Durante la cena el Bakusquad seguía comentando los enfrentamientos del día y la participación del Wonder dúo mientras los mencionados solo sonreían ante las ocurrencias y comentarios de sus amigos.
Cuando estaban a punto de terminar de cena, el ruido de unos motores interrumpió la amena velada.
— ¿Qué demonios? — preguntó Katsuki al ver que dos autobuses se estacionaban en medio del campamento.
— Pensé que iban a llegar para mañana — mencionó Sero levantándose para acercarse.
— ¿Quienes? — el Bakusquad miró al de de ojos rubí totalmente sorprendidos por la pregunta.
— ¿Enserio no lo sabías? Los de la clase B y los estudiantes de Shiketsu nos acompañarán para los entrenamientos de los dos últimos días. — respondió Mina dando una pequeña pirueta.
Finalmente el rubio ceniza actuó como Izuku lo había esperado desde el principio: Gritando que sin duda les ganaría a todos los extras.
Las risas de sus compañeros no faltaron, y con una mirada aliviada al ver al cenizo animado Izuku decidió que el igualmente disfrutaría los últimos dos días que les quedaban. "No perderé Kacchan"
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Las batallas uno a uno que habían tenido al día siguiente con el resto de las clases habían sido bastante estimulantes, al no pelear mucho contra ellos era más difícil armar estrategias anticipadas por lo que el peliverde y el cenizo se habían divertido armando estrategias sobre la marcha.
A partir de ese día Izuku notó también la cercanía que parecían tener Kacchan y Todoroki con unos estudiantes de Shiketsu: Un chico muy alto con quirk de viento y una chica con quirk de ilusiones. Sabía que habían sido compañeros en las clases extra para la licencia, pero no sabía que eran tan cercanos.
— ¡Doki!¡Kats! ¡Por aquí! — Si, a eso se refería. Desde que habían llegado la chica se la pasaba cerca de ellos llamándolos de esa manera. Habían terminado compartiendo las horas de las comidas con ellos ya que Innasa no parecía querer dejar solo a Todoroki y Camie a Kacchan.
Soltó un bufido que fue escuchado por su amiga castaña.
— ¿Que pasa Deku-kun? Has estado irritable todo el día. Esta vez ni juntar nuestra mesa con la de Bakugou- kun a mejorado tu humor — la castaña sabía perfectamente del enamoramiento de su pecoso amigo por el rubio malhumorado. Fue ella la que ayudó a aclarar los sentimientos del pecoso para empezar, le hizo considerar si es que realmente solo admiraba fervientemente al mayor o era algo más. Por eso sabía la razón detrás del bufido, solo que quería que el menor se desahogara un poco.
— Es que ¿ya escuchaste cómo los llama? — hasta para él sonaba absurdo el reclamo pero sus celos le nublaban su capacidad de pensar en este momento— Además...hay algo en ella, aún no sé que, pero hay algo que me inquieta.
