Capitulo 7 👨‍💼

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Mew

Me estaba enjabonando en la ducha y sólo podía pensar en Gulf.
El parecía tomar mis pensamientos sin importar dónde estaba. Cuanto
más intentaba no pensar en el, más aparecía en mi mente. Sólo podía
pensar en el entrando en mi oficina con ese pantalón ajustado que
abrazaba su trasero tan bien.

Mi mano se movió sobre mi cuerpo,
enjabonándolo, limpiándolo.
Se movió más abajo y puse mis manos alrededor de mi polla dura. Estaba palpitante sólo de pensar en Gulf y en lo que quería hacerle. Nada me gustaría más que estar dentro de el y hacer que se corriera por mi polla.

Cerré los ojos mientras pensaba en tener sexo con el en mi oficina.
Empecé a imaginarme cómo sería tenerlo.
Me estaba poniendo increíblemente caliente al pensar en su lengua
jugando con la mía. Inmediatamente comenzamos a arrancarnos la ropa
entre besos. Los besos se volvieron calientes y febriles como si pensáramos que serían los últimos que experimentaríamos.

Me quedé mirándolo; pude ver que se sentía exactamente igual que
yo. El me quería y yo me sentía exactamente igual. Dios, me excitaba
tanto, sabiendo lo mucho que me quería. Parado ahí desnudo en mi oficina, de repente se veía tan vulnerable. Lo besé en la mandíbula y me dirigí a su cuello.

Me mostró una sonrisa diabólica que me hizo entrar en calor.

—Voy a follarte muy bien Gulf, haciéndote cosas sucias.
No volverás a mirar esta oficina de la misma manera.

Lo besé en la boca, disfrutando de su sabor. Nuestras lenguas se
moldearon juntas con el calor que se acumuló entre nosotros. Gemí, dolorido en cada parte de mi cuerpo, sólo por el. Besé su boca, su barbilla y me quedé en su cuello, bajando a mordiscos. Estaba palpitando por el.

—Por favor, te necesito ahora. Por favor, no me hagas esperar.

Lo escuché suplicar.
Al momento siguiente, se dio la vuelta y miró hacia la ventana de mi
oficina, apoyándose en ella. Quería que me lo follara, justo contra la ventana. Le di una bofetada en el culo y le metí la polla. El gritó y yo me
zambullí más y más profundamente cada vez. El gemía suavemente y el
sonido me hizo pensar que me volvería loco.

—Escuchar tus gemidos Gulf es el mejor sonido del mundo.

Podía sentirlo como si estuviera en su contra bombeando fuerte y
rápido. Se acercó tan fuerte que pude sentir todo su cuerpo meciéndose.

—Oh Mew, te sientes tan bien, que no lo soporto.

—Oh nene, eres perfecto. Cada parte de ti. Estás tan mojado que necesito estar dentro de ti todo el tiempo.

Pude ver que se corría una vez más.
Salí de su interior y tomé su mano para llevarla a mi escritorio. El
sonrió mientras me veía deslizar todo lo que había encima.

—Espero que te des cuenta de que estás limpiando eso después.
Me reí entre dientes.

—Oh, cariño, me encantará.

Lo levanté y lo puse en el escritorio de cara a mí. Me incliné y pasé mi
mano alrededor de su cuello tirando de el hacia mí mientras mi boca
reclamaba la suya. Tenía un sabor dulce y me ponía cachondo. Su boca
estaba caliente al tacto. Lo besé suavemente al principio y luego mis besos se volvieron más febriles al necesitar su boca sobre la mía.

Necesitaba reclamarlo, marcarlo como mío, en todo su cuerpo. Mi lengua se deslizó dentro de su boca y el succionó lentamente, saboreándome antes de que
me alejara.

La volví a meter dentro, ya que aún no había terminado de besarla.
Mi lengua encontró la suya de nuevo y nuestros besos se volvieron
más apasionados.

Mi Jefe Será Mi Daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora