-¿Cómo llegué a esta situación?- No podía creer lo que tenía delante... ¿En qué momento se torció todo?
Yo vivía feliz en mi casa sin tener que preocuparme de nada, era solo un chico normal con una vida normal y preocupaciones normales como si encontraría novia o si mi equipo favorito ganaría el partido del sábado. Ahora me encuentro en medio de la selva con lo que parecen tres velociraptors mirándome con hambre ¿Sería un sueño? Un raptor rápidamente me respondió saltando contra mí y dándome un arañazo que logre esquivar por milímetros pero por desgracia mi jersey no, tras eso intente alejarme a lo que el raptor respondió con otro arañazo, esta vez en mi espalda, el cual si impacto, caí y rodé, lo justo para ver que el raptor cargaba contra mi preparando otro ataque, alce las manos cerré los ojos y grite.
-AYUDAAAAA.- Esperaba los colmillos de la bestia, sentir sus fauces cerrar alrededor mío... Pero nunca llegaron.- ¿Eh?
Cuando alce la mirada pude ver como una sombra estaba saliendo de mi mano y como unos metros más atrás se encontraba el raptor que me estaba atacando, derribado en el suelo, cubierto de la misma sustancia. Estaba intentando comprender qué había pasado cuando las otras bestias cargaron furiosas contra mí, volví a levantar la mano intentando repetir lo que sea que pasase antes, pero no ocurrió. Se estaban acercando, podía sentir la sangre en mi espalda, lo que sea que fuera la cosa negra de antes no saldría, estaba preparado para el final en este mundo que no conocía. Justo cuando los raptors saltaron un árbol les llevó a los dos por delante.
-¿Qué cojones...?- ¿De dónde salió ese árbol? -Mire en la dirección de la que provenía y me encontré una figura humanoide.- Un humano... Ayúdame...- El cansancio golpeó y mi vista empezó a nublarse, la figura se acercó y dijo algo antes de que me desmayara.
-Tranquilo ahora estás bien.- Era una voz femenina, dulce y reconfortante. ¿Tal vez un ángel viene a por mi alma? No creo, pero sea lo que fuera, me salvo solo para verme morir enfrente suyo...
O eso pensaba, desperté sobresaltado, por un instante pensé que de verdad había sido un sueño pero un agudo dolor en la espalda me recordó que no lo era. Me habían quitado el jersey y la camiseta y me habían vendado entero, analice la habitación en la que estaba, era rustica, una casa de campo tal vez, las alfombras eran de algún tipo de pelaje y pude reconocer la piel de un gran lagarto con plumas en una silla, seguramente de algo similar a mis atacantes. Con dolor conseguí levantarme y acercarme a una pequeña ventana que había cerca de mi cama, la abrí y asomé la cabeza para ver que estaba en un claro con un pequeño laguito en medio del bosque, me quedé hipnotizado mirando el bello paisaje cuando escuche pasos al otro lado de la puerta.
-Hola buenos diAAAAAAAAAH.- Cuando la puerta se abrió del todo pude ver una figura humanoide cubierta de un fino pelaje que tenía unas orejas puntiagudas en lo alto de su cabeza y una especie de cola de lobo bailando detrás de ella, su confusión inicial paso al analizar la situación y su rostro cambió a uno de enfado a la vez que su cola se erizaba.
-¿Que haces fuera de la cama? De vuelta ahora mismo o te muerdo.- Un ligero gruñido se podía oír entre las palabras, yo obedecí todavía sin entender que pasaba.- En Serio, ya tuviste suerte al sobrevivir a esas lagartijas, no la tientes moviéndote antes de tiempo.
La ¿humana? se acercó a una mesa y dejo lo que parecía lo faltante de mi uniforme y tras coger una silla se sentó al lado mío y puso la mano en mi cabeza, se notaba suave y cálida, parecía la de un peluche, si ignoramos las afiladas uñas que salían de ellas.
-No estás caliente.
-¿Disculpa que?
-En la frente, Segis dijo que si no tenías la frente caliente es que la medicina está funcionando.- La chica me sonrió de manera tierna y no pude evitar fijarme en sus colmillos, eran algo más largos que los demás dientes y parecían especialmente afilados.- ¿Puedo saber tu nombre y que hacías en el bosque solo? ¿No serás un suicida verdad? De ser así perdón por quitarte el momento.
-No te preocupes, no soy un suicida, gracias por salvarme.- Escuchar eso hizo que otra sonrisa se dibujara en su cara, esta vez acompañada de un pequeño bailecito de su cola.- Me llamo Arlet... Supongo que solo Arlet pues no me acuerdo de mi apellido. ¿Tu como te llamas?
-Así que solo Arlet ¿eh? Nombre raro, yo me llamo Luna, es un placer.- Parecía maja sin duda, aunque sus rasgos animales aun se me hacían muy... extraños.- ¿Qué me miras tanto? Pervertido...
-Nono, perdona, es que nunca vi a nadie con orejas y cola de perro...
-COMO QUE DE PERRO, SOY MEDIO LOBA.
-Perdona perdona, nunca había visto una semi-loba antes.- Entonces su expresión cambió a una más apagada y melancólica.
-Y todavía sigues sin verla...
-¿Que dijiste?- No pude entender bien lo que susurraba, pero se veía triste.- Oye ¿Estas bien?
Cuando dije eso mas pasos se escucharon por el pasillo y una voz ronca pero calmada empezó a sonar.
-Tranquila pequeña, ya sabes que aquí estás a salvo de todo eso.- Luna se giró con una cara de ilusión como si estuviera viendo a un superhéroe o a santa el día de navidad.- Discúlpala muchacho, digamos que es una historia complicada la que tiene.- La voz se acercó y apareció un humano aparentemente normal, muy mayor y que usaba un bastón para apoyarse.- Mi nombre es Segismundo, un placer conocerte al fin.
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Caos: Cero
AdventureSigue las aventuras de la pareja de protagonistas en un mundo de fantasía al que no pertenecen.