Capitulo 11

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ELIZABETH

Otro día más en la universidad. Esto era demasiado complicado.

Las matemáticas eran fáciles cuando les entendías y te salían bien cuando lo intentabas pero cuando no, eran lo peor de tu día, y en eso estaba.

El profesor estaba explicando, le entendía en ese momento, pero una vez que yo quería resolver los ejercicios no me salía ¿Por qué?, no lo sé. Todo parecía tan fácil cuando él lo hacía pero yo intentándolo hacer, no era nada fácil.

Después de varias clases fui a la cafetería para desayunar.

En esta semana me había hecho bastante popular, y no entendía por qué. Todos los chicos me declaraban su amor, había ganado buena cantidad de seguidores, las amigas de Alice y ella incluida me trataban bien. Esto era bastante raro. Pero al menos no estaba tan sola a la falta de Emma.

-Hola- se dirigió a mi Gemma, sentándose a mi lado.

-¡Esto me va a hacer engordar mucho!- se quejaba Alice de su desayuno con sus demás amigas.

Yo no comente nada, casi nunca decía nada. Con la que me llevaba bien era con Gemma, con las demás no, estaban aquí porque estaba Alice, pero no fuera por ella no se encontrarían aquí.

-Pero no importa, luego voy con Marco a entrenar. A decir verdad solamente voy a entrenar para ver a Marco- confeso Alice con una sonrisa para luego darle un bocado a su desayuno.

Mi reacción al escuchar eso fue solo un levantamiento de las cejas sorprendida.

No sabía que le gustaba, bueno, si lo sabía lo sospechaba, pero no lo tenía confirmado.

-Hablando de el rey de roma- dijo una de ellas y observe como todos los amigos de Marco y el venían hacia acá.

Después de la noche estrellada que vi con el no hemos vuelto a hablar. De hecho hasta Jacob me empezó a hablar más. Y de muchos números desconocidos me llegaban mensajes. Ninguno de ellos era de Marco, eran de chicos que yo ni siquiera conocía.

-¡Marco!- dijo Alice- Siéntate- indico con su mano a un lado de ella. El acató su indicación. Su cara no mostraba ninguna emoción.

Me miró y no me dejo de mirar desde que se sentó, estaba justo enfrente de mí, lo único que nos separaba era la mesa.

Se la pasando hablando todos entre todos, menos Marco y yo. El me seguía mirando, y lo tome como un duelo de mirada. Así que esta vez no me iba a acobardar, no quite la mirada y el tampoco lo hiso. Me quede hipnotizada con su mirada.

No me importaba nada mas en ese momento, más que no despegar mi mirada de sus ojos. Y supongo que él estaba igual.

-¡Elizabeth!- alguien me hace volver a la realidad. Sacudí mi cabeza.

-Mande- respondí.

-¿Puedes venir un momento?- me preguntó Jacob. Ni siquiera sabía cuando había llegado.

Voltee a ver a Marco, el seguía con la misma cara- Si, claro- volví mi mirada al chico que me había preguntado hace unos instantes.

Salimos de la cafetería y caminamos sin rumbo. Y empezamos una conversación.

-¿Quieres salir conmigo en la tarde a tomar un helado?

Vale, eso me había sorprendido. Jamás pensé que lograría a que Jacob me pidiera una cita. Bueno, no era en tal una cita pero hay que emocionarnos.

-¡Si, claro!

-Bien, vamos a las 7:00

-Claro, si- mis mejillas estaba ardiendo.

-Bien, pues me voy.

-Sí, yo igual- me dirigí hacia la cafetería para recoger mis cosas.

En mi mente estaba dando saltitos bastante emocionada. Estaba volando.

-Adiós- recogí mis pertenencias y me despedí de los que estaba en la mesa.

No tenía clase todavía pero quería aprovechar para hacer tarea, en especial de matemáticas. Así que fui a la sombra de un árbol.

Y siento que alguien se acerca hacia mí.

-Hola- dijo un chico tímido-. Dice mi amigo que le gustas- señaló a su amigo, este me saludo apenado.

Ay, que se hace en estos casos.

-Mh...- pensé mis palabras-. Gracias, no sé qué decir- soné insegura.

-Me podrías pasar tu numero- propuso.

-No- dije amablemente. Era obvio que le iba a pasar mi número a un tipo que ni idea quien era.

-Amigo, creo que ya te lo dejo bastante claro- rodeó Marco a este.

-No, creo que...

-Nada, ella no quiere nada con él. Ella no está para cualquiera.

UY.

Se veía decepcionado- ...Bueno, si cambias de opinión está disponible, y yo también.

Le sonreí-. Gracias.

-Ay si, gracias- me imito Marco-. Como hay gente que no entiende.

Yo me empecé a reír.

-¿De qué te ríes? ¿Te parece chistoso?- se sentó a mi lado.

Me reí más-. Me da gracia como eres con las demás personas.

-¿Haciendo tarea de matemáticas eh?

Suspire-. Si.

Me quito mi cuaderno- Yo te explico.

Todo lo que me explicaba tenía sentido y le entendía fácilmente.

-¿Cómo sabes tanto?

-¿Acaso no te queda claro que soy bueno para todo?

Rodé los ojos-. Si Marquito, ya me di cuenta.

-No digas Marquito.

Ahora me dan más ganas de decirlo- ¿Se puede saber por qué?

-Por que no- apretó los labios aguantando una sonrisa.

Comenzamos a hacer la mayoría de los ejercicios.

-Sabes, contigo todo es más fácil.

-¿Lo tomo como un cumplido?

-Puede, no sabes que, no. No voy a alimentar tu ego.

-Vaya, por poco y lo alimentas. Aunque no hace falta que lo alimentes, puedo pedirle a cualquier chica que me diga un cumplido y lo hará.

-Ah, pues vete con otra- dije indignada.

-No, porque otra no es como tú.

-Gracias Marquito- le dedique una sonrisa.

-¡Que no me llames así!- chillo.

En la tarde me la pase muy bien con Jacob, fuimos a la heladería y la pasamos ahí toda la tarde hasta que se hiso noche. Platicamos sobre la universidad y otros temas.

Antes de que digas adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora