III

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-Traje ropa limpia, tu celular está arreglado y tu auto como nuevo. Hablaba el rizado mientras se sentaba a un lado de Louis.

-Solo faltas tú. Tomó su mano y la besó.

-Despierta ya, por favor Lou... Su voz se cortó y hundió su cara entre las sábanas de la cama de hospital en la que reposaba el ojiazul.

Habían pasado dos semanas desde el accidente y elojiazul aún no despertaba, Louis fue trasladado al Vast Memorial cuando fueposible, por petición de Harry, él sabía que allí estaría bien y tenía razón, cadadía había al menos 3 personas, sin contar al rizado, visitando su habitación constantemente para cuidarlo y ver que estuviera cómodo en todo momento.

Los doctores decían que la lesión en su cráneo era la causante de que aún no haya reaccionado, para este momento Harry había pasado por varias etapas ya, había llorado de desesperación, había roto cosas en la casa que compartían, rezó aunque no fuera devoto, se aferró a los recuerdos que tenía en su memoria y ahora solo trataba de mantener su mente ocupada todo el tiempo.

Todos los días le hablaba al más bajito, tal como lo hacía normalmente, pero siempre terminaba llorando, comenzaba con un saludo, le hablaba de cosas que veía en el hospital mientras paseaba por los pasillos, comía a su lado y le contaba chistes imaginando su risa y luego cuando caía la noche se acomodaba en el gran sillón que estaba en la habitación.

El rizado no había ido a trabajar durante esas dos semanas, en realidad no había hecho nada más que no fuera cuidar de Louis y esperar pacientemente a que despierte.

Por otro lado, Zayn y Lottie pasaban todos los días, a veces comían con Harry y luego se iban a trabajar, del padre del ojiazul no había ni rastros y eso no era una sorpresa, ni siquiera en esta situación él se dignaría a aparecer.

Por otro lado, Zayn y Lottie pasaban todos los días, a veces comían con Harry y luego se iban a trabajar, del padre del ojiazul no había ni rastros y eso no era una sorpresa, ni siquiera en esta situación él se dignaría a aparecer

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- ¡Harold, ayúdame! Harold, no me dejes solo ¡Harold!

El rizado se levantó de golpe del sillón en el que dormía a revisar que Louis estuviera bien y con bien quiere decir vivo.

Durante los últimos días estaba teniendo una pesadilla recurrente que le estaba poniendo los nervios de punta, Louis estaba en el lugar del accidente, con sangre en su cabeza y sus ojitos suplicando por ayuda, pero Harry simplemente no podía moverse, ni hablar, en cambio, se alejaba y el ojiazul gritaba su nombre sin parar.

Jodido sueño, otra vez. Pensó luego de asegurarse de que su novio estaba bien.

Se frotó los ojos, revisó la hora en su celular y los mensajes nuevos que tenía, ese día tenía que ir a una reunión y por más que quisiera faltar, no podía hacerlo, suficiente trabajo tenía ya Niall sobre sus hombros como para encargarle que cerrara ese trato solo.

Niall y Harry eran mejores amigos desde la universidad, se habían conocido en la misma carrera y ahora eran socios. Luego del accidente, el rubio asumió las responsabilidades del presidente de la empresa sin mostrar una sola pizca de molestia.

Contra la mareaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora