Quelque part au-delà de l'arc-en-ciel.

Rouge: L'agressivité/ Rojo: La agresividad.

A pasos rápidos un pelinegro y un castaño se dirigían a la casa del más joven, Jungkook no se explicaba cómo, pero de alguna manera había terminado siendo acompañado por Taehyung a su casa, después de que el recién nombrado le prohibiera rotundamente subirse a la moto de Minho, y mucho menos sin un casco.

-Entonces Jungkook, ¿A qué te dedicas?.- la voz del pelinegro hace paso entre su cavidad timpánica y le obliga a voltear a verlo para contestar su pregunta.

-Soy estudiante de enfermería, hice mi preparatoria en un sólo examen así que se me permitió estudiar la universidad antes.- una pequeña sonrisa se cuela entre sus finos labios, sin siquiera notar lo que ese gesto causa en el pelinegro a su lado.- Simplemente me agrada la idea de saber que podré ayudar a alguien a regresar con su familia sano y salvo, sé que no seré médico, pero a mí parecer, los enfermeros son igual de importantes.-

El castaño toma confianza rápidamente, Seokjin siempre lo ha dicho, Jungkook es el chico más noble, dulce y amoroso que ha conocido, es incluso irreal la personalidad del de ojos estrellados.

-Serás un gran enfermero, puedo notarlo a simple vista.- el cumplido de Taehyung ocasiona que las mejillas del pequeño Jeon se tiñan de un rosa pálido casi imperceptible a la luz de la noche, pero para un observador pelinegro, es simplemente sencillo percibir su sonrojo.- Ya tendré una persona que cure mis heridas.- su comentario fue inocente, casi pícaro y bromista, pero vaya que escondía un gran significado.-

En un parpadeo ambos jóvenes se encontraban ya en frente de una pequeña casa de apenas un piso, con las paredes un poco desgastadas y el patio inerte de vida, pero más importante aún, con un Seokjin recargado contra la puerta, con ambos brazos cruzados a la altura del pecho y una mueca que hace estremecer al asustado Jungkook.

-Hyung -el de piel nivea hace un amago por aventarse a los brazos de su mayor, pero este es más rápido y coloca un dedo contra su pecho, todo esto a ojos de un expectante Taehyung.-

-Dijiste que Hoseok te traería. -inquiere seriamente sin siquiera dedicarle una mirada al desconocido detrás de Jungkook.- Y Hoseok llamó hace un momento para invitarnos a los bolos mañana.- su tono cada vez se hace más áspero y molesto, comprendía a su pequeño, pero también odiaba que lo desobedeciera.- Grande fue la sorpresa cuando me enteré que no iría a recogerte y que me mentiste. -los ojos del de diecisiete años se llenan de pequeños destellos que amenazan con salir en forma de lágrimas, Seokjin no quiere ceder ante su ternura, por lo que voltea hacia atrás notando por primera vez la presencia ajena a la familia.- ¿Y este quién es?

-Oh -el castaño menor había olvidado completamente ese detalle, el sentimiento de culpa haciéndole olvidarse de cualquier otra cosa que no sea obtener el perdón de Seokjin.- Él es Kim Taehyung, es -de nuevo se queda callado un segundo, sintiendo los pesados ojos de su compañero de casa caer en él, expectantes, a la espera de una explicación.- mi amigo, eso es. -sonríe inocentemente, sus grandes dientes haciendo aparición y tomando el brazo del confundido y nervioso pelinegro entre sus delgados falanges.-

-Yo, mucho gusto. -Taehyung hace una reverencia torpe, producto de sus nervios, si bien él es mucho más alto que aquel que lo mira con extrañeza, no puede evitar sentirse intimidado, vaya que el chico sabe regañar.- Es un placer conocerlo. -extiende su mano que después de unos segundos de tensión e incomodidad es tomada por el mayor de los 3, en un apretón fuerte y casi tenso.-

-Soy Seokjin, el padre, hermano y tutor de este mocoso. -explica al pelinegro mientras sus manos caen pesadamente en los hombros de Jungkook.- ¿Se puede saber que haces tú, con mi Jungkookie, a la 1:25 de la mañana, en mi casa?. -cuestiona alzando una ceja y haciendo énfasis en ambos "mi" de la oración.-

-Yo, yo estaba en el bar donde trabaja Jungkookie y entonces me di cuen... -Taehyung quiere seguir hablando pero la rápida mano de Seokjin se coloca frente a su rostro indicándole que se calle.-

-¿Así que tienes el hábito de tomar?. -su ceja alzada y su rostro contorsionado en una mueca juzgona hacen que toda la confianza de Taehyung se vaya por el caño, sus labios se abren y entrecierran tratando de buscar las palabras correctas para contestar, finalmente soltando un entrecortado y bajito "no, yo sólo quería ver a Jungkook".-

Ambos jóvenes miran sorprendido al apenado Taehyung, uno con más molestia que sorpresa y el otro completamente extrañado con la confesión recién dicha.

-¿Para qué querías ver tú a mi Jungkookie?.- vuelve a cuestionar Seokjin mientras instintivamente aprieta a Jungkook contra su pecho.-

-Ya basta Jinnie hyung, vas a espantarlo.- susurra Jungkook, buscando que sólo el mayor de todos escuche sus palabras, y como siempre, Seokjin no se puede negar a nada de lo que diga su niño de mejillas abultadas y ojitos brillosos.-

-Vamos ya a la casa, es tarde. - indica un derrotado Seokjin, lanzandole a Taehyung una mirada que el nombrado no supo procesar.- Que descanses Taehyung-shii

-Taehyung hyung, muchas gracias por acompañarme. -el castañito le dedica una bonita sonrisa y el aludido siente sus piernas temblar con ese solo gesto, obligando a sus manos a sostenerse de la pared para no caer desparramado contra el piso.- Que descanses.- añade antes de entrar con un brinquito a la casa.

"Que descanses Jungkook", es todo lo que logra decir Taehyung antes de irse a pasos tranquilos hacia su casa, sin deseos de llegar a tiempo y con una sonrisa estúpida contra sus labios, no sabía que ocurría en su cabeza, pero vaya que Jungkook es el niño más dulce que ha conocido. Durante el transcurso a casa de Jungkook había conseguido el número del más bajo, por lo que se decide a mandarle un mensaje, aún sabiendo que Jungkook no lo vería a esta hora.

Número desconocido: Ten una excelente noche, Jungkook, espero que descanses y reúnas fuerzas para mañana, no olvides desayunar y tomar mucha agua cuando despiertes, fue lindo acompañarte a casa. (◠‿◕)

Pero vaya que la magia dura poco, porque cuando pone un pie dentro de su apagada y oscura casa, se sorprende al sentir una palma abierta impactar contra su cara, volteandole la cabeza de un sólo tajo y dejándole una sensación de ardor, pero aún peor, una sensación de humillación.

-¿Dónde estabas?.- la voz gruesa, dominante e imponente lo saca de su trance, en el cual se había sumido debido al dolor punzante en su mejilla izquierda.- ¿Acaso me has pedido permiso para salir?.- sus fuertes dedos aprisionan las mejillas de Taehyung, apretandolas hasta que la saliva escurre de los labios de su hijo y las marcas rojizas manchan su delicada piel.-

-Y-yo, yo lo lamento.- el Kim menor obliga a su voz a salir, aunque cuando lo consigue esta sale entrecortada.- Sólo fui a caminar por ahí, no me fijé la hora, no volverá a pasar, lo prometo.- Sus ojos se posan en su teléfono que recién vibró contra su pantalón y rezó con todo su corazón que no fuera Jungkook el emisor del mensaje, pero como siempre, la suerte no está del lado de Taehyung.-

1 nuevo mensaje entrante.
Jungkookie: ¡Taehyung hyung! Eres muy dulce, gracias a ti por acompañarme a casa, prometo jamás volver a hacer algo como lo que hice hoy, me di cuenta de lo mal que estuve (';︵;') de todas maneras, gracias por haberme cuidado y disculpa la actitud de Seokjinnie hyung, es así con cualquier persona que se me acerca. En fin, descansa hyung, sueña lindo. (｡•̀ᴗ-)✧

Su padre arrebata su celular en un movimiento rápido, leyendo en segundos el mensaje recién llegado. Su ceño se frunce y sus ojos se tornan oscuros.- Creí que ya habíamos olvidado esto, Taehyung. -en menos de 30 segundos Dong-yul se encuentra jaloneando el brazo de su hijo hasta llevarlo a su habitación para posteriormente obligarlo a arrodillarse frente a la cama.- Reza hasta que te quedes dormido, quiero escucharte hasta mi habitación.- y sin chistar Taehyung empieza a recitar el padre nuestro, con las mejillas humedas contra la cama y su mano apretando con fuerza su camisa.-