Hola a todos, aquí Coco, en el tercer día de nuestro maratón de Halloween y lista para darles otra ración de dulce o truco ^w^ Estoy muy feliz del buen recibimiento de esta obra, les confieso que tenía mis dudas cuando decidí hacerla un poco más sería y centrarme en el melizabeth. Deje mi temática de otros años, la cual era... bueno... ya saben ^w^ (casi tipo orgía), y me adentré en un tema un poco más personal. Me alegra ver que los cocoamigos siguen fieles a lo que esta loca escritora les trae, y también, que muchas personitas nuevas le dieron una oportunidad a mis travesuras, ¡muchas gracias por estar aquí!
Los dejo para que disfruten el capítulo de hoy °3^ y les recuerdo que hay otra pequeña sorpresa de mi maratón esperándolos en One-shots Melizabeth para Melilovers, pásense por ahí en un rato, sé que les va a gustar <3 Ya saben qué hacer, fufufu...
***
El ambiente en el pueblo no podía ser más diferente del que habían presenciado la noche anterior. Meliodas y Elizabeth devoraban una basta merienda en la taberna local mientras la gente susurraba los chismes recientes sobre la marcha del juez Sariel y el incendio de su casa, no con pesar, sino con la bien disimulada alegría de quienes por fin se ven libres de un yugo.
—La casa invita, buen hombre —dijo una linda mesera de pelo negro y ojos muy rasgados sirviendo un gran tarro de cerveza a su invitado—. Y un vaso de leche fresca para la nena.
—Muchas gracias Guila. —dijo Elizabeth, sin ser consciente de que ella no era sería capaz de reconocerla.
—¿Eh? ¿Nos conocemos, pequeña?
—¡Ah! ¡No! Disculpe, es que... —Al parecer, ese día el arete que le había regalado su querido demonio la hacía lucir como una niña, pero pese al súbito temor que sintió la bruja de que su imprudencia pudiera provocar que la descubrieran, al final, resultó no importar. La mesera estaba tan alegre y ocupada que terminó por darse la vuelta mientras susurraba unas rápidas disculpas y se iba con su amiga de pelo azul y labios gruesos a atender un enorme pedido—. ¡Uff! Por poco.
—Que distraída eres Eli —dijo con ternura el rubio dejando su tarro ya vacío sobre la mesa—. Lo bueno es que todos en el pueblo están así, ¡y mira! ¿Qué fue lo que te dije? —Él tenía razón. De forma disimulada y discreta, pero ahí estaba: el Halloween se estaba colando por todos lados, lo cuál se evidenciaba con la hermosa calabaza decorada que habían colocado las chicas en la parte de atrás de la barra—. La magia y la alegría están volviendo a este pueblo.
—Y todo gracias a usted, señor Meliodas.
—No —dijo él con una voz súbitamente más grave y seductora. Le dedicó una intensa mirada, una expresión de orgullo, y pestañeó con lentitud dedicándole una espectacular sonrisa que la derritió por dentro—. Gracias a ti. Esta magia es tuya, ¡y apenas estamos empezando! —Eso era verdad. Pasado el susto de la noche anterior, la joven estaba lista. Lista para continuar su venganza sobre aquellos hombres que habían tratado al pueblo y a ella de forma tan injusta. Inhaló profundo, contempló una vez más los rostros alegres de las personas ahí reunidas, y por fin clavó los ojos en las pupilas esmeraldas del rubio frente a ella.
—Es cierto. Señor Meliodas, ya sé cuál será nuestra próxima víctima, y también sé el castigo que quiero para ella.
—¿En serio? ¡Maravilloso!
—Sí, y esta vez planeo ser más severa. Pero primero... —El cambio en la actitud de la albina fue dramático. Pasó de ser una decidida y feroz vengadora a una chica tímida en solo un segundo, sus mejillas se encendieron con todos los colores del atardecer, pareció encogerse y hacerse pequeña de los nervios. Pero sobre todo, hizo la expresión de quien está a punto de hacerle una propuesta indecente a la persona que ama—. Señor, me gustaría... esta vez, si va a tomar mi magia, me encantaría que lo hiciéramos en un lugar más privado y cómodo. No sé ¿le parecería bien hacerlo en nuestra habitación? —El apuesto hombre se sonrió aún más, y se relamió con auténtica pecaminosidad mientras se la comía con la mirada.
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La venganza de la Bruja - Especial de Halloween 2021
FanfictionEl ritual había empezado. El círculo mágico estaba hecho, las llamas crepitaban a su alrededor, y no había marcha atrás. Víctima de una terrible injusticia, Elizabeth decide entregar su vida y su alma a cambio de la oportunidad de hacer que las pers...