Aprendiendo lo Básico

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Segismundo sonreía mientras se acercaba a Luna, le empezó a acariciar la cabeza a lo que ella respondió con un abrazo.

-Oye Luna, ¿Puedes ir abajo a encender el fuego? Quiero hablar un rato con nuestro invitado.

-Esta bien Segis.- Luna se paró en la puerta y se giró para mirarnos y sonrió antes de ir por el pasillo de forma poco sutil.

-Siempre tan llena de energía.

-¿Y eso es lo que más te sorprende de ella?

-Je, entiendo la confusión, en nuestro mundo no había gente como ella y temo que incluso en este ella es una rareza.

-Espera... ¿Nuestro mundo?- Me quedé dudando un momento ante la sonrisa de Segismundo.- ¡NUESTRO MUNDO!¿Eres de donde yo?¿Qué es este sitio?¿Cómo llegamos aquí?

-Jajaja, tranquilo chico, te va a dar algo.- Por mucho que diga lo que acaba de soltar fue una bomba en toda regla.- ¿Arlet verdad? Veras llegue hace unos 50 años a este mundo de manera espontánea, casi no recordaba nada y estaba tan confuso como tu, solo sabía que estaba en un sitio desconocido y que en este mundo existían cosas que iban contra toda lógica en nuestro mundo. Este mundo está lleno de magia, no están muy avanzados tecnológicamente pero cualquiera puede controlar la magia como quien aprende un deporte en nuestro mundo, hay gente que es más buena en baloncesto y otras en fútbol, pues con la magia igual. Además de la existencia de la magia como tal, hay especies que han evolucionado de forma distinta, un ejemplo serían los reptiles que te atacaron en el bosque y otro ejemplo serían los demihumanos, especies humanoides de alta inteligencia como los humanos pero con características físicas de distintos animales.

-Furros.

-¿Qué?

-Solo di que sí.

-¿Si?

-Pero por como lo dices no son tan raros como para decir que ella es una rareza.

-Veras... Ella es una mestiza, una bastarda nacida de un humano y una demihumana... dos especies que llevan en guerra por décadas, lo que hace que fuera odiada en cada lugar al que fuera. Hay otros reinos con otras razas y creencias, pero ninguna se molestó en abrirle la puerta a alguien sin dinero, un nombre noble o poder.- Se podía notar el odio en sus palabras y la tristeza en su mirada.- Lo único que pude hacer por ella fue esconderla en este bosque y enseñarle lo que aprendí de este mundo en mis aventuras pero...

-Por como te miro cuando entraste diría que lo hiciste muy bien, desde luego es más agradable que muchos de nuestro mundo ¿No crees?

-Je, supongo que tienes razón.

-Pero por lo que dices de la magia, ¿Todo el mundo puede hacerla? ¿Incluso tú y yo?

Segis sonrió y extendió la mano.

-En este mundo hay cuatro elementos básicos, agua.- tras decirlo una pequeña burbuja salió de su palma.- Viento.- Un tornado en miniatura apareció al lado de la pompa.- Fuego.- Una llama apareció.- Tierra.- Una piedrita apareció junto a sus compañeros elementales.- Por lo general una persona promedio en este mundo puede controlar uno puede que dos elementos, los de tres son considerados genios y los de cuatro pues casi únicos, aparte de estos cada elemento tiene una mejora por así decirlo, el fuego se vuelve rayo, el agua hielo, el viento sonido y la tierra gravedad.- Tras decirlo la burbuja y la llama se convirtieron en lo que Segis dijo.- Y luego hay combinaciones de estos que te permiten llegar a fronteras nuevas de poder.

-¿Aquí solo estás fardando verdad?

-Un poco.- Me miró con una sonrisa.- Te propongo enseñarte a controlar la magia alrededor tuyo para que puedas valerte por ti mismo en este mundo extraño, pero aviso que será un camino complicado.

-Sinceramente, ¿Acaso tengo algo que perder? Además, si tu no te fuiste de vuelta ya... No creo que haya muchas opciones de volver a casa.

-Nunca se sabe chico, ahora ven, preparare algo para comer.

Segis me ayudó a levantarme y me puse la ropa, comprobando que mi reloj sigue en su sitio, ahí está, lo saque y abrí, todo seguía bien y funcionando.

-¿Aún se siguen llevando?

-Solo un recuerdo de lo que vale una sonrisa.- Lo guardó de nuevo en el bolsillo de mi camisa y sigo a Segis por el pasillo y bajamos unas escaleras donde Luna está agachada frente a lo que parece un horno con las manos extendidas hacia el fuego.

-¿Calentando las manos?

-Encendiendo el fuego más bien.- Cuando me fijo mejor en sus manos puedo ver como pequeñas partículas están saliendo de sus palmas hacia el montoncillo de leña dentro del horno.

-Ooooh, así que tú también puedes hacer magia.

-Sipi, pero solo puedo controlar dos elementos, no llego al nivel de Segis.- Luna se levanta y me mira de arriba a abajo con curiosidad.

-¿Te gusta lo que ves?- Le dedicó una sonrisa pícara que le saca rápidamente los colores.

-Ca-Cállate, solo me resulta curiosa tu ropa, nunca vi nada igual.- Se la veía molesta, muy mona, y muy divertida.

-Siiii, la ropa.- Me río mientras ella empieza a poner cara de mala ostia.- Tranquila, solo me meto contigo, ¿Puedo ayudar en algo para la comida?

-Hoy no, es tu primer día aquí así que solo explora un poco la casa, Luna vete con él e intentar hacer buenas migas, creo que se quedará un tiempo.

Caos: CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora