Sigues ahí.
Sigues en mi cabeza, en mis pensamientos, en mis actos.
Sigues en estas malditas notas.
Sigues en mis sueños de futuro, en mis fantasías.
Sigues a través de la pantalla, en mi mente cuando me imagino tu día a día.
Sigues en mi forma de ver el mundo.
Sigues en mi forma de verme a mi y de verte a ti.
Sigues en todo, y a la vez en nada.
Te fuiste, pero sigues.