ℓα мιяσηα

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¡ADVERTENCIA!

Este capítulo contiene material sexual y lenguaje explícito. Se recomienda discreción por parte del lector. 

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Día 38, 17: 25 h

Creo que el regreso de Minnie y Namjoon está previsto para hoy. Estoy súper nerviosa por la idea de volver a verle. Tras su sensual visita nocturna, me siento más tranquila. He reflexionado, he sopesado los pros y los contras de la situación y he decidido seguir adelante, pase lo que pase. Después de todo, ¡solo tengo una vida que vivir!

Antes, cuando leía historias sobre amantes, tenía una opinión muy clara: las "destroza hogares" no eran buenas personas, solo se preocupaban por su felicidad y no les importaba tirar por tierra el compromiso del matrimonio. Eso era lo que pensaba antes, pero hoy ya no estoy tan segura. Yo misma me he convertido en "la otra". Sin embargo, mi situación es muy diferente porque Minnie no existía cuando iniciamos nuestra aventura...

Namjoon ya no podrá evitar demorar ya demasiado la larga conversación que tenemos pendiente. Sé lo que tiene que aguantar, entiendo que necesita un tiempo en estos momentos e intento ponerme en su lugar, por supuesto que sé que todo esto debe ser muy difícil de manejar. Tiene demasiadas cuestiones por resolver como para imaginarse un futuro conmigo, la primera de ellas es saber qué pasó realmente con Minnie. Es una pregunta que a mí también me atormenta. Sé que existe la amnesia postraumática, pero tengo la sensación de que Minnie esconde algo.

Ahora todo está en manos de Namjoon. De momento, he decidido que no volveremos a tener contacto físico hasta que no arregle la situación con su esposa.

* * *

Encontré a Minsu en la cocina, estaba limpiando el horno y echando pestes por no tener súper poderes para hacerlo en cuestión de segundos.

—¿Por qué está al servicio de los demás desde hace tanto tiempo? Yo pensaba que todos los vampiros habían tenido tiempo de hacer fortuna...

—¡No, pero si yo soy rica, So dam!

—Entonces, ¿por qué fregar el horno? Yo, si un día tengo montones y montones de dinero, no pienso hacer ninguna tarea doméstica.

—En mi casa no limpio nada. Tengo personal para eso, ja, ja.

—Pues me debo estar perdiendo algo, Minsu, porque no lo entiendo.

—Es muy sencillo: yo DEBO este servicio —el de velar por Namjoon— a sus padres. Me sacaron de una situación... extremadamente delicada para su época, me quedé con ellos y como había tenido, siglos antes, experiencia como ama de llaves, acabé siéndolo de nuevo para ellos de forma natural. No lo haría por ninguna otra persona, eso seguro.

—¿Qué situación delicada?

—Ja, ja, So dam , ¡pequeña cotilla! Tome, coja este plato, es para Seokjin y para usted. ¡Que aproveche! Recuérdele también por favor que han llegado sus bolsillos.

—¿Sus bolsillos?

—Sí, sus libros de bolsillo —exclamó, hundiendo sus ojos verdes en los míos.

—Ah...

—Sí.

Me dirigí a la biblioteca y escuché de lejos las risitas ya familiares de Solveig. Sabía que pasaba mucho tiempo rondando por esa parte de la casa, pero desde que había llegado, salía al vuelo como un gorrión cuando nos encontrábamos. Me la encontré sentada en el escritorio central, enseñándole a un Seokjin muerto de risa sus últimas compras. La impresión que a priori me había dado ("Solveig = Barbie") se confirmaba. Pero aun así, tenía que reconocerle su gran alegría comunicativa; tal vez fuera hora de socializar con ella.

Muerdeme - KnjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora