єℓ нσмвяє ιηνιѕιвℓє

78 4 0
                                    

 ¡ADVERTENCIA!

Este capítulo contiene material sexual y lenguaje explícito. Se recomienda discreción por parte del lector. 

________________________________________________________


Día 47, 08:15 h

No he dormido en toda la noche. Nunca olvidaré los ojos color fuego de Solveig, en los que se mezclaba la decepción, el asco, la rabia y la tristeza. No me atrevo a salir de mi habitación, cada portazo me sobresalta. Tengo muchísimo miedo: miedo de la reacción de Minnie cuando se entere y miedo de tener que irme. ¿Qué me queda entre los humanos? Solo recuerdos que, al cabo de unos años, estaré convencida de que han sido fruto de mi imaginación.

Frente al espejo, descubro mis ojos hinchados por las lágrimas. Tengo los párpados enrojecidos y profundas ojeras. Este es el resultado del amor, el resultado del placer cuando una se encapricha y pierde la cabeza por un hombre... He mojado dos discos de algodón en un vaso de agua para colocármelos sobre los ojos. Necesito descansar, pero es como si me corriera petróleo por las venas: me siento pesada, aturdida, en estado de shock. Voy a acostarme en la cama y dejar que los algodones alivien mis ojos. Dormir, necesito dormir.

* * *

—¡Marmota, pequeña marmota! Quince horas durmiendo, ¿le parece razonable?

La voz de Minsu me llegó distante y no supe discernir si aún estaba soñando.

—¡Vamos, apúrese! Pensé que estaba a punto de terminar su trabajo. ¡Un poco de energía, cielo, energía!

Me quité los algodones, ya secos, y abrí los ojos a duras penas. Minsu me miró con preocupación y se sentó en la cama. Me tocó la frente con su mano gélida.

—No tiene fiebre, pero permítame que se lo diga: ¡Menuda carita lleva! ¿Qué está pasando, So dam?

No pude resistir la voz tan maternal de la tierna Minsu. Me abracé a su cuello, que olía a rosas.

—Sol nos sorprendió, a Namjoon y a mí, en el jardín.

—Oh...

—Me muero de vergüenza y de miedo. De verdad que no soy una mala mujer y me prometí no intentar nada con Namjoon tras el regreso de Minnie, pero es algo más fuerte que yo, no soy capaz de controlarme.

—¡Usted no tiene la culpa de nada! Es Namjoon quien tiene que tomar las decisiones y, a poder ser, las correctas. Yo le adoro, es como un hijo para mí, pero jamás ha sido demasiado fuerte para hacer frente a las situaciones románticas. En el trabajo es un tiburón, nunca pasa una y su autoridad natural le ha convertido en el hombre más respetado de la ciudad. Pero su talón de Aquiles es, y siempre ha sido, el sexo femenino. La primera gran historia de amor de Namjoon acabó en un completo fracaso, no fue capaz de sentar la cabeza con Rose , su compañera, y aunque estaban locamente enamorados, él la dejó para casarse con otra.

—¡Qué triste! Ha estado con muchas mujeres, entonces...

—No se lo tome a mal, So dam, pero Namjoon tiene unos cuantos años de vida a sus espaldas. Ha conocido a mujeres, sí, pero... a ninguna humana.

—Ah. Ya veo.

—Rose es viuda actualmente y tan codiciada como siempre. Pensé que la desaparición de Minnie volvería a unirles, pero entonces llegó usted, para mi gran alegría.

—Y Minnie, para mi gran pena.

—Puedo asegurarle que Minnie no sabe nada. Me la crucé esta mañana, iba con Sol y se reían como adolescentes, nada parecía perturbar el corazón de ninguna de las dos. Luego llegó Namjoon, besó a Minnie y no pasó nada extraño.

Muerdeme - KnjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora