Atracción

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El pequeño Fan Xing estaba exhausto, por lo que iba a llamar a su padre. Estaba seguro de que lo había visto caminar hacia el patio trasero, pero estando tan lejos, no supo distinguir. Volteó hacia Qing, tomándola de la mano.

- Ayúdame a buscar a mi papá.

- ¿Por qué?

- Para decirle que te deje quedarte a dormir.

- Oh, pero, como dice mi papá: "Solo quiero que seamos amigos"

A Qing no pareció sorprenderle aquel deseo de su nuevo amigo, ambos hacían buen equipo como compañeros de juego.

Y no, no estaba enamorada, eww.

Era todavía una niña pequeña, su única preocupación, a esa edad, era tener su caja de crayones intacta junto con la última edición de dibujos Disney. Por supuesto que era absurdo tener novio.

- ¿Eso qué significa? - preguntó Fan Xing, alzando los hombros.

- No sé - respondió ladeando el labio. - Pero mi padre siempre se lo dice a todas las señoras que quieren quedarse a cenar en casa.

Fan Xing no le tomó importancia, no era un fanático de temas de adultos, todavía. En lugar de eso, caminó con Qing hasta el patio trasero. Pero no estaba preparado para lo que vio.

- ¿Papá?

- ¡Papá! - gritó Qing, sorprendida, abriendo la boca y arqueando sus cejas.

Ambos niños estaban pasmados por ver a los hombres dándose un beso, que gracias a dios, no era subido de tono; sino, habrían gritado más fuerte.

Antes de que Yibo y Zhan se separaran, con suma vergüenza en sus rostros, hubo un espacio de tiempo donde Fan Xing y Qing se miraron mutuamente, tratando de hablar sin palabras, en un juego de gesticulaciones infantiles que pudieran traducirse como:

"¿Estás viendo lo que estoy viendo?"

"Sí...no me gustan los besos de los adultos, son asquerosos"

Pero no pudieron concluir ese diálogo imaginario, ya que Yibo se levantó de la fuente inmediatamente, caminando hacia su hija, aún sonrojado. Tomó en brazos a la niña y sin mediar mucha algarabía ni cortesía ejemplar, sólo alcanzó a decir: - Gracias por todo, Zhan. Perdona mi indiscreción, no volverá a pasar.

Como si fuera un convicto escapando de la policía, Yibo apresuró el paso con Qing, cargándola encima de su hombro cual costal de papas.

A la niña no le gustó ser cargada, quería regresar con Fan Xing, porque le había prometido que le regalaría goma de mascar tuti-fruti si se quedaba a dormir.

Agh, ¿Por qué su papá era tan impaciente?

Zhan se había puesto de pie, mirando cómo se alejaban. Diablos, ¿Cómo pudo ser tan imprudente? ¡Y en la fiesta de su hijo! ¿Qué hubiera pasado si alguien de su familia hubiera visto aquel gesto tan indecoroso? Y lo que más miedo le daba ahora: nada le impedía a Fan Xing ir a comentarlo con sus tías y abuelos.

Dios, qué embarazosa situación.

En eso, sintió que el pequeño entrelazaba su mano a la suya, a lo que bajó su mirada. No sabía describir la expresión de Fan Xing. No parecía enojado, quizá, solo confundido.

- Quería que Qing se quedara a dormir - dijo finalmente el pequeño cumpleañero, torciendo su labio y entrando a la casa.

Finalmente, llegaron al auto y cuando Yibo se sentó, abrochándose el cinturón, giró su mirada hacia su pequeña.

Estos niñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora