2.1 - Ramuda

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Siempre obedeciendo. Teniendo que ir cuando le llamaban y aceptar a hacer todo lo que digan sino sería desechado.

— Aunque sean igual, cada uno tiene una consciencia.

Paró cuando escuchó aquello, buscando con la mirada quién lo dijo.

En una sala de descanso pudo observar a dos personas hablando sobre algo que le llamó la atención.

Desde donde estaba no podía escuchar todo, solo partes. Tampoco sabía el contexto.

— No me agradan que hicieran eso de matar y desechar como si no fueran nada. Puede que sea creación, pero desde el momento que "nace" ya es una vida. Aunque puede que no sea igual al resto yo lo considero como un ser vivo más. Seguro si les dejan elegir a pesar de tener la misma base dirán cosas diferentes.

¿De qué hablaban? No lo sabía. La situación le recordabas a sí mismo. Era una posibilidad que el tema fuera eso.

Se alejó sin saber que de lo que se estaba hablando era de un anime con robots. 

No esperó volver a ver a la persona que lo dijo. Le había costado un poco recordar, pero después estuvo seguro. Serías tú quien les estaría calificando en aquella nueva idea que se aprobó.

Se acercó a comprobar cómo eras y preguntarte para ver cómo reaccionabas. 

Aún siendo de Chuuoku y seguramente sabiendo quién era no hubo ni una pizca de diferencia en cómo hablaste con el resto. Vería si te seguías manteniendo de esa forma cuando estuvieseis solos.

Mandó varios mensajes por la tarde, al principio sólo preguntó lo que te dijo el día anterior. Tenía permiso para ir en la tarde ya dijo estaría ocupado en la mañana. Luego de ver mandaste un sticker que podría considerarse adorable empezó igual a mandarte varios y preguntarte cosas no tenían que ver con el día siguiente. 

No obtuvo respuesta.

El día que por fin le tocaba ir fue directo por la mañana en lugar de la hora que te dijo. Eso pasaba por ignorarle. 

Primero aprovechó de dejar todos los dulces que compró en la mesa y luego se dio un recorrido por tu casa comprobando donde estaba cada cosa.

Finalmente se dirigió a tu habitación donde se tiró a propósito con todo su peso sobre ti para despertarte.

— ¡Buenos días, Onee-san★!

En lugar de gritar o enfadarte sólo miraste desconcertada. 

Una reacción realmente normal a la que no estaba acostumbrado por desgracia, pero que no le desagradaba. 

— Jajaja, que cara tienes.

Ni burlándose elevaste la voz ya sea para reñirlo o para decir lo tierno que era. En su lugar pediste se apartase con algo de dolor.

No se había fijado te estaba haciendo de verdad daño y se lo explicaste con calma.

— ¡Es una sorpresa!

Ahora sí mostraste algo más parecido a una molestia. Así era mejor, si veía seguías indiferente hubiera perdido el interés, quería decir que como todos tenías un límite. No sería divertido alguien tan calmada y buena que llegase a ser muy sumisa. Por favor, eras de Chuuoku, tenías que tener algo de carácter también para defenderte. 

Fingió se pondría a llorar obteniendo cero respuesta de tu parte. Tenías cerebro, no te ibas a dejar engañar tan fácilmente. 

— *Tsk, no va a funcionar con ella.* Entonces Onee-san, venga, levanta, levanta.

Había logrado sacarte por fin de la cama y habías accedido a continuar con eso e ir a desayunar. 

Y ahora qué te tenía delante suya así de pie usando pijama y con el cabello desordenado se vio algo tentado de volver a meterte dentro. No por desagrado, en realidad era todo lo contrario.

Demasiado indefensa. Tú misma admitiste no tenías el anulador de Hypnosis y seguramente en fuerza tampoco les ganabas.

— ¿No te vas a cambiar? 

— ¿Hm?

No parecías consciente. Qué pasaba si alguno de los otros igual te veía así. Mejor hacer algo para que la próxima no confiases tanto.

Te susurró aquellas palabras y observó detenidamente tu reacción. Ahora que parecías entender se alejó diciendo era broma.

— T..

— ¿?

— ¡L..largo! ¡Fuera de mi cuarto!

Le habías expulsado de tu habitación. 

Se quedó unos segundos delante de la puerta pensando. 

— *Mierda ¿No es esa reacción demasiado linda?*

Que te hubieses avergonzado de esa manera... Qué otras expresiones tenías. No parecías para nada al resto de las mujeres de Chuuoku.

Estuvo tentado a abrir la puerta y fingir inocencia.

— *No. Dejémoslo así. Mejor prepararse.*

Fue a colocar todo lo que trajo en platos para que quedase más bonito.

Una vez estuviste te hizo sentarte para que desayunaseis juntos. 

Tomó asiento a tu lado y observó como comías algo. Se notaba te había gustado. Estaba satisfecho de realmente ver tu expresión. 

Igual cogió algo para comer.

No quería desaprovechar la oportunidad de hablar contigo. Lo malo era el tiempo. Una vez desayunases y dijeses tenías que irte ya no podríais hablar. Entonces tenía que invitarte en ese momento para que accedieras a ir a una cita. Obvio no lo llamaría así o estaba claro te negarías.

No es como si estuviese enamorado, con tan poco tiempo era imposible, pero si le empezabas a interesar cada vez más. Alguien de Chuuoku que fuese así era muy difícil, por eso le era tan extraño.

— No vemos luego, Onee-san~.

Ohayōgozaimasu ohimesama  [Hypnosis Mic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora