"Que el bastardo se aparezca"

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En una desértica carretera destruida, un enjambre de parademonios se encontraban al acecho, buscando cualquier forma de vida que aún no haya caído ante la ecuación anti-vida, Darkseid se ha apoderado de la Tierra y para seguir con su plan de controlar la vida en todo el multiverso debía deshacerse de quien sea que se interfiera, debía drenar la Tierra y a todos sus habitantes de su libre albedrío. Es una suerte que los parademonios no son muy listos, continuaron su camino, buscando más incautos que aún sigan vivos y desprevenidos.

 Por detrás de los restos de un auto destruido sale un encapuchado conocido, Batman, vistiendo sobre su traje una gran gabardina, una bufanda y gafas para protegerse de tormentas de arena. 

-¡Despejado!- Grita el murciélago, seguro de que los parademonios se han ido.

Detrás de él un grupo de sobrevivientes sale al descubierto, Cyborg, Mera, Flash y Slade Wilson. 

-¿cuánto falta?- pregunta Cyborg con un notario cansancio. 

-Falta poco.- 

-Bien, debemos apurarnos, no podemos estar al descubierto más tiempo... nos encontrará.-

Todo el equipo se reunía, se mantenían juntos, esperando a que el murciélago dictara el siguiente movimiento, todos se encontraban cansados pero decididos a seguir. 

-Deja que venga.- Una enojada y rencorosa Mera habló. -Que el bastardo se aparezca.- con furia clavó el mango de su tridente en el suelo. -Lo apuñalaré en el corazón por lo que le hizo a Arthur. Lo haré pagar.-

 -Se como te sientes, Mera- Dijo Batman tratando de tranquilizar a la pelirroja pero eso solo la enojó más.-

-Tu no tienes idea de cómo me siento.-

 -Debemos apegarnos al plan.- Dijo Bruce, haciendo caso omiso a las palabras de la xebeliana.

Escuchar al murciélago sin una pizca de empatía la enfurecía más, pero sabe que es su equipo, así que controla su ira solo para hacerle una pregunta directa. 

-Dime... si alguna vez en tu vida haz amado...- 

Bruce se quedó callado y antes de que pudiera responder una risa diabólica y a la vez sarcástica se escuchó detrás de él.

 -Au contraire, mi bella sardinita.- El guasón se encontraba con ellos, escuchando y observando, regocijándose en su desesperación, hasta que esa frase lo hizo intervenir. -El sabe lo que es perder a un ser amado.... Como a un padre... a una madre...-

 -Ten mucho cuidado con lo que vayas a decir.- Bruce contenía todas sus furias cada vez que el guasón abría la boca para hablar.

-... como a un hijo adoptivo... ¿no es eso cierto....Batman?-El ambiente era tenso, el Guasón sabía perfectamente que puntos golpear para provocar al murciélago.-No lo sé, tal vez la apestosa anchoa tenga razón... porque ¿Cuántas personas deben morir en tus brazos antes de que la muerte te sea indiferente?- 

-Eso no fue muy cuidadoso.-

-¿Cuántos ojos muertos puedes ver antes de que mueras por dentro?- 

Batman estaba apunto de responder, con una ira apunto de romperse, pero una cansada voz femenina interrumpió la conversación.

 -Muy bien, es suficiente.- 

Todos en el grupo voltearon a ver el origen de esa voz; con una capucha negra, cabello rubio completamente largo, el logo de una estrella en el lado izquierdo de su pecho y un cinturón rojo, Carol intervenía antes de que las cosas escalaran más. 

 El guasón, sorprendido pero manteniendo su actitud, comenzó a reír de forma más desagradable, casi siendo un chillido, cuando terminó puso su mano en su frente imitando un saludo militar. 

Universos Distintos 2: Darkseid WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora