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Si comentan mucho les hago un ramo personalizado de flores, gran oferta no se la pierdan jsjsjjsjss (pero no es broma, lo hago dependiendo de lo que me den vibras) 


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-T-tu.... Estabas m-muerta- La voz de Alina era átona, sudor frío recorría su espina dorsal, el miedo era pesado sobre su esternón, había tenido una terrorífica pesadilla. Solo unos segundos antes había irrumpido sin cuidado a la habitación de Lyra. Para encontrarse con una principesca escena que no tuvo tiempo de analizar, Nicholas murmuró algo que se estrello en los labios de Lyra. El muchacho salió del lugar con absurdos pasos, demasiado apresurados. La mirada de la castaña estaba perdida en las grietas del techo.

Y después, ellas estaban solas y Alina le contaba entre tartamudeos su atroz sueño.

-Tranquila, sigo aquí Alina, mírame.- La castaña tomo las manos de la otra para poder sentir su cuerpo. La energía estaba volviendo poco a poco a su cuerpo, Lyra regularizaba su respiración, además de los sollozos de su amiga el perfume de él chico no se iba.

Su atormentada mente era un revoltijo de pensamientos, dejó que Alina reposara en su pecho y acarició poco a poco su cabello hasta que ella se quedó dormida. Nicholas su chico, era un pensamiento recurrente, no era parte de ella pero el anhelo crecía como una ponzoñosa enredadera dentro de sus intestinos. Los labios del chico eran como una fruta prohibida, sus dedos recorriendo su espalda desnuda sonaban demasiado bien, su reparación sobre su pecho seria tan gratificante, enredar los dedos en su cabello era tan tentador, enterar sus uñas en su pálida piel podía ser como una cura. Su lengua repasando cada parte de ella, poder hacer vibrar su núcleo, que juntos asesinaran sus pesadillas.

Nicholas no dejaba de pensar en ella. Zarcillos de necesidad subían por sus brazos hacia su mente. Pestañas como mariposas queriendo escapar, ojos castaños como puñales en su corazón, manos femeninas recorriendo su cuerpo. Besar su clavícula seria como una ensoñación, hacer sangrar esos delicados labios, el apuro de enterrarse en ella se presentaba con demasía. Ver estrellas en sus ojos, sentir el calor que irrigaba su acaramelada y melodiosa piel. Enfermarse de tanto lamer el goteante veneno de sus labios. Roer la corteza de su corazón, estremecer su núcleo. Poder mirar el firmamento juntos sin miedo.

Lyra despertó en brazos de Alina. El sudor perlaba su frente, la calidez de los brazos de la chica se estaba haciendo agobiante. Se paró suavemente de su lecho para dirigirse a su cómoda. Tomó entre sus manos el gélido vaso de agua, dejó que el agua corriera libre por su garganta. Parecía que la helada sensación no se iba de su garganta. Necesitaba encontrarla manera de encontrar la "Fons iuventae" su madre estaría perdida si no lo lograba. Debía abordar a Nicholas fuese como fuere. El pensamiento era disrruptivo y demasiado repetitivo. Su mano apretó tan fuerte el vaso que temió que se rompiera.

Mmmm. - el murmullo carente de sentido de Alina la sacó abruptamente de sus pensamientos. El estremecimiento de su piel era sulfurante, no se encontraba bien. Se dispuso a salir para prepararse, la esperaba un día largo y tremendamente agotador. Se acercó a paso ligero a su cama y depositó un suave beso en la frente de su amiga. Alina estaría bien, siempre lo estaba. Lyra sabía que ella no se preocupaba lo suficiente por su amiga, pero era mala para ayudar a las personas, solía arruinarlo. Alina significaba demasiado, pero pasaban días en los que hablaban muy poco. Temía que Alina se aburriera de ella, aunque como se repetía a menudo: era solo su mente autosaboteándola. Quería que su relación fuera más fuerte, quería seguir siendo su apoyo, pero sabía que Alina no la tenia de única amiga. Rondaba siempre cerca de una dama de compañía en especial, y a ella le molestaba que eso la afectara tanto, no era su dueña podía tener más amigas, pero el dolor de perderla siempre estaba ahí. Tenia demasiado miedo a que la lastimaran, se tenia miedo a ella misma, vivía con miedo ¿Pero todos vivimos con miedo, o no?  

𝕷𝖆 𝖈𝖍𝖎𝖈𝖆 𝖖𝖚𝖊 𝖘𝖊 𝖆𝖙𝖗𝖊𝖛𝖎ó 𝖆 𝖘𝖆𝖇𝖊𝖗   ... #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora