¡ADVERTENCIA!
Este capítulo contiene material sexual y lenguaje explícito. Se recomienda discreción por parte del lector.
_________________________________________
Día 46, 06:50 h
Antes no soñaba o no recordaba mis sueños. Tal vez estaba demasiado agotada para tomar la senda de lo onírico cuando podía descansar... Mis noches eran cortas y pragmática: acostarse, dormir y levantarse para ir al trabajo. Desde que estoy aquí, no pasa una sola noche sin que sueñe. Esta noche, la cuadragésima quinta, no ha sido ninguna excepción. Y este último sueño me turba especialmente porque ha sido caliente, salvaje y maravilloso, pero... no estábamos solo Namjoon y yo. SeokJin se unía a nosotros. No puedo recordarlo sin sentir vergüenza. Me encantaría tener una amiga a la que poder contárselo todo, a veces la soledad me pesa. En este momento, Namjoon me rehúye y yo rehuyó la mirada de SeokJin.
* * *
El ambiente en la casa era muy tenso. Namjoon ya no salía nunca de su guarida, Minsu parecía estar enfadada y no había vuelto a ver a Solveig desde que me había cortado el pelo. Miré su baúl y me di cuenta de que aún no le había dado las gracias. Su nota decía que nuestra amistad era imposible, pero eso no era excusa para mis malos modales. La verdad es que todos los vampiros de la casa tenía una cualidad común innegable: una enorme generosidad. Daban sin esperar nada a cambio, y aunque el dinero no tenía el mismo valor para ellos, nada les obligaba a ser tan espléndidos. Al regalarme ese baúl lleno de ropa exquisita, Sol había dado un paso para acercarse a mí. No sabía cómo podría agradecérselo... Aparte de los hombres y la moda, no tenía ni idea de qué otras cosas le apasionaban.
Perdida en mis pensamientos, no escuché a Minsu entrar, refunfuñando en voz baja. Su rostro se dulcificó cuando le dediqué una amplia sonrisa.
—Hola, cielo, tome, le ha llegado esto por correo.
—Eh... vale. ¡Qué raro, nadie sabe esta dirección!
—Pues aun así, ya ve...
Minsu me entregó un grueso sobre. Llevaba el sello del Ministerio del Interior. No solía recibir documentos oficiales, así que se me aceleró el corazón por la inquietud. Minsu se sentó a mi lado, era evidente que no pensaba dejarme sola.
Me pasó una horquilla para que la usara como abrecartas. Rasgué el papel, leí las primeras líneas y repetí en voz alta algunas palabras:
—Solicitud... Acuerdo de luna llena... periodismo... se ha estudiado el caso... comisión... aceptado.
Minsu, que no entendía nada, me cogió la carta de las manos para averiguar de qué se trataba. La leyó y me dio un fuerte abrazo.
—So dam, ¡qué maravillosa noticia! ¡Debe estar contentísima, qué locura, no sabía que había hecho una solicitud para salir!
—¡Pero si yo no pedí nada! ¡Nada!
Busqué en el documento algo que arrojara un poco de luz al asunto. En la línea donde ponía "Solicitante – Garante", vi inscrito el nombre de SeokJin. La idea de Sol de que obtuviera un salvoconducto para continuar mi investigación había germinado en la mente de SeokJin: había realizado la solicitud en mi nombre y la habían aceptado. Encontré un carné de prensa adjunto a la carta con mi nombre, mi foto y, en grandes letras negras, la frase: "Autorizada – Nivel 4".
La noticia me sacudió por completo, aunque no sabía si de alegría o ansiedad. SeokJin había tenido un detalle precioso conmigo, ya que por fin iba a poder profundizar en mi trabajo y tener acceso al barrio rojo. Pero también suponía que ya no tendría ninguna razón para seguir encerrada, ni siquiera para quedarme en aquella casa. Ese último pensamiento me perturbó. Minsu se dio cuenta y me acarició el pelo.
ESTÁS LEYENDO
Muerdeme - Knj
أدب الهواةEl mundo actual se divide entre mortales y vampiros. La sociedadparece haberse adaptado a la coexistencia de las dos especies, perolas desconfianzas persisten. Una noche, un coche que viaja a granvelocidad atropella a So dam, una joven de veintidós...