-o2;

1.5K 121 45
                                    

¡Dios mío! ¿Por qué su cerebro había dejado de funcionar en un momento tan crucial en la vida del patético Keisuke Baji! ¡Cómo pudo quedarse como un pervertido viéndolo por tanto tiempo? No se acostumbraría al nerviosismo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Dios mío! ¿Por qué su cerebro había dejado de funcionar en un momento tan crucial en la vida del patético Keisuke Baji! ¡Cómo pudo quedarse como un pervertido viéndolo por tanto tiempo? No se acostumbraría al nerviosismo

Osea, claramente no sabía reaccionar ante alguien tan... ¿pequeño? Aparte de su superior, Mikey, nadie más le resultó tan chiquito, como una ardilla.

Asi que puede que solamente se vio sorprendido por el choque y nada más, esperaba que fuera así, por su bien.

—¿Te duele...?

¿Qué? levanta una ceja entre una mezcla de sorprendido y molesto. ¿Acaso caerse no duele?

—Si me duele. —susurró— ¿y a ti, acaso te gustó?

¿Ah? de repente la sensación de estar indignado le resultó muy desconcertante sin la necesidad de mostrarlo en su rostro y yendo a lo inicial ¿por qué tendría que gustarle? Baji no era masoquista, bueno, hasta el momento no.

—Perdón por lastimarte.

El corazón del de añiles no podía estarse quieto, latía como si hubiera estado dándolo todo en una maratón sin parar; sus mejillas se tiñeron sin su consentimiento y el calor se realzaba de manera extraña entre ellos como si quisiera calmar el ambiente.

—Déjame ayudarte...

Extrañamente Chifuyu se tranquilizó con la petición, aunque podría ser más por la fluctuosa voz que la citaba que por la pregunta en si.

Jodidamente profunda y atrayente.

Aceptó y una vez de pie ambos se miraron una segunda vez sin añadir ni una palabra más. ¿Qué se debía decir en instantes como estos? ¿Cómo demonios se sale de un momento incómodo?  

Pues, ni idea.

—Ehm, ¿te ocurrió algo dentro?— pregunta echandole una mirada sigilosa dentro del aula en lo que esperaba su respuesta.

—E-Es que yo... yo solo—sus palabras poco a poco fueron en picada, casi sin entenderse nada—quería escapar de una abeja...

Esa muy minúscula confesión lo hizo sentir inferior por muy poco, y según él ¡se lo tenía merecido! porque ¿qué alfa en este mundo escapaba como un cobarde de un insecto como si lo fuera a matar!

Absolutamente nadie, a excepción de él.

Que tontería la respuesta sin importar lo sincero que fuera...

—Oh, entonces ¡bien hecho!

¿hm? Volteó incrédulo ante las palabras ajenas sin saber que cara poner, ¿estaba de acuerdo con haber huido? Tal vez se estaba burlando de él.

—Dan miedo cuando se te aparecen de la nada, y cuando los ves de cerca parecen un alien peludito con alas que te puede perseguir hasta la puerta de tu casa... ¡Eso es muy espeluznante! 

-✧・⋆˚¡Baji-san!; omegaverse⋆。 ⋆๑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora