Capítulo 28 duele no tenerla

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Capítulo 28 duele no tenerla

Michael: la perdí, perdí a mi princesa para siempre sé que lo que hice lo hice por mi hijo él es quien ahora yo tengo proteger y cuidar. Pero no me voy a alejar de mi princesa la amo aunque por un tiempo tenga verla como la otra no eso para ella no, no quiero que mi princesa sea vista como ello no me gustaría verla de ese modo pero no tengo otra opción amo a atenea y no pienso perderla por nada del mundo en mi vida había sentido algo como lo que siento por ella es como tocar el cielo con las manos como si flotara en una nube de puro amor y felicidad que solo ella sabe darme nunca nadie me ha hecho sentir algo como esto ni siquiera ella darla ella fue mi primera novia. Hace unos días junior el hermano de mi princesa me llamo para preguntar por qué había tomado la decisión de casarme con ella si no la amaba le explique cómo fue que las cosas sucedieron casi, casi que se mete por el teléfono y me arranca el cuello con las manos lo se mi cuñado es un poco intenso me grito de todo en el teléfono yo solo me reía ya él no podía verme. Yo sé que lastime a mi princesa yo la vi el día en que esta farsa fue llevada a cabo sus estaban tan rojos como si estuviera llorando todo el día y parte de la noche ni el maquillaje le tapaba los ojos tan hinchados que traía y yo no estaba peor pero tenía que hacer esto por mi hijo pero me siento del carajo tan mal que podría golpearme a mí mismo por haber lastimado de este modo a atenea mi princesa se veía tan dolida su mirada apagada ya no tenía ese brillo que la caracteriza y solo éramos ella, Giovanna y yo mi hermano se había ido un mes antes esa maldita tarde yo también llore en la soledad de mi habitación en ese apartamento que ahora comparto con esa mujer como quisiera que el hijo que espera Giovanna fuera de mi princesa y mío me hubiera encantado casarme con ella porque si la amo y no me voy a alejar de ella jamás eso puedo jurarlo por lo que más amo en este mundo que es ella si la amo y no  me da vergüenza admitirlo la amo, LA AMO. 

besos con sabor a caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora