Capitulo 1

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* BEEP, BEEP, BEEP...*
El pitido de mi despertador es lo primero que escucho por las mañanas, realmente ya me está agobiando y solo llevo una semana levantándome con el.
Eran las 7:30 de la mañana y yo me ya me estaba preparando para ir a la universidad.

Decidí darme una ducha ya que todavía hacía calor y me empecé a arreglar como cada mañana.
Decidid ponerme una camiseta blanca básica con unos tejanos anchos negros y un bolso.

Entraba a la universidad a las 9:00, todavía me quedaba una hora hasta entrar así que decidid ir a desayunar a la cafetería/librería que hay al lado de la universidad

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Entraba a la universidad a las 9:00, todavía me quedaba una hora hasta entrar así que decidid ir a desayunar a la cafetería/librería que hay al lado de la universidad.

- JENNIFER ME VOY YA!- grité a mi compañera de piso.
- VALE AMOR QUE TE VAYA BIEN- respondió ella.
Cogí las llaves de mi coche y salí de casa.
Me subí a mi coche de segunda mano, ya que estaba ahorrando para comprarme el coche de mi sueños, y me dispuse a salir del parking.
El viaje me lo pase cantando mis canciones favoritas de nirvana.

Cuando llegue a la cafetería me encontré con la misma camarera de siempre. La semana pasada me enteré que se llama Maya y que está estudiando y trabajando al mismo tiempo para poder pagarse sus estudios.
Es una muchacha de unos 23 años, alta, castaña y con unos ojos verdes esmeraldas preciosos, pero no es mi tipo.

- Hola Maya- dije con una sonrisa.
- Hola preciosa, que te pongo?- respondió con mi misma expresión.
- Emmmm un té matcha y un brownie por favor- respondí educadamente.
Ella asintió, pague y me dispuse a encontrar alguna mesa donde sentarme y algún libro con el que pueda disfrutar.
Encontré uno de mis libros favoritos "Cumbres Borrascosas" y decidí leerlo por decimoquinta vez. Nunca me cansaba. Soy una persona bastante romántica, cualquier novela empalagosa de amor siempre será mi perdición.

- Tu te matcha y tu brownie- me saco de mi lectura Maya con mi desayuno.
Le respondí con un movimiento de cabeza y una sonrisa.

Mientras leía y desayunaba, también escuchaba y observaba a la gente que entraba y salía de la cafetería. Soy una persona muy observadora y me fijo en cada uno de los detalles de una persona, mi madre siempre dice que soy tan curiosa que algún día me pasará factura, pero nunca le he hecho caso.

Escuche la campana de la cafetería por novena vez en la mañana, pensaba que entraría los típicos estudiantes, los clientes más comunes aquí, pero no fue el caso.
Entro una mujer de unos 36/37 años de edad, pelirroja con ojos marrones oscuros, toda vestida de morado y llevaba gafas de montura de gato transparentes. Con cada paso radiaba la confianza que tenía.
Deje hasta de comer, esta misteriosa mujer me había descolocado, me parecía tan curiosa.

Me di cuenta que llevaba un traje que por su apariencia debería ser bastante caro y de marca, con un cinturón negro con la hebilla dorada y unos tacones morados como toda su vestimenta.
Por su paso dejaba el sonido de sus tacones y un tercer "clack", era... un bastón? Si, si lo era, ese complemento le daba la apariencia de poder, junto a su color característico, mi abuela siempre decía que el morado era el color de la realeza, y a esta mujer le quedaba como un guante.

- Me pondrás un café negro- respondió con una voz dominante i fría.
- Algo más señorita?- respondió Maya con una cara de miedo que me hizo hasta gracia.
- No- respondió la mujer.
Maya le cobró y la mujer buscaba un lugar donde sentarse para disfrutar de su café, pero la cafetería estaba repleta y no quedaba ninguna mesa libre.
Así que decidí cederle la silla que había libre enfrente mío.

- Perdone, si quiere puede sentarse aquí, a mi no me molesta.- respondí yo lo más amable y educadamente posible.
La mujer se giró con cara de pocos amigos y asintió, y sin darme ni siquiera las gracias se sentó.

No podía dejar de mirarla, me intrigaba tanto, madre mía estaba perdiendo la cordura con esta mujer y no sabía ni su nombre, de repente su voz me sacó de su trance.

- Tengo algo en la cara?- pregunto con una clara molestia en su tono.
- Me intriga demasiado solo es eso, perdone señorita...?- respondí con el poco valor que quedaba en mi.
- Venable, Señorita Venable- respondió secamente.
- Perdone Señorita Venable- y ahí fue cuando corte el contacto visual, no podía aguantar más esa mirada tan penetrante.
Ella rio por lo bajo por mi reacción y se dedicó a observarme a mi y a mi libro.

- El es mas que yo misma, cualquiera que sea la sustancia de que estén hechas nuestras almas, la suya y la mía son iguales.- soltó de la nada, a lo que yo solo me la quede mirando a esos ojos marrones que ya me tenían adicta.

- Se lo ha leído?- pregunte yo con una curiosidad genuina.
- Es un clásico de la literatura inglesa, como no leerlo, no cree señorita...?- hizo una pausa esperando a que yo le diera mi nombre.
- Grey, Ángela Grey- extendí mi mano para estrecharla con ella.
Ella miro mi mano con una expresión indecisa, pero al final la estrechó conmigo, me creéis si os digo que sentí como una corriente recorrió toda mi columna vertebral?



( holaaaa, que os perece el rumbo que está tomando la historia??? Los comentarios están abiertos :) )

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