Pt. 14

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Estaban sentados por merendar cuando el timbre sonó.
Harry se levantó pesadamente recibiendo un beso rápido de Louis cuando pasó por su lado.

Dos timbres más se dejaron oír.
-Si si... Dios, ya oí. Un segundo.-

El rizado abrió la puerta y no podía creer quienes eran las dos pequeñas niñas que estaban del otro lado de la puerta.

-Ey... Qué hacen aquí?.- realmente estaba confundido, una de las niñas lloraba y la otra la abrazaba y lo veía a él entristecida.

Las hermanas menores de Louis estaban paradas allí, tras la puerta, esperando que las dejara pasar.
Harry se acercó inmediatamente y las pequeñas se abrazaron a él con fuerza como si lo conocieran de toda la vida.

-Wow... Qué sucede niñas?.- Harry se agachó quedando a la altura de las pequeñas y ellas volvieron a aferrarse a él.

-Nos... estaban siguiendo...- Daisy hablaba entre sollozos.

-Unos hombres... nos seguían muy de cerca y...vimos el auto de BooBear aquí... no sabíamos qué más hacer..- Phoebe lloraba desconsolada.

-Estábamos cansadas de correr.- se excusó Daisy.

-Perdón.- las dos hablaron al mismo tiempo abrazándose a Harry aún más si era posible.

-Sssh no no no, niñas Dios. Tranquilas, no se disculpen. Hicieron bien, Louis esta adentro, entremos si?.- Harry alzó a las dos pequeñas en brazos y las llevó adentro.

Louis escuchó la puerta cerrarse y también pudo oler un aroma diferente, podía sentir que Harry estaba preocupado pero también olía angustia, miedo y dolor, y eso no provenía de su omega.

El alfa se levantó inmediatamente corriendo hasta donde se encontraba el rizado y se quedó helado por una fracción de segundos cuando lo vio cargando a sus hermanas pequeñas.

-Pero qué demonios???.- Louis se acercó rápidamente a los tres y sus hermanas inmediatamente pidieron ser abrazadas y protegidas por él.

-Niñas..- Louis podía sentir las lágrimas de sus hermanas correr por su camisa empapándola.
Su mirada desconcertada y la de Harry se encontraron sin saber cómo actuar.

-Vayamos arriba, les vendría bien recostarse... Hablaremos allí.- fue lo único que el rizado dijo dándose la vuelta para subir las escaleras seguido de Louis y las niñas.

Acostaron a las pequeñas en el cuarto de invitados para que se sintieran en calma, Louis se acostó en medio de ambas dejando que lo abrazaran e invadiendo todo con sus feromonas para que se calmaran y se sintieran seguras.

Harry le contó lo que ambas le habían dicho, y tuvo que calmar al alfa para que no enloqueciera después de haber oído todo.

Daisy y Phoebe apenas tenían 7 años, y rara vez volvían solas del colegio que estaba a unas tres cuadra de su casa.

Generalmente Felicité o Charlotte se encargaban de recogerlas al final de sus clases ya que su madre volvía tarde del trabajo los días de semana.

Louis no podía comprender el hecho de que las menores estuvieran volviendo solas a casa, no encontraba una explicación posible.
Casi sentía que podía estallar del enojo que tenía, pero debía controlarse para que las pequeñas no se espantaran más.

Ambas se durmieron después de un rato y los dos adultos salieron del cuarto dejando la puerta entre abierta para oírlas por si se despertaban y ellos no estaban allí.

-No puedo creerlo... Estoy tan enojado. Te juro que cuando me entere quienes fueron los desgraciados les voy a quitar los puntos ojos!!..-

-Sssh tranquilo Louis. Entiendo tu enojo pero debes calmarte, llama a tus hermanas y a tu madre para hablar con ellas o lleva a las pequeñas a la casa y habla allí con todas... Pero debes calmarte, tu ira ahora solo le haría peor a las niñas.- Louis estaba sentado en el sofá del living, estaba exasperado y nervioso.

Harry se arrodilló frente a él y le colocó sus manos en la cara,
-Escucha alfa, están a salvo ahora. Si tu necesitas salir puedes dejarlas conmigo, si necesitas que las recoja de la escuela puedo hacerlo. Si necesitas una niñera, también puedo hacerlo... Solo, cálmate si?, no sé que hacer cuando te veo así, me pongo mal... mi corazón... mi corazón se encoge y mi omega se marchita cada vez que te ve así.- el rizado le sonrió de lado y sus ojos brillaban por las lágrimas que contenían. Estaba muy emocional.

-Lo siento amor, no quiero que te angusties por mi...- el alfa lo levantó sentándolo en su regazo.

-Me alegro que se hayan dado cuenta que era mi auto y que tu las hubieras reconocido inmediatamente..- lo acarició y lo beso en la mejilla.

Harry había soltado sus propias feromonas para relajar al alfa.
-Tu me calmas, omega..- inspiró su aroma embriagándose de él.

-De verdad crees que puedes cuidarlas un rato mientras salgo?.- sonaba apenado de decir aquello.

-Confías en mi, alfa?.- Louis asintió rápidamente con su cabeza hundida en la fuente del aroma de Harry.

-Entonces vete en paz, estaremos bien aquí por un rato sin ti.- el rizado se atrevió a besarlo suave y cálidamente en los labios.

Se sentían tan bien cerca el uno del otro, su calor, su aroma, su piel y todos sus sentidos estaban en completa paz cuando estaban unidos.

Louis se despidió de Harry, y se llevó consigo una llave de la casa para poder entrar en caso de que llegara muy tarde.
Salió rápidamente de la casa en busca de su madre y hermanas, y también de información que le ayudara a encontrar a esos malnacidos que habían intentado llevarse a sus hermanas.

Pasarían unas tres horas hasta que el alfa volviera a la casa del omega, solo y sin ningún rastro de ira o enojo en todo su ser.
Había encontrado respuestas y estaba más calmado ahora, podía volver con su omega y dormir en paz.
Había decidido que las pequeñas pasaran la noche con él y Harry en la casa, se sentía más seguro si las tenía junto a él aquella noche.

Todo lo que había pasado le hizo darse cuenta cuán importante era la familia, y cuanto debía encargarse de ser el hombre y el alfa que respaldara a su madre, hermanas y ahora a su omega.

Él realmente estaba agradecido por la persona que era Harry, él omega podría haber actuado de cualquier forma o como cualquiera de los otros omegas que habían conocido por una maldita casualidad a su familia, pero el rizado actuó de la forma más amable, desinteresada y pacífica del mundo con sus hermanas.

Definitivamente era el indicado y haría las cosas como debía hacerlas con él.

Cuando llegó a la casa de Harry se encontró con tres pequeñas criaturas acostadas en la cama del omega, las niñas estaban a cada lado de Harry abrazándolo con fuerza como lo habían hecho con él unas horas antes, estaban completamente dormidos.

The Boss and the AssistantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora