Day 2

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Tranquila. El día anterior te llegó mensaje de que iría por la tarde ya que decía por la mañana estaría ocupado y no podía hacer lo de despertarte a la hora que debías. Lo habías aceptado sin problemas y por eso te habías relajado en parte. La otra razón era debido a que el día anterior al final no fue tan malo. Seguramente con el pasar de los días te irías acostumbrando un poco más.

— O-nee-¡SAANNN~!

Un pesó cayó sobre ti logrando que despertases. Te había sacado del sueño que estuvieses teniendo de golpe. Ni siquiera le habías escuchado llegar y entrar a tu habitación. 

— Qué..

Sobre ti comprobaste se encontraba la persona que ese día se encargaba de despertarte. Amemura Ramuda. 

Estabas confundida, no que iría por la tarde. Entonces qué hacía en tu casa a esa hora. Y encima tirándose así de la nada. Desde luego no era la mejor manera de despertar.

— ¡Buenos días, Onee-san★! Jajaja, que cara tienes. 

— *Realmente quiero golpearlo en estos momentos...* ¿Puedes quitar de encima? Me estás aplastando.

— ¿Ehhh? Que mala Onee-san, ni que pesase tanto — se hace el dolido.

— Sí, bien, me estás aplastando las costillas.

— Ah.

Se retiró dejando que puedas tomar aire. 

Te incorporaste mirándole, estaba demasiado feliz para tu gusto. 

— ¿No que vendrías por la tarde?

— Sí.

— ... Entonces.

— ¿No es obvio? ¡Es una sorpresa! — ríe.

Le miraste entre neutra y un poco molesta. Tener que escuchar esa voz falsa y chillona desde la mañana era un dolor de cabeza. 

— Wahh, no me mires así. Yo solo quería que Onee-san fuera feliz.

Se giró fingiendo que iba a llorar, pero notando seguías viéndole sin creerle dejó esa actuación y giró de nuevo a verte alegre. 

— Entonces Onee-san, venga, levanta, levanta.

Te cogió de la mano tirando ligeramente de ti para que salieses de la cama. 

Suspirando accediste aún con algo de pesadez.

— Está bien, vamos a desayunar.

— ¿No te vas a cambiar?

— ¿Hm?

En un rápido movimiento se había acercado de más a ti.

— ¿O prefieres que te cambie de ropa yo? — te susurra en el oído.

Te quedaste estática al oír lo que dijo y cómo había cambiado el tono de voz. 

Volvió a alejarse de la misma manera riendo.

— Es broma~. Ah, a menos que Onee-san realmente quiera — dice animado volviendo a hablar como antes.

— T..

— ¿?

— ¡L..largo! ¡Fuera de mi cuarto! Tengo que cambiarme, espera fuera — dices empujándole para sacarle de tu habitación. 

— Jajaja, ok.

Le cerraste la puerta en la cara. Solo una vez le sacaste pudiste intentar tranquilizarte un poco.

Qué había sido ese cambio tan repentino de voz. Además que diga esa clase de cosas. Puede que tuviera que fingir, pero era demasiado para tu corazón. Desde luego sabía lo que hacía.

Ohayōgozaimasu ohimesama  [Hypnosis Mic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora