02 | Dos estrellas se encuentran

57 5 9
                                    

Emma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Emma.

-Ostras, lo siento, lo siento mucho. -me disculpo en cuanto me percato de que le he arruinado toda la camiseta. La he cagado.

Chasca la lengua y bufa. Es ahí cuando levanto la vista.

Es un chico de más o menos mi edad. Lo más notorio es el pelo blanco que tiene. Completamente blanco, impoluto. Es liso y lo tiene un poco largo. Lo siguiente más llamativo son sus ojos grises aunque están casi negros por el ambiente. Mandíbula marcada con fuerza, (probablemente porque estará contando hasta diez para no enfadarse conmigo) labios normalitos y una nariz recta, ni repingada ni curva, recta.

Llevaba una camiseta de tirantes blanca con una camisa azul abierta de manga corta. Unos vaqueros negros y unas Vans negras. Llevaba tan solo un colgante con una placa en la que llevaba grabada la letra L. Manos anchas con unos cuantos anillos esparcidos por ahí y unos pendientes simples.

Sí, me miraba con asco. Se notaba a la legua. Me miraba como si yo fuese una nueva especie diferente a la suya. Como si yo de repente hubiese dicho "¿hey, por qué no me choco con alguien?" y me hubiese estampado con él. Así soy yo, soy de esas que causan una buena impresión a los desconocidos.

- ¿Qué? - pregunto al ver que se queda tieso en el sitio mirándome fijamente entrecerrando los ojos.

-¿No piensas traerme alguna servilleta o papel para arreglar el desastre? -dice pasmado como si no supiese sumar dos más dos.

- ¿También puedes traértelo tú sabes? Digo, es más productivo que quedarse ahí parado con esa cara. - respondo un poco a la defensiva. No me ha gustado el tono que ha usado.

- ¿Te recuerdo que tú eres la que me ha tirado la bebida?

Touché, suspiro.

- Ya voy, ya voy...-me rindo buscando algún rollo de papel de cocina para secarle un poco la ropa.

Busco por la sala y al final acabo preguntándoselo a una chica que andaba por la cocina.

-Aquí está. -susurro victoriosa con él en la mano.

Vuelvo a la escena del crimen y veo como el chico no se ha movido del sitio. Aunque ahora no es a mí a la que mira con asco, sino a la camiseta manchada. Me siento un poco mal por habérsela chafado pero fue sin querer, lo juro. De todas formas esas no son formas de tratarme,, ha sido un accidente.

- ¡Pásame un poco, rápido!-le oigo decir con voz gruesa para que salga de mi trance.

Le paso un poco y veo como se levanta un poco la camiseta para limpiarla y aunque mi yo adulta decide mirar a otro lado, mi yo adolescente nota las hormonas impacientes queriendo echarle un vistazo, cosa que acabo haciendo muy a mi pesar.

Joder, tiene abdominales el muy capullo.

Está concentradísismo intentando salvar la camiseta que no se da cuenta del repaso que le pego. Cintura pequeña y torso tenso y marcado. No es súper musculoso pero se nota que hace ejercicio. Hombros anchos también y brazos trabajados. Creo que se me hace la boca agua pero lo disimulo como una actriz, muy profesional.

Cuando las estrellas dejen de brillarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora