Quelque part au-delà de l'arc-en-ciel.

Rouge: Les jalousie./ Rojo: Los celos.

-Por favor, Seokjin hyung, lo prometo, haré todo lo que pueda.- Un chiquillo, de 17 años, yacía tumbado en el piso, aferrado a su pierna como si de un koala se tratase, y aunque la escena para el mayor parecía tierna, el motivo del berrinche no le parecía tan agradable, llevaba más de 15 minutos discutiendo con el mencionado y su paciencia estaba a punto de derramarse.-

-Jungkook, he dicho que no y se ha acabado esta conversación, no tienes el permiso y no irás, ¿Qué parte no has comprendido?.- Con nula delicadeza, el pelinegro toma los delgados brazos de su menor y los deja caer a los costados, liberando por fin, después de diez minutos, su pierna, que comenzaba a entumecerse ante el fuerte agarre del muchacho.- Espero por lo menos puedas recoger el basurero que tienes en esa habitación, el olor a irresponsabilidad y fodonguez brota de ese cuarto, Jeon.

-Hyung, recogeré mi cuarto, lavaré los trastes, acomodaré mi ropa, limpiaré la casa pero, por favor, reconsidera mi propuesta.

Sí, el castaño estaba conciente de lo necesitado y humillado que se escuchaba en ese momento, pero oportunidades como esa sólo ocurrían una vez en la vida, y no estaba dispuesto a desperdiciarla sólo por su mayor, que claramente no confiaba en él; aún tenía una chispa de esperanza, que se vió apagada en el momento en que su hyung pasó de él, como si ni siquiera hubiera escuchado todo lo que el menor había dicho.

-Ni siquiera comprendo, ¿Por qué no puedo ir?. Hyung, llevo cuatro años viviendo contigo y nunca he causado ningún problema, ¿Por qué no confías en mí?.- Su voz cada vez más apagada y el bufido que salió de sus labios hizo que Seokjin notara su enorme descontento ante la negación que le había impuesto, pero no iba a ceder, sabía bien lo que ocurriría y no iba a dejar que su protegido pasara por ello. Con voz suave y un ademán de mano, hizo que el joven cabizbajo se sentara a su lado.

-No te atrevas siquiera a mencionar que no confío en tí.- Reprendió llevando una mano a la rodilla del castaño, quien tuvo que aguantar el impulso de empujarlo, sabía que el pelinegro lo quería mucho, pero simplemente no entendía porqué no tenía permiso para salir si se había portado bien todo el maldito año.- Claro que confío en ti, Jungkook-ah, es sólo que el mundo en verdad es cruel, y es aún más cruel para los débiles.- Seokjin notó que el menor entreabrió los labios, dispuesto a repelar por su anterior comentario, así que antes de que pudiera ser interrumpido, retomó la conversación.- Sé que no eres débil y que sabes cuidarte solo, pero Kookie, eres el ser más noble que conozco, siempre vas por allí haciendo el bien para todos, antepones a todos por encima de tu integridad y, aunque eso habla de lo maravilloso que eres, puedes salir muy lastimado en alguna ocasión. Incluso a veces he pensado que eres un ángel caído.

Una pequeña risita adornó los labios del pequeño castañito, sus ojos se achicaron y sus enormes y tiernos dientes frontales hicieron aparición en automático, el menor mordió su mejilla casi queriendo contener otra risa, debía mantener su faceta de niño molesto y así, quizás, sólo quizás, su hyung le daría permiso.- Así que incluso si vas a molestarte conmigo y no me hablarás por una semana, no tienes permitido ir, es mi decisión final.- El, ahora frustrado y molesto, joven se levantó en un intento por abandonar la sala de estar y encerrarse en su habitación a llorar o golpear una almohada imaginando que esta es Seokjin, pero justo cuando quiso abandonar la habitación, unos delgados y finos dedos se enrollaron en su brazo.

-Sé lo mucho que te gusta ese chico, Kook, pero soy cinco años mayor que tú, creo que sé perfectamente cuando algo no te conviene, y estoy seguro de que Minho no es el correcto para ti.- Sin siquiera dejarle terminar de hablar, Jungkook se zafó de su agarre y entró a su habitación, se sentía frustrado y agotado, Minho en verdad le gustaba mucho y no comprendía esa estúpida faceta de hombre sabio que estaba mostrando Seokjin.-