Dime la verdad.
Alice.
—¿Voliste a consumir?
—No.
—Alice...
Giro quedando frente a él. Desde que llegué al departamento no ha dejado de preguntarme lo mismo.
—Ya e lo dije Paul—. Los ojos cristalizados de mi novio me miran con desilusión.
—Mira, Alice. Sé que esto es complicado pero, cariño, prometiste no volver a caer, me lo prometiste...
—Y te he dicho que no he vuelto a caer. Dejemos el tema aquí, no quiero conflictos y menos contigo, ¿si?—detengo sus palabras. Paul toma aire intentando contener las lágrimas. Me cansa verlo así, por lo que vuelvo a girar sobre la silla del tocador para continuar con la tarea de maquillarme. Hoy tengo la prueba de vestuario con Victoria Secret, y necesito verme medianamente bien.
Los últimos dos días en los que supuse, festejaría la fiesta de cumpleaños de mi mejor amiga, terminé inconsciente en la casa del hombre que...
Prefiero no nombrar.
El hecho es que eso me ha traído una serie de conflictos con mi padre, quien después de aliviarse por encontrarme, pasó a regañarme recalcando que debo avisarle a mi querida asistente, Mónica, cada que salgo, para estar al tanto y no preocuparse si es que me llegara a pasar algo.
Fueron días algo confusos. Pero ahora estoy aquí, haciendo lo que me gusta.
Por el espejo miro a mi novio.
Paul es otra persona que me regañó. Cuando me vio llegar pude sentir su alivio a metros, y con su abrazo me lo confirmó. Según supe ese día tenía entrenamiento con su equipo de fútbol americano, pero decidió quedarse conmigo.
Hoy estamos a Lunes. Tengo la prueba de vestuario de la que me habló Mónica y estoy algo nerviosa. Pasé el casting hace unos meses atrás, me eligieron. Pero aún así los nervios no se van.
Después de todo es una portada de una revista prestigiosa y muy conocida. Sus modelos se deben ver impecables y eso intento hacer.
Termino los retoques de mi rostro y voy hasta al parking en donde tomo el auto seguida del rubio.
Llegamos a la prueba de vestuario y me dirijo hacia los vestidores con mi novio tras mi espalda. No ha querido dejarme sola.
Sin embargo, apenas entro una mujer del personal administrativo, lo detiene alegando que espere afuera ya que, como era de esperar, la sala está llena de mujeres semi-desnudas que pueden llegar a sentirse incómodas con su presencia.
—Te veo afuera.
—No tardo—intenta despedirse con un beso en la boca pero alejo la cara recibiendolo en la mejilla. Me mira extrañado pero avanzo tratando de obviar las explicaciones para lo que hice.
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AMNESIA ©
Romance¿Una noche podría arruinarlo todo? Quizás aquello fue un error, pero mentiría al decir que no lo disfrutó. Porque lo hizo. Fue inmoral hacerlo. Fue egoísta. Estuvo mal. Aquellas llamas que se encendían cada que estaban juntos, incendiaron sus cuerpo...