Visitas Inesperadas

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A la mañana siguiente me desperté mas tarde de lo habitual, me estire y luego recordé lo que había pasado ayer antes de la cena, Luna me había besado, fue solo un beso en la mejilla pero no puedo evitar sonrojarme. Baje intentando no pensar mucho en ello y entonces me encontré con Segis y Luna acabando de preparar el desayuno.

-Oh, justo iba a despertarte.- Mientras Segis hablaba mi mirada se cruzo con la de Luna lo que dio a que ambos la apartáramos al instante sonrojados.- Quiero que vayáis a atrás a practicar un poco, un viejo amigo mío se acercara de visita y quiere ver vuestras habilidades y es mejor que no os pille en frio.

-¿Alguien va venir aquí?- Luna se puso tensa de golpe, yo intente quitarle un poco de hierro al asunto.

-Y más importante aun... ¿Tienes amigos?- La pregunta me gano un bastonazo de Segis en la espinilla pero también conseguí sacarle una leve sonrisa a Luna.

-Si tengo, y este en concreto es la puerta a la siguiente parte de vuestro entrenamiento, ahora desayunar y empezar a practicar.

Mientras nosotros empezábamos nuestro entrenamiento escuchamos como el invitado de Segis entraba en la casa, no le dimos importancia y continuamos, al igual que hace unos días estábamos haciendo un combate de practica.

-No ganaras esta vez.- Dije mientras bloqueaba uno de los ataques de Luna.

-Eso dijiste en la anterior y aun sigo invicta.- Luna me empuja y toma impulso para saltar con sus patas traseras, yo estaba esperando el golpe cuando una gran ola de viento la mando a volar contra un árbol.

-Ufff menos mal que estaba aquí para ayudarte amigo mío, esas bestias a veces se les olvida cual es su lugar.- Una figura joven con media melena de pelo plateado y ropa muy extravagante apareció, yo estaba paralizado, Luna se había desmayado bajo el árbol.- ¿Oye estas bien?

Me gire hacia el mientras tomaba una de mis canicas de viento.

-Tu...- Rompí la capsula para generar impulso contra la figura desconocida y cuando estaba a escasos centímetros de el active una de fuego generando una llamarada gigante que cubrió medio patio, la nube de humo que se levanto por el impacto se disipo para mostrarme sujetando al desconocido de la camisa con otra canica de fuego en la otra mano lista para estampársela en la cara.

-¡Alto!- La orden de Segis fue a tiempo para evitar que el confuso invasor se convirtiera en churrasco.- Suéltale.- Así lo hice y mire a donde estaba Luna, se estaba incorporando lentamente lo que me hico respirar aliviado.

-¡Lurei, más te vale tener una explicación jovencito!- Un hombre mayor con una toga entro junto con Segis a escena, era un poco más alto que el y tenia una frondosa barba blanca junto con una melena igual de larga si no más.

-No es mi culpa director, esa bestia me ataco primero y cuando me defendí ese loco me salto al cuello.

-Vuelve a mentir y vuelvo tostada.

-Inténtalo ahora sin el factor sorpresa mendrugo.

-No mereces el gasto de una de mis canicas.

-Maldito...

-¡Lurei detente!- Tarde, unos glifos grises aparecieron en sus palmas y las golpeo esperando lanzar un hechizo que nunca llego.

-¿Eh?- Lurei estaba confuso, sus manos no habían generado ningún hechizo, ni si quiera un sonido, cuando se paro a mirarlas vio que en ellas no había ningún color, no solo eso, sino que una mancha negra empezó a subir por sus brazos haciéndole imposible separarlos mientras yo le miraba fijamente, la sombra subió y le apunto a los ojos como si de una flecha se tratara, aunque antes de impactar ambos ancianos nos separaron. 

-¡Arlet, dije que te detuvieras!

-Pero Luna...

-Yo estoy bien tranquilo.- Luna ya incorporada se acerco tocándose la espalda, solo me pillo muy por sorpresa.

-Ves, puedes relajarte.- Respire profundo y asentí.- Vale, ahora quiero explicaciones.

-Yo también quisiera oírlas pero antes...- El amigo de Segis miro a Lurei.

-Disculpa haberos atacado.- Hizo una reverencia hacia mi esperando a mi respuesta, yo mire a Luna y ella asintió.

-Demonios... Esta bien puedes levantar la cabeza, yo también reaccione de más.

-Bien, eso aclarado Lurei vete al carro, esperaras ahí hasta que acabe de hablar con ellos.- El asintió y se fue por donde había venido mientras nosotros entrabamos en la casa.

-Bien, por puntos, estáis ante el Director de la Real Academia de Magia del reino humano, el señor Gandor, espero no menos que el máximo respeto cuando os refiráis ante el.

-Venga Segis no seas tan duro con ellos, es un placer conocer a los discípulos de una leyenda viva, el honor es todo mío.- Hizo una leve reverencia a la cual nosotros respondimos con una propia.- Pero me gustaría hacerte unas preguntas jovencito y me gustaría empezar por esas canicas.

-Eso es nuevo para mi también así que explícate.

-Bueno, yo las llamo canicas elementales, las fabrico haciendo una barrera antimagia de un elemento y expulsando todos los demás haciendo que el elemento en concreto quede atrapado en esta, luego empiezo a comprimirla en forma de canica, cuanto más repita el proceso más poderosa es la magia al liberarla pero tiene limites todavía, no puedo ni almacenar variantes ni varios elementos a la vez y cuando lo intento el resultado es la sombra que visteis antes, aunque esa no se de donde salió cuando siempre me deshago de esos errores.

-Wou... Esa es una forma original de usar tus poderes.

-Segis me había hablado de que eras algo excepcional pero esto va incluso a más.- Gandor agito la cabeza y nos miro a Luna y a mi.- Una mestiza y un mago con un tipo de magia únicos, Segis sigues sorprendiéndome a cada año.

-La sorpresa es que sigas sorprendiéndote a estas alturas.

-Jejeje, bueno a lo importante, Arlet y Luna.- El se puso de pie y extendió los brazos.- ¿Querrías ingresar a la escuela de Magia?

Caos: CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora