Capítulo 11: Los que quedaron

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A oscuras, en lo profundo de un bunker subterráneo. Un grupo de supervivientes están resguardándose de las desérticas tormentas que hay afuera, era de los pocos lugares seguros que quedaban.

Camas desgastadas, goteras sin reparar, paredes destruidas; todo irradiaba decadencia. Excepto una computadora, una computadora lo suficientemente grande como para ser la única fuente fuerte de iluminación dentro del bunker. Un cansado Jaime Reyes, con su traje azul cubriendo todo menos su cabeza, miraba la pantalla, donde estaba un chat codificado, estaba esperando un mensaje, un mensaje para saber si el plan se concretaría.

La escotilla que fungía como la entrada al recinto hizo su forzado ruido mientras era abierto, poniendo en alerta a Jaime, junto con los demás supervivientes que estaban ahí; Cleo Cazo, quien alzó su comunicador de ratas que puso alerta a todos los roedores en el cuarto, Ryan Choi haciendo su casco colocarse con su nanotecnología, Helea Bertinelli alzó su ballesta con una mirada determinada y Emilia Harcourts, con sus limitadas opciones de defensa, preparó dos glocks 20 listas para ser utilizadas.

Todos se llevaron un gran alivio cuando vieron quien estaba bajando, era Robert Dubois, retirando su casco, o lo que quedaba de él; solo quedaba la parte de la mandíbula, que le cubría lo suficiente la boca y la nariz para protegerse de las tormentas arenosas y áridas del exterior, tenía puestos unos lentes que le amplificaban la visión para mejorar su tino en disparos a larga distancia, cortesía de Floyd Lawton después de que su casco fuera destrozado años atras.

Se le notaba cansado, harto de la vida. Al quitarse sus protecciones dejó escapar un suspiro de alivio.

-¿Como te fue?- Preguntó Blue Beattle después de relajar su traje y defenza.

-Lo suficientemente bien para conseguir esto.- De un compartimiento sacó una bala plateada, que en su punta tenía una piedra, una piedra verde y ligeramente brillosa. Todos en la habitación la vieron con incredulidad y asombro.

-Oh Dios, ¿es real?- Preguntó la cazadora, anonadada por el objeto.

-Tan real cualquiera de nosotros aquí presentes.-

-¿Como la conseguiste?- Ahora fue Emilia la curiosa por el objeto. Tanto que se acercó a el y lo tomó con cuidado. Todos veían la bala como un objeto sagrado.

-Floyd consiguió restos de kriptonita en los laboratorios S.T.A.R. Forjó dos balas.- Levantó dos dedos de su mano, como si hiciera el signo de la paz, para resaltar la importancia de sus palabras ante todos. -Dos balas solamente; el tiene una y yo tengo otra, conociéndonos bastará con que uno de nosotros tenga la puntería adecuada, precisamente por eso debemos esperar al momento adecuado.-

-¿El murciélago sabe de eso?- Preguntó Helena. Robert miró hacia otro lado ocultando la decepción. 

-Él tiene su propio plan.-

-¿Y cual es el nuestro entonces?- Se unió a la conversación Ryan.

-Mañana a primera hora saldremos de aquí rumbo a Arkham; Floyd, Harley y Boomerang nos esperarán allá. Croc y Sharky nos guiarán a través de las cloacas para no tener que salir al exterior y no arriesgarnos. Cuando lleguemos allá...-

Un temblor retumbó en la habitación, desorientando a todos. Blue Beatle se colocó instintivamente el traje y corrió hacia la computadora para ver si hay alguna pista de que podría ser ese estruendo. Otro retumbó.

-¿Dejaste que te siguieran?- Preguntó Helena alarmada a Bloodsport.

-Me aseguré de que no.-

-Pues parece que no te aseguraste bien.- Atacó Harcourt volviendo a empuñar sus dos armas de fuego.

Universos Distintos 2: Darkseid WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora