace dos días atrás.
Corría lo más rápido posible, la tormenta se hacía a un más fuerte, recuerdos siguieron inundando mi mente, recuerdos de cuando caminábamos por estas calles de millonarios cargando todos nuestros libros para ir a "estudiar", el pedirle permiso a sus padres para que pudiéramos ir a casa de Ayla a enseñarle  mis nuevas canciones, el recogerla a su casa para poder ir cada viernes al mismo lugar a bailar en la disco toda la noche con nuestros amigos, el invitarla por un helado los miércoles para simplemente tener una excusa de verla y tener una hora más después de la escuela, o los más frustrante de todo esto, el simple hecho de que nunca pude cumplir el pedir la mano de Iris a sus padres, ya que aquel viernes después de mi penúltimo año de escuela, sería la última vez que vería a Iris, y me arrebatarían esa sensación de estar eufóricamente enamorado.
Lo tenía todo planeado, Enya y Drew me irían a recoger al instituto un par de horas antes para cuando llegara Iris a su casa, ya estuviera todo decorado y simplemente pedirle el que se casara conmigo.
Pero las cosas surgieron de diferente modo, "prepara tus cosas Finn, mañana iremos a Los Ángeles" y fue cuando esa ilusión de mi amor adolescente se esfumó.
Llegue a la Mansión de los Apatow mientras la miraba nostálgicamente, corri rápido a la puerta de la casa, y me seque un poco, sacudí mi camisa roja y cerré mi puño para tocar esa enorme puerta de madera fina, me arrepentí, comencé a retroceder  y negar, supuse que sería inapropiado entrar así como si nada pensando que sus padres ya se habrían enterado de lo qué pasó entre ella y yo.
Observe el enorme y frondoso árbol que se encontraba frente a la ventana de Iris, llegaron recuerdos de un Finn de 15 años cuando se escapaba de casa de sus padres para poder escalar aquel grande árbol  a escondidas para poder verla ya sea unos cuantos minutos en el tejado y ver sus hermosos ojos zafiro junto a su cabello de oro.
Estaba completamente Idiota, utilizaría el viejo modo, iba a escalarlo para subir de una vez hacia su cuarto, no me vendría mal que me partiera un rayo de una vez.
Se escuchaban mis quejidos al escalarlo, era un poco alto. Lleno de tierra, pequeñas ramitas en mis rulos, estando empapado y con leves cortaditas en los brazos, llegue a la rama mas larga y fuerte del árbol, que era la que indicaba hacia el cuarto de La rubia.
Me moví lo más delicado y lento posible para brincar al tejado de la casa. Estaba demente.
Observaba a Iris, se encontraba haciendo tarea de matemáticas como usualmente lo hace, rei ante esto, no ha cambiado nada. Tomé una pequeña roca que había tomado del suelo y la lancé, dejó su lápiz y posó su mirada hacia la ventana, abrió los ojos como platos, miro hacia ambos lados para poder pararse de su pequeño escritorio, y abrió la pequeña ventanita.
-¿Que rayos haces aquí?.- me dijo susurrándome, yo me encontraba en una posición bastante graciosa, estaba empapado y con muy mal aspecto, bastante chueco en el tejado para no poder caerme.
-hola María.- como en los viejos tiempos, le dije para alivianar las cosas, ella frunció el ceño y sonreí nervioso, siempre digo estás cosas en los peores momentos.
Finn! Agh, Mis padres están allá abajo en una cena bastante importante con Maude, Todd vino a hablar con ellos para pedir la mano de mi hermana ¡pudieron haberte visto!.- dijo todavía susurrando, miro hacia ambos lados para después ladear la cabeza.
-Agh, ven acá, te vas a enfermar Finn, Recuerda que la última vez terminaste con una gripe horrible, con esta lluvia vas a quedar muy mal.- me jalo Iris del cuello de mi camisa para que yo pudiera entrar empapado, agarro una manta de su closet y me tapo con esta, me senté en la cama.
-Se que es extraño el venir a tu casa tan noche y en estas condiciones, yo solo quería saber cómo estabas y platicar contigo porq-. no termine la palabra ya que Iris me interrumpió.
-Entiendo.- me dijo ella secamente para tomar la pequeña silla que tenía en su escritorio y sentarse en esta enfrente de mi. Traía  su camisón verde con el que dormía siempre,  traía recogido su hermoso cabello dorado en una coleta, no podía verme a los ojos.
-Supuse que debía de regresar, ya que allá contigo no tenía nada que perder ya.
Me dijo para sonreír pero pareció más una mueca, la mire triste.
-Iris, lo siento en verdad, me he portado como un patan estos últimos días, me siento tan mal de haber hecho esas cosas, de haberte hecho sentir así, de haberme comportado así, porque me hiciste muy feliz, y estoy tan agradecido de todo lo que vivimos, en verdad te quise mucho.
El simple hecho que vinieras me sorprendió tanto, que no supe cómo reaccionar y tomé malas decisiones solamente para terminar sabiendo que ya...¡no te amo!.-
abri los ojos como platos al escuchar la última frase que dije, Carajo, ella rió triste y me miro a los ojos.
-I-Iris, Y-Yo, soy un Idiota, maldita sea que dije.-puse mis dos manos sobre mi cara mientras me quejaba.
-En verdad, no quería decirte eso, yo solo, no, en verdad perdón no tenia que.- comencé a desesperarme, ella me tomó de la mano.
-Finn, creo que de algún modo u otro tenía que terminar esto, esto ya no estaba bien, ya no nos veíamos, nunca me buscaste, nunca me llamaste.- miro hacia otro lado mientras pensaba.
-¿sabes que en una relación?... ¿debe de haber equidad?.- asentí
-Pues creo que eso ya se acabo, un día tenía que darme cuenta que hay personas que están destinadas a vivir en nuestros corazones pero no en nuestras vidas, es algo que no lograba comprender. El último día que nos vimos en aquella banca de la escuela, sabía que esto podía funcionar, algo a futuro, para los dos, estaba completamente... ilusionada con el hecho de que teníamos esa fantasía de adolescentes de algún día casarnos, tener nuestra familia, vivir juntos, era algo que me hacía sentir feliz, porque tú me haces feliz, sabía que por fin alguien podía quererme tanto del mismo modo que yo lo hacía con el, pero hay algo que se llama aceptar la realidad.
Fui muy feliz contigo Finnjamin, pero, simplemente ya no puedo vivir sabiendo que te estoy lastimando y me estoy lastimando a mi.- Comenzaron a caer lágrimas de sus ojos y me sonrió sinceramente.
-no es correcto. Estuve comprometida una vez, pero me robaron mis sueños. Y ahora se los estoy robando a alguien más, Te amo Finn, pero no eres mío.- me dijo tomando mi mejilla, la mire negando, no tenía palabras que decirle.
-Cuídate mucho, y por favor, se muy feliz, te lo mereces, recuerda siempre.... siempre que eres un chico asombroso Finn.- me dijo con la voz entrecortada, le costaba mucho hablar.
-Iris tenemos que hablar, por favor yo...- estaba demasiado triste, tome sus manos y ella las quito para que pudiese pararse de aquella silla que tenía en su hermoso escritorio rosa. Abrió la ventana y sollozaba.
-Necesito que te vayas.- limpiaba las lágrimas de sus mejillas.
-Iris por favor.- seguía insistiéndole.
-No lo hagas más difícil Finn.- me decía llorando, asentí con la cabeza y volví a poner mi pie en el tejado, la volví a ver una última vez.
-Me daría mucho gusto volver a saber de ti en un futuro María.- le dije limpiando una lágrima rebelde, le sonreí, oficialmente aquí había acabado mi adolescencia.
-A mi tambien Finn.- me dijo y cerró la pequeña ventanita de su cuarto, puse mi mano sobre aquel cristal mojado mientras la seguía mirando hacia los ojos, ella de igual forma la puso, suspiré y la despegue para adentrarme sobre aquellas Ramas del árbol.
Baje y estaba todo raspado y sucio.
Corría y corría para llegar a casa, sabía que tomaría una gripe bastante fea mañana.
Llegue y subí los pequeños escaloncitos que tenía esta, abri y todo estaba completamente obscuro, todo seguía igual, pero lo único que había cambiado había sido que aquella revista que había comprado para Sadie, ya no estaba, sonreí al pensar que la había tomado.
Deje las llaves sobre la mesa principal de cristal y subí las escaleras, me daría una ducha, ya que si no me enfermaría mas.
Era una casa bastante grande, con demasiados cuartos y demasiadas cosas, uno de los cuartos de invitados estaba cerrado, hice una mueca extrañando y caminé por el pasillo para ir al cuarto principal.
Tenía una hermosa cama matrimonial, sobre el suelo había una alfombra hermosa afelpada, tenía dos hermosas lámparas, y en medio de estas un candelabro lleno de cristales que caían preciosos, un bonito recibidor con un poco de comida en esta, a mi madre le fascinaban estas canastas llenas de cosas en ellas para que no faltara nada en la casa. No veía por ningún lado a mi pelirroja, suspire e imaginé que estría en alguno de esos cuartos de invitados, estaba demasiado molesta para dormir conmigo, que claro... no se si sería correcto ya que todavía no estábamos... casados.
Me ruborice y deje mi chaqueta sobre la cama, había de todo en el baño, agua caliente, y mi madre había comprado una de esas toallas enormes y acogedoras de hotel, muchos productos de belleza nuevos, mascarillas, shampo, jabones etc.
Inclusive había especias para poder ponerlas en el jacuzzi, por obvias razones no lo utilizaría ahora.
Abri la manija para poder quitarme la ropa y bañarme, fue un día demasiado pesado, tenía la piel lastimada con pequeños rasguños y me ardía a causa del agua caliente que caía por mi piel pálida y pecosa, quería disfrutar el baño, entonces tarde un poco en ella.

"Summer Nights"-Fadie ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora