Esa misma noche...
Cobijé a mi bebe para que se durmiera, y Danielito ya dormido, se aferró a su oso de felpa. Le apagué la luz y salí de su habitación.
Aún triste, y preocupada, me acerqué a la ventana y vi la blanca nieve, la que me llamó la atención.
<< ¿Cómo estarás, mi Joey? >>
<< Espero que estés bien... >>
Hipnotizada frente a la nieve, tan blanca y brillante, no me pude contener; tomé mi bufanda, y cautelosa,fui al patio.
De un blanco tan brillante, los ojos casi se me cegaron y contemplé su encanto.
Tomé un puñal en mi mano y solo pensé en él. De pronto, se me vino a la mente el dulce, y tierno, recuerdo de la noche antes que naciera nuestro amado y preciado hijo, Danielito...
2 años antes...
La nieve era tan blanca y pasiva como las estrellas, de aquella noche, y nosotros en nuestra cama, Joey me tenía aferrada a sus brazos, para reconfortarme a mí a y nuestro bebe del frío.
Me sonrió perdidamente enamorado. Me sedujo con sus mágicos y profundos ojos, yo lo miré embelesada e hice una mueca de dolor, lo que a él le alarmó.
_ ¿Qué pasa, hermosa?
_... Es que volvió a moverse – me sonrió y acarició mi enorme barriga.
_ A ver. También quiero sentirlo...
Le sonreí y él me miró. Nuestro inquieto bebe volvió a darme una patada y ambos nos miramos con ilusión.
_ ¿Lo sentiste?
_ Si. Patea fuerte este niñito.
_ Mucho - me miró con destellos y yo acaricié su mejilla.
_ Está muy inquieto.
_ A lo mejor lo que quiere es que tú le hagas cariño,amor – me sonrió enternecido.
_ ¿Ah sí? ¿Y mamá también quiere eso? – me reí y él me miró todo enamorado.
_ Mucho. Te amo demasiado, mi Joey.
_ Mi hermosa, Violeta. Ven aquí...
Se acercó más a mí, y yo perdida en él, me cautivó con sus profundos ojos celestes. Colocó su mano en mi barriga y comenzó a besarme.
Al cabo de besarme, yo no me pude contener y lo abrasé fuerte, con todo mi amor, lo que a él le fascinó, e hizo vibrar.
_ Mi Joey, mi amado Joey – sonrió con ternura a mi espalda.
_ Yo también te quiero y te amo demasiado mi Violeta. Estoy tan feliz de que vaya a nacer mi hijo. Nuestro hijo.
_ Si, aunque igual te confieso que me da un poco de susto – sostuvo mi rostro con cariño.
_ Tranquila, no pienses en eso. No vas a estar sola, cariño. Yo voy a estar contigo.
_ Es que me dan terror las contracciones. Dicen que duelen mucho.
_ Piensa que solo serán por unos momentos y cuando eso pase, yo estaré tomando fuerte tu mano y no la soltaré hasta que todo haya terminado.
_ Mi Joey – volvió a sonreírme.
_ Te amo.
Besó mi frente con ternura y yo idiotizada por sus gestos y cariños, Joey me miró, y con deseos, se acomodó y apoyó su cabeza en mi barriga, lo que me volvió toda loca.
Acarició mi barriga y yo lo amé aún más y le acaricié su cabeza. Joey, sonrió.
_ ¿Está bien así?
_ Si... Ahí siento otra vez que está pateando.
_ Que maravilloso es poder vivir esto solo contigo mi vida. Amo mirarte y tocarte, Violeta. Me tienes como un loco.
_ Oh, Joey...
Más que feliz, e ilusionado, comenzó a darle muchos besitos a mi barriga y yo le sonreí perdidamente enamorada.
_ Danielito, hijo. Hola, soy tu papá. Quiero decirte que tú mamá y yo te estamos esperando con mucho cariño y amor. Ya queremos que pronto nazcas y nos llenes de alegría – sentí que otra vez se movió y sonreí.
_ Le encanta que le hables. Sabe que eres tú mi Joey, lo sabe.
_ Jejeje. De eso se trata, de que sepa desde ya que yo soy su papa, su papá que lo va a mimar y a consentir en todo. Te amo mi Violeta.
_ Y yo a ti mi Joey. Siempre.
Me miró apasionado, se acercó a mis labios, yo rodeé su cuello en mis brazos y nos besamos largamente.
Horas después en la clínica...
Cansada, y con muchas contracciones, caminaba lento por el largo pasillo del hospital. Sostenía conmigo el catéter para el suero, y él a mi lado, seguía mis pasos, sin soltar mi mano. Me acompañó en todo aquel proceso.
Aún no era la hora, Joey miró por unos segundos los pequeños copos, de nieve, caer tras la ventana y yo afligida, las contracciones se acentuaron más y él lo advirtió.
_ ¿Amor?
_...
_ ¿Quieres que volvamos a la sala para que descanses?
_... No... Solo quiero que nuestro bebe esté bien.
Le dije a punto de llorar y él tierno, y preocupado, me abrazó fuerte y yo lo aferré a mí con todo mi amor.
_ Mi niña. Mi niña hermosa. Ya falta poco. Falta muy poco para que nuestro hijo nazca.
Sentí otra muy fuerte contracción la que no me dejó hablar y solté un silencioso gemido en su oído.
_ Mi hermosa.
Lo miré débil y él acarició mi barriga. Yo le sonreí toda consentida.
_ Incluso en estas circunstancias te ves hermosa. Estás muy bonita.
_... ¿En serio? – sonrió tierno.
_ No podría mentirte con algo así. Tus ojos hoy brillan aún más que ayer y eso debe ser porque muy pronto te convertirás en madre.
Volví a sonreírle y apreté más fuerte su mano. Me vino una muy, pero muy fuerte contracción y Joey me miró alarmado.
_... ¡Oh! Duele mucho... - me apoyó de él al instante.
_ Dime, dime que hago mi amor – tomé y solté aire.
_...No me dejes. No me dejes sola, por favor – más me abrazó.
_ No mi niña ¿Cómo crees que voy a dejarte sola? – me puse a llorar y más lo abracé.
_ Oh, Joey. Solo quiero que me ayudes a dar a la luz a nuestro hijo.
_ Sí, eso haré mi vida. Solo quiero estar ahí contigo. Acompañarte y ver cuando des a luz a mi hijo, nuestro hijo.
_ Mi Joey – me sonrió.
_ Ven, te llevaré a la sala. Yo creo que ya es mucho lo que estás sufriendo con todos esos dolores. Hablaré con la enfermera para que te ingresen de una buena vez.
_... Si...
Nerviosa, y preocupada, me acomodaron en la camilla, y él junto a mí, en la cabecera, yo solté un suspiro y él tomó mi mano.
_ Te amo, mi amor.
_ Y yo a ti, mi Joey...
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"Mi corazón es tuyo" (Joey Tempest) (Reeditada)
FanfictionNuestra historia rodeada de nieve.