—Señor, decía que soy Jeon Jungkook y voy a enseñarle un poco de ecología. -El castaño se acercó a pasos lentos al pelinegro que se encontraba parado simplemente, como una estatua, con los brazos inertes a los costados de su delgado cuerpo. La voz del pequeño castañito le hace sentir una sensación de calidez que se expande por todo su pecho, el corazón le palpita desenfrenado y amenaza con salirse de su pecho. El mar en picada golpea contra la orilla, unas fuertes brazadas y un intento desesperado por salir a la superficie, el aire se escapa entre sus dedos como granos finos de arena, un camino de agujas aprisiona sus pies y una parvada aletea en su oído. "Hay lugares para tirar esto, Hyung", aquel sonido le trae de vuelta a la realidad, al aprisionante espacio entre el jóven pelicafé y él.-
—Lo lamento, estaba distraído -Cuando el pelinegro trató de tomar la colilla entre los dedos del más joven, este ya se encontraba un metro lejos, tirando la colilla del mayor en el contenedor correspondiente para a los pocos segundos regresar a su lado.- Soy Kim Taehyung y no soy un señor -voltea su cabeza dedicándole una mirada al de tez blanca, con una sonrisa burlona y divertida.- Quizás yo soy un señor porqué tú eres un bebé. -Sus cejas se alzan en una mueca que denota la burla, el de camisa blanca lucía pequeño pero no parecía ser menor de 15.- ¿Cuántos años tienes? ¿Quince?
Las cejas del mesero se enmarcan en una mueca de molestia, si bien tenía una cara infantil eso no significaba que fuera un bebé, era suficientemente grande para cuidar de si mismo, o por lo menos se había obligado a serlo.- Tengo 17 años, señor Kim. -aquel hombre le había provocado una sensación de intriga, qué hacía un joven con esa vestimenta en uno de los bares más sucios y baratos de Seúl, no parecía ser el tipo que no tenía dinero, Jungkook sabía que aquellos zapatos eran exclusivos y de diseñador, de sólo respirar cerca de ellos sentía que se romperían y tendría que pagarlos; en cambio los de él eran lo contrario, ni siquiera lograba recordar la última vez que compró zapatos nuevos, llevaba con el mismo calzado negro desgastado desde hace un año. Los gritos de su jefe inundan sus oídos y sabe que su turno está apunto de terminar y gracias a que hoy llegó tarde, tenía que quedarse horas extras a lavar las copas.- Debo retirarme Taehyung hyung -Jeon hace una reverencia respetuosa para dar media vuelta y adentrar su delgado cuerpo por la desgastada y sucia puerta de cristal, no sin antes voltear cuando el mayor menciona su nombre.-
—Ten una buena vida, pequeño Jeon. -El pelinegro sonrío ladino y Jungkook no supo cómo reaccionar, aquel hombre en verdad era intrigante, jamás alguien le había despedido de esa forma tan peculiar. No supo cómo ni porqué pero sintió la enorme necesidad de derribar la barrera y tirar los bloques. Los muros de piedra recubrían las paredes, un joven que quema al tacto, sus manos se derriten contra la superficie y su piel se desvanece, la ropa cae y el desnudo se hace presente, un trazo, de pronto todo es blanco y la pesadez se hace presente, aquel que le deseaba una buena vida sería el que acabe con esta, y no quería parar, Jeon no pararía hasta que el cristal se rompiera y los vidrios le cortaran.-
—Larga vida al rey, señor Kim -Un castaño sonriente hace una reverencia para después perderse entre los grupos de ebrios que chiflaban y exigían copas que ya ni siquiera podían pagar y por primera vez en 3 años trabajando en aquel lugar, Jungkook sintió que el aire se limpiaba y sus pulmones le agradecían por el aire recibido, después de tanto, Jungkook volvía a respirar y en el mismo momento Taehyung consiguió poner su mente en blanco por primera vez, nada lo acechaba y sus pecados no lo atormentaban, ambos lo sentían: la primera pincelada se hacía presente, una línea curveada color rojo inundaba sus mentes, no había escapatoria, ya había comenzado, pasos lentos y concisos, con un mismo destino, sirviendo de guía a aquellos como ellos, este era el principio del fin, Taehyung más que nadie lo sabía, aún faltaban 7 colores y un buen pintor jamás dejaba una obra sin terminar, aunque se manche en el proceso.
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Quelque part au-delà de l'arc-en-ciel.
FanfictionEn algún lugar del arcoiris. "Contigo he sentido todos los colores del arcoiris, Jungkook." Taekook. Temas sensibles: Abusos, violencia intrafamiliar, homofobia, abandono, religión. Por favor ser respetuosos con los temas tratados en la historia. H...