AU escolar & omegaverse
-Baji Keisuke x Matsuno Chifuyu
°Los personajes de esta historia no son de mi autoría; sino de Ken Wakui.
°Este fanfic no esta ligado fielmente a los acontecimientos del manga.
por todo el love que me das con tus comentarios <3 toy feliz! uwu
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Vendajes y parches cubriendo casi en su totalidad ese rostro níveo como si fueran trofeos nacionales; ese mirar casi extranjero con un ligero toque a japonés fijaban directamente en su camino omitiendo las sensaciones de ser visto por terceros.
Muy por aparte de su semblante sombrío y de sin sentimientos realmente lo que pasaba en su interior era sorprendentemente distinto.
Celebración, confeti y muchos globos de varios colores llenaban su mente estaba más que contento, súper híper mega archi contentísimo, que no podía ser posible que una persona pudiera sentir tanta felicidad en el mundo entero.
Claramente Matsuno Chifuyu rompía con dichos estándares y por mucho la verdad.
De estar recostado en su cama, sintiendo el ardor molesto en su piel, el muy conocido sabor de la sangre que todavía fluía por la herida abierta en la comisura del labio inferior, lo rígidos que se sentían sus músculos de tanto ajetreo; todo ello era mínimo a lo que realmente debía de darse importancia en esos momentos, según Chifuyu.
Cómo su corazón latía tan impaciente después de haber pasado ya un buen tiempo desde la pelea vespertina, recordando y saboreando tan lentamente las emociones ya vividas como un dulce recuento a si mismo de algo tentador.
Baji Keisuke es lo único en lo que pensaba tanto.
Él y solamente a él.
¿Qué haré?
—¡Hey Chifuyu!
Paró de caminar al oír su nombre en un grito y luego se decepcionó al ver de quien provenía, y su momentánea alegría se drenó completamente.
—¿Qué quieren?
Ambos se miraron a los ojos y se quedaron unos minutos pensándolo bien hasta que por fin se dignaron a hacerlo, a disculparse.
—¡Discúlpanos Chifuyu! Fuimos unos tontos sin remedio y realmente estamos arrepentidos de nuestro error.—añadieron firmes, haciendo la reverencia propiamente nipona en señal de perdón y culpa.
Y poco les duró, volvieron a alzarle la mirada y explicar lo sucedido ese día, de lo que no debieron hacer poco antes de que sonara el timbre del receso de clase.
Cada uno de los problemas que se pudieron haber omitido si tan sólo hubieran utilizado su razón.
Bueno, cosa ya del pasado.
—No tienen que hacer tanto escándalo, solo piensen en que me deberán unos cuantos favores que luego cobraré. —su palabrería al final tuvo un buen beneficio, ese par no podría negarse a ello.
