Capítulo 4 (ANNA)

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(2006)
Hoy Kate tiene su sesión de diálisis en el hospital. Mi madre y yo le estamos haciendo compañía.

Alguien golpea la puerta de la habitación y una cara familiar se asoma. Es Vern Stackhouse, un policía muy amigo de mi padre.
Ven está indeceso. Parece no saber ni está del todo bien entrar en la habitación.
-¡Vern! - Mi madre se pone de pie- ¿Qué estas haciendo aquí? ¿Va todo vien?
-Oh, si, bien. Sólo estoy aquí por trapajo. Un ummm. En realidad engo a darte esto.
-Pero.... ¿qué es esto? ¿Una citación de un abogado? ¿ pero por qué? ¿Alguien me ha demandado?
-Mira,yo no los leo. Sólo los entrego.
- Mamá- pregunta Kate-, ¿qué pasa?
Mi madre empieza a leer en voz alta: "Juzgado de familia del Condado de Providence. Petición de emancipación médica. Demandante: Anna Fitzgerald"
Mi madre lavanta la cara hacia mí.
-Anna, ¿qué demonios es esto?
Me quedo sin habla, abro la puerta y huyo de la habitación.
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Más tarde estamos todos en casa.
- Muy bien -dice mi madre. ¿Qué esta pasando aquí, Anna?
Me aclaro la garganta.
-Tengo un abogado.
-Es evidentemente que tienes un abogado. -Mi madre agarra el teléfono inalámbrico y me lo alcanza-. Ahora llámalo y deshazte de él inmediatemente.
-Sara. -La voz de mi padre se interpone entre nosotras-. Creo que deberíamos darle a Anna la oprtunidad de explicarse.
Agacho la cabeza.
-No quiero hacerlo más-digo con vaz muy baja.
Eso encoleriza a mi madre.
-Bueno, sabes Anna, yo tampoco-. De hecho, Kate tampoco. Pero no es algo sobre lo que tengamos opción.
Yo me quedo callada. No sé qué decir.
-Anna-dice mi padre. ¿Podemos hablar sólo nosotros tres, sin que haya un abogado por medio?
-Papi, no puedo.
-Por el amor de Dios, Anna -dice mi madre-, ¿no te das cuenta de lo que ocurrirá si dejas de ser donante de Kate?
-Sí, seguramente morirá.
-¿Y no te importa?
-Sí me importa y muchísimo pero yo....
La mano de mi madre se mueve tan deprisa que ni siquiera la veo venir. Me da un cachetazo tan fuerte en la cara que me gira la cabeza. Me deja una marca en la cara que me mancha más allá del momento en el que desaparece.

La decisión más difícilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora