[Cap.1]

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El auto estaba lleno de maletas y algunos muebles que sacaron de su casa, solo faltaba que el par de hermanos salieran de esta misma para poder emprender camino a el que seria su nuevo hogar.

El señor y la señora jeon ya estaban en el auto esperando a que sus amados hijos salieran ya listos de la casa que dejarían atrás.

De un momento a otro, un pelinegro  vestido completamente de negro, una chaqueta de cuero y unas botas negras de plataforma, salio corriendo de la casa, y entro al auto con un puchero en los labios. Su madre lo vio curiosa por eso así que decidió preguntar.

—¿Que pasa, cariño?

—¿En serio nos tenemos que ir, Mamá?

—Ya sabes que si, amor, tu papá tiene algunas cosas pendientes allá y debemos de ir.

Jungkook solo suspiro rendido, mudarse no era algo que le agradara mucho, pero al menos vería a su abuela y unas tías y primos, eso lo hacia ponerse de buen humor. Pero, es que mudarse de un día para otro de la ciudad, donde tiene a sus amigos y conocidos, la escuela a la que ya se había acostumbrado a ir, a mudarse a un pueblo con pocas casas, una sola escuela donde serias el bicho raro o la mejor exhibición de un museo solo por ser el muevo, no era algo que le agradara a cualquiera.

Pero jungkook decidió verle el lado bueno a todo eso, así que se puso a pensar en sus familiares que no ve desde hace tiempo y eso le saco una muy linda sonrisa de conejito.

En unos minutos más, una niña de siete años de edad, pelinegra al igual que su hermano y vistiendo un overol de mezclilla con una playera negra con un conejito rosa estampado, llego corriendo y abrió la puerta del auto del lado de su hermano mayor.

Se sentó junto a él y luego le entrego una bolcita al pelinegro.

—¿Qué es esto? —le pregunto jungkook tomando la bolsa.

—Tus estampitas, se te olvidaron en el cuarto y si no las tienes te aburres en el camino. —le respondió la niña colocándose el cinturón de seguridad.

—Oh gracias, Yerin. —jungkook con una linda sonrisa empezó a sacar las estampas de diferentes diseños de la bolsa y luego se las empezó a pegar en cualquier parte del cuerpo, siendo la mayoría en el rostro.

—¿Están todos listos? ¿No les falta nada? —pregunto el señor Seung entendiendo el auto.

—Todos listos, papi.

—Entonces, vámonos.

El señor Seung arranco el auto y emprendió al nuevo pueblo al que irían a vivir en la casa de la abuela Lisa. En el camino estuvieron poniendo musica a todo volumen y cantando hasta donde sus cuerdas bocales les dejaron.

Después de alrededor de dos horas ya habían salido de la ciudad, ese paisaje se podía ver por el retrovisor mientras frente a ellos, un inmenso campo verde se abría paso, dejándoles una hermosa vista del horizonte. Las grandes montañas hasta el final de este, sin ninguna nube en el cielo azúl.

Jungkook se había quedado dormido a mitad del camino, recargando su cabeza en el vidrio de la ventanilla, con la boca algo abierta. Su hermanita suspiro pesado, su hermano era un caso.

La pequeña Yerin saco de su mochila una manta de Iron Man que pertenecía a su hermano, era su favorita y no podía ir a ningún lugar sin ella, pero como algunas veces la olvidaba o perdía ella se encargaba de guardarla y traerla a todos lados para cuando su hermano la necesite.

Tomo la manta y cubrió el cuerpo de jungkook con ella, luego recostó su cabeza en el regazo de su hermano, así ella también se quedo dormida el resto de camino.

EL CHICO PAN  [Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora