Capítulo 7

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Después de curar las heridas y alparecer la sangre de la nariz dejó de salir, Luca se quedó más calmado, ayudó a la Señora a guardar lo utilizado en curarlo.
— Esta bien jovencito, yo tiro esto, quédate con el, se nota que te necesita —. Ella se retiró con las cosas en mano y los dejo solos nuevamente.

Luca se fue a sentar al sofá donde estaba rescatado Ercole, el se sento y el mayor posó su cabeza en las piernas de Luca, mientras lo miraba con una sonrisa.
— ¿Cómo te sientes? —.
— Ya estoy mejor Luca, gracias por estar acá —.
— Es lo de menos que puedo hacer después de que me haya defendiendo —.
— No dejaría que nadie te lastimara ¿Sabes? —.
— Lo sé, solo, trata de evitar la violencia la próxima vez ¿quieres? —.
— No prometo nada —.

Ambos soltaron una risa ligera; Luca comenzó acariciar levemente la cabeza de Ercole, solamente se miraban en silencio, pero no hacía falta decir mucho.

— Creo que dormiré un poco —.
— Estas bien ¿quieres que te ayude en llevarte a tú habitación? —.
— No, estoy bien, prefiero no hacer algun movimiento —. Soltó una risa suave.
— Entonces ¿quieres que me vaya? —.
— No, quédate, solo quédate aquí —.
Luca asintió y siguió con las pequeñas caricias en la cabeza de él.

A los pocos minutos, Ercole estaba totalmente dormido en las piernas de Luca, se le veía profundamente, como su tuviera el sueño pesado.
Luca levanto de la cabeza de el y colocó un cojín por de bajo, reemplazando sus piernas.
Tenía sed, así que decidió ir a la cocina por un poco de agua, y así fue, se perdió un poco pero llego finalmente, era una bastante amplia.

Tomo un vaso y sirvió agua, para beber de este, y dejarlo en su lugar.
Miro sus manos y estas tenían un poco de sangre ya un tanto seca, así que se acerco a lavarse estas en donde suelen lavar los platos.
Sus manos cambiaron de inmediato a escamas verdosas y azuladas, pero se quitaron al poco rato cuando comenzó a sacarlas con un trapo.

— Eres de esos —.
Luca salto del sulto al escuchar esa voz, se dio vuelta de inmediato y vio a la señora que había atendido a Ercole.
— Vaya susto me dio —. Rio levemente tomando su pecho.
— Lo lamento, no pude evitar mirar su manos bajo el agua —.
— Oh si, si se refiere a esos de monstruos marinos, si, soy uno de ellos —.
— Impresionante —.
— ¿Por qué? ¿Nunca había visto uno? —. Preguntó un tanto confundido, ya que los marinos habian estado viviendo entre los humanos desde ya hace unos años, era imposible que no haya visto uno de ellos.

— No, no es eso, es solo que me impresiona mucho el de echo de que el Joven Visconti tenga a alguien como tú de.. pareja —.
— Si, yo también, nunca pense que saldría con el tipo que quería matar a mi amigo y a mi hace unos años atrás —.
— Espera ¿Eres Luca Paguro? —.
— Ah si, el mismo ¿como es que —.
— Después de que Ercole perdió es carrera y llego totalmente empapado, no deja de gritar el nombre de Luca Paguro y Alberto Scorfano, gritando cosas que se vengaria, que los odiaba —.
Soltaron una risa ambos, pues era gracioso como Ercole pasó de odiarlo a amarlo y defender por el.

— Recuerdo bien esa noche, después de que Ercole llegó gritando sus nombres, su padre llegó también y las cosas empeoraron, su padre estaba totalmente enojado con el, no solo por qur haya perdido la carrera fue más el echo de que perdió y fue humillado por personas como... —.
— Como yo —.
— El Señor Visconti...el lo...golpeó, golpeó a Ercole, el no podía hacer nada, era su padre y no podía hacer nada —.

Luca sentia como se le apretaba su corazón, también como el sentimiento comenzaba a ganarle a la contraria.

— Yo no podía hacer nada, he trabajado con los Visconti desde hace años, mucho antes de que Ercole naciera, no podía ponerme encontra del Señor Visconti, y aún me arrepiento mucho de no haber defendido a Ercole esa noche, y todos los días antes y después —.
— ¿Días antes? ¿Después?  Esta diciendo que ¿que el? —.
— El señor Visconti siempre ha sido muy duro con Ercole, siempre le ha exigido ser el mejor en todo, cuando lo metió a clases de piano y violín, le exigía que fuese el mejor, si no, el, el era castigado —.

Luca no sabia que decir, se sentia extraño, no tiene palabras que salieran de su garganta, nunca imaginó que Ercole pasaba por todo eso.

— Es por eso que después de aquella noche, Ercole puso toda su dedicación al violín y piano, pero encontró algo más que lo apasionaba, y era el arte, su padre no estaba muy de acuerdo que el estudiará eso, pero al final de cuentas, le dijo que tenía que ser el mejor, fue entonces que lo mando a Francia, y ha vuelto como un ganador, como siempre, como su padre siempre quiso —.

El castaño estaba apunto de preguntar más, quería saber que más fue de su infancia, de su vida antes de que Alberto y el llegara a Portorosso, todo, absolutamente, sobre su madre principalmente; lastimosamente no pudo preguntar algo más, pues se escuchó la puerta principal abrirse y después un grito de voz grave y rasposa.
— ¡Patricia! —.

— Es el Señor Visconti, se suponía que tendría que volver en una semana o dos —.
Luca se quedó helado ¿como vería a ese Señor a la cara después de lo que escuchó? ¿Sería prudente presentarse como Luca Paguro? ¿O como pareja de su hijo? No, no podía, se notaba en el relato que él Señor Visconti odiaba a los de su especie ¿y si lo corría? Tendría que irse, pero Ercole le pidió que se quedara, que no lo dejara.

Comenzó a tener un ataque de pánico y ansiedad, tenía mucho tiempo que no le daba algo así; tenía que calmarse y tratar de idear un plan para no arruinar nada.

— ¡Patricia! —. La voz se escuchó más cerca de la cocina, donde estaban ambos, Luca seguía quieto sin saber cómo reaccionar.
— Patricia te he dicho que siempre vengas a mi llamado —. Dijo entrando el Señor Visconti a la cocina, este calló cuando miró a alguien desconocido ahí parado en el lugar, lo miró de pies a cabeza, parecía que lo criticaba.
— Señor, lo lamento, estaba apunto de ir pero —.
— ¿Quién es el? —.
— Ah ¿el señor? Es amigo del Joven Visconti —.

Luca miraba con ciertos ojos de miedo al contrario, llevaba un traje negro, bien vestido, sus zapatos brillaban de lo bien que estaba pulidos, un gran bigote, peinado como Ercole lo hacía, y en boca un puro que salía de su punta el humo.
— Ercole no tiene amigos, a lo que el me decia —. Habló con voz imponente, cosa que hizo que Luca quisera temblar como gelatina. — Salúdame niño, no te quedes así —. Este estiro su mano.

Luca miro a la mujer de nombre Patricia y ella le dio la mirada de que aceptará el apretó de manos.

— Ah... —. Hizo el movimiento de manos que Giulia le había enseñado, el como saludar formalmente.
— Dime tú nombre —.
— Ah soy, soy —.
— Luca Paguro —. Se escuchó la voz de Ercole desde la entrada de la cocina. — Es Luca Paguro —.

El padre de Ercole soltó de inmediato la mano de Luca, y lo miro con el seño fruncido y después a Ercole.
— ¿Qué haces aquí padre? —.
— Más bien ¿qué haces con el enemigo en casa? —.

Luca comenzó a tener un nivel de ansiedad elevado, un ataque precisamente, sentia que su corazón latía rápidamente, parecía que se iba a desmayar.

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Lamento no haber actualizado casi en un mes ;w; pero la inspiración llega y se va fácil, pero prometo tratar de hacerlo más seguido, espero les haya gustado este capitulo y le den su apoyo, gracias<3

🍦 𝔾𝕖𝕝𝕒𝕥𝕠 🍦 (Ercole x Luca) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora