Solo nosotros

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- Ahh...Yibo... espera, espera.

Zhan gimió una vez más, tratando de no gritar mientras Yibo lamía sus nalgas.

Habían despertado en los brazos del otro, acurrucados como la verdadera pareja que eran. Zhan fue puntual en despertarse porque, aunque hubiera tenido la mejor noche de su vida, no se olvidaba de los deberes como padre, no quería abusar de la confianza con Yan Li.

Se enterneció con la imagen de Yibo a lado suyo, sonrojado al recordar lo que había pasado la noche anterior. Su costumbre era tomar café antes de salir de casa, así que había besado en la sien a su amante y bajado a prepararse una taza.

No contaba con que el mayor lo siguiera, lo besara, bajara su pantalón de pijama y ahora lo tuviera tumbado contra la mesa de la cocina con las piernas abiertas, en tanto le daba una estimulación en su entrada.

No podía negar que no le gustaba, pero le seguía apenando que el otro tuviera su lengua enterrada en su orificio, estirando sus glúteos lado a lado.

- Ahh...Yibo... - gimoteaba con cada lamida.

- No puedo evitarlo, eres delicioso Zhan - respondió el pelinegro con el trasero de Zhan aun en su rostro.

Yibo se puso de pie, tomando la cadera del castaño. Claramente su propósito era cogerlo en esa posición, a lo que Zhan se puso nervioso, tratando de resistirse, hasta que le dio un beso en la nuca para calmarlo.

Zhan cerró los ojos esperando la invasión. Acababa de perder su virginidad, pero seguía sin acostumbrarse a que lo penetrara, aunque fuera lento. Sin embargo, esta ocasión no dolió como anoche.

El mayor lo expandió por completo, embistiendo con más fuerza y velocidad a medida que el placer ganaba terreno. Dios, jamás dejaría de hacerle el amor, si podía seguir adorándolo y amándolo así de íntimo, así de ferviente e intenso. Definitivamente, era la persona más importante y deseaba recordárselo el resto de sus días.

Tomó el hombro del menor para girarlo y sentarlo sobre la mesa, mientras se acomodaba de nuevo entre sus piernas para dirigir su erección al interior. Le besó el cuello y reclamó sus labios cada segundo. Su sabor era adictivo, su respiración y su cuerpo... Todo lo volvía loco de Zhan, de su otra mitad, del hombre de su vida.

- Te amo, Zhan - dijo en medio de sus embestidas. - Quiero, ahh... que estemos juntos así... para siempre.

- Yibo...Yibo... - lo llamaba, ahogado en gemidos.

Empujó al mayor más hacia él con sus piernas. Sus ojos vidriosos no se despegaban del otro, luchando por no desmayarse en esa nube de éxtasis. - Yo también... ¡Ahh!

Al terminar su confesión, ambos habían culminado también.

Yibo recargó su frente contra la de Zhan, eyaculando hasta la última gota, sintiendo que el otro se había derramado bastante en medio de ambos abdómenes. Sonrió de lado y volvió a besarlo.

- Lo siento, interrumpí tu ritual de café - se disculpó el pelinegro, saliendo del interior de su novio.

- Bueno... Creo que no estás realmente arrepentido.

- Acabo de tener un orgasmo celestial con la persona que más amo... Es difícil de superar.

Zhan rio por lo bajo, abrazándole.

Luego de recomponerse de un sexo matutino grato, ambos tomaron su respectiva taza de café, hablando de todo y de nada. Luego, se ducharon juntos para poder ir por sus hijos a casa del mayor.

- Tenemos que poner horarios para los niños - propuso Zhan mientras le enjabona el pecho.

- ¿Horarios?

- Claro, no estarás pensando dejarlos cada fin de semana con Yan Li, o con mi familia, para que nosotros tengamos sexo.

- No, estaba pensando una solución más sencilla.

Zhan arqueó una ceja. - ¿En serio? Te advierto desde ahora que nuestra relación no cumple 24 horas aún. Necesitamos tomarnos un tiempo antes de informarles a mis padres y a nuestros hijos.

- Nuestros hijos son prácticamente hermanos. Si sus padres quieren estar juntos no creo que sea problema para ellos. Actualmente, hay más aceptación entre las parejas gay.

- Wang, ni tu ni yo somos gay...Somos un par de personas que se enamoraron y resulta que somos del mismo sexo, es todo.

- Claro, nada gay - respondió el mayor con sarcasmo. Tomó la barbilla del otro para darle un beso y palmear su trasero. - Pero, hablando en serio... Quisiera que viviéramos juntos. Aunque no haya recuperado la memoria por completo, sé que hemos pospuesto muchos planes por mi accidente.

Zhan meditó un segundo, pero la respuesta era obvia.

- Yo dirigiré la mudanza.

                               🔸️🔶️🔸️

Yibo no le hizo el amor solo porque ya estaban retrasados en la salida. Habían prometido encontrarse con Yan Li al mediodía y acababan de hablar sobre su futuro.

Yibo estaba al volante y aprovechó un semáforo en rojo para robarle un beso al menor, provocando que se sonrojara. Sonrió triunfante hacia su pareja.

- ¿Siempre eres tan lindo? - dijo para sonrojarlo aún más.

- Tú eres demasiado oportuno, Yibo.

- ¿Lo soy?

- Hacer que me enamorara de ti es prueba suficiente.

- Oh, pensé que te habías enamorado de mí por mi inteligencia, mi galantería natural, mis besos y mi enorme pen...

- ¡Hay que llevar a los niños por helado! - cortó abruptamente la frase.

- Oh. Olvidé decirte que, para nuestro aniversario, te pediré matrimonio.

- ¡¿QUÉ?!

Tenían muchos temas de conversación por delante.

                                FIN

Estos niñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora