Al otro día...
El jardín, y sendero estaban cubiertos de nieve, y con un frío que calaba hasta lomás hondo de mis huesos, me levanté a mirar a Danielito, quien aún dormía aferrado a su osito de peluche. Le acaricié su suave mejilla de porcelana y pensé en Joey.
<< Espero que estés bien, mi Joey.>>
Me acerqué a la ventana y miré la blanca nieve...
Mis suegros terminaban de desayunar y Danielito ansioso por salir a jugar a la nieve, no pude negarme a su tiernita carita, cuando me pedía algo.
Le sonreí, e inevitable, recordé a su padre, pues había heredado su misma sonrisa.
Sus abuelos nos sonrieron, y yo sin más, lo cargué en mis brazos y salimos los dos a pasear un rato por la nieve, aprovechando que la ventisca se había pasado.
Abrigados de la cabeza hasta los pies, abrí la puerta y Danielito abrió los ojos de asombro. Quiso soltarse de mis brazos para ir corriendo hacia toda la nieve, la que nunca había visto. Era su primera nevada.
_ ¡Mamá quiero tocarla! ¿Sí?
_ Bueno, pero ten cuidado.... ¡No corras tan fuerte!
_ ¡No, mamá!...
Lo vi correr con tantos ánimos a la nieve y disfruté de verlo así tan feliz.
Se revolcó sin importarle cuanto frío hiciera. Se rio y gritó feliz y yo le sonreí.
_ ¡Mírame, mamá! ¡Estoy cubierto con nieve!
_ Si amor, te estoy mirando. A ver quédate quieto. Le enviaremos una foto a tu papá ¿Sí?
_ ¡Sí!
_ Sonríe, Danielito. Mírame...
Sonrió de oreja a oreja, y yo contenta, capté su dulce sonrisa, rodeada de nieve y luego se la envié a Joey...
Danielito, no paraba de saltar, correr y mirar a cada rato la nieve con asombro. Sin duda, era algo muy maravilloso e increíble para él. Me detuve un momento y también la contemplé.
Habíamos vivido muchas nevadas, pero nunca como esta. Aquella nieve era aún más blanca y pura. Era realmente suavey bella.
Tomé un puñal y la miré con detenimiento, que su pálido, y puro blanco, hizo transportarme a aquel dulce e imborrable recuerdo. El de aquella nevada, tan mágica y especial como esa, en donde Joey y yo nos vimos por primera vez...
6 años atrás...
Con la bufanda aferrada a mi cuello, mis mejillas estaban pálidas y húmedas de tanto frío, que estaba haciendo a esas horas de la tarde.
La cafetería era un buen lugar para reconfortarse y compartir con amigos y parejas, pero yo prefería el sentarme sola a leer algún libro, acompañada de una muy rica taza de chocolate caliente.
Había comenzado a nevar, y yo junto a la ventana, mientras leía y me tomaba mi chocolate, dejé el libro sobre la mesa y me puse a mirar los pequeños copos, que caían junto a mí.
Aquellos pequeños copos, no eran los mismos de siempre. Digo, vivíamos en una ciudad donde solía nevar siempre, pero aquella nevada era inusual y extraña. Fuera de lo habitual.
Algunos sorprendidos, al igual que yo, no les importó el frío y salieron a mirar caer la nieve.
No me agradaba mucho el frío, de modo que preferí quedarme y seguí disfrutando de la lectura y de mi chocolate caliente.
De pronto comenzó una ventisca y algunos arrancando, yo me reí por sus actitudes, aunque igual me preocupaba un poco el que no pudiera llegar a mi hogar por toda la nieve que estaba cayendo.
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"Mi corazón es tuyo" (Joey Tempest) (Reeditada)
FanfictionNuestra historia rodeada de nieve.