Texto 12

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Tenias que ser tu. Tenias que ser tu quién me clavase la puñalada por la espalda, por segunda vez. No sé si eres cosciente de que la herida no estaba del todo cerrada, que tu puñalada la abrió y este dolor suelta sangre a borbotones. Y ni siquiera sé si es dolor porque sabe más a mentira; mentira con sabor a conveniencia, mentira con sabor a error, mentira con sabor a interés, mentira con sabor a ya te lo advertimos. Un frutero de mentiras, preciosas hasta que se pudren. Que por mucho sol que te de, por muy iluminado que estés seguirás estando podrido.

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