Primavera una de las estaciones más esperadas del año, más que nada para una chica de cabellos castaños, a esta le encanta esta estación, porque puede ver las plantas y flores en su mayor esplendor.
Algo clásico o común es ver a una chica perfecta pasar entre los pétalos de alrededor, pero este es otro caso...
Una chica un poco regordeta o así ella lo pensaba, pasaba en medio de la calle para dirigirse a su academia.
- ¡Miren quien viene pasando, es la gordaraka! -señalo con una sonrisa burlona una chica aparentemente popular y con la mirada dejaba ver su repugnancia hacia la contraria un poco pasada de peso.
Uraraka ochaco soportaba este trato ya que no queria preocupar a sus padres... más de lo que ya estaban por su situación económica, ella era bastante fuerte, pasaba en medio de los pasillos con risas burlonas y comentarios sobre su peso de fondo, no le tomaba nada de importancia, además ya se había acostumbrado, cada día el mismo... infierno.
Manteniendo siempre su bella sonrisa en su rostro y, su bondad era sin límites, eso lo sabían los que eran maltratados por los "populares", por esto es que la molestaban.
Este día cambiaria todo para ella, cosas del destino o quizás una casualidad muy buena y, merecida se la tenía uraraka por ser tan buena y soportar todo lo que le decían y hacían...
La realidad es que no solo la maltraron psicológicamente sino también físicamente, la citaban a lugares donde nadie los podrían ver y en ese instante comenzaba su más grande martirio, y tan solo por ser diferente a ellos... Por ser pobre y además pasada de peso.
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Todos los alumnos se encontraban en sus pupitres, charlando de cosas irelevantes hasta la llegada del maestro, detrás de este entro un chico un tanto bajo, de hecho era demasiado bajo para su edad, aunque lo que destacaba de el aparte de su estatura era su cara de niño además de su cabellera verde, entro temblando al recinto muy nervioso y emocionado, se le notaba en el rostro con movimientos un tanto rígidos como de robot.
- buenos días estudiantes, este es su nuevo compañero, preséntate -ordeno el maestro mirando fijamente al muchacho que estaba a su lado.
- un gus-tooo yo s-soy izuku midoriya, espero llevarme bien con todos -dijo todo de manera acelerada y la última frase la dijo en un tono bajo provocando así que sus compañeros no lo escucharán ni mucho menos le entendieran.
- bien midoriya siéntese al lado de uraraka -le señaló a la chica de cabellos castaños, Deku se encamino hacia uraraka, de un instante a otro no sabía lo que estaba pasando pero su nariz ya estaba a corta distancia del piso solo le dió tiempo para cerrar los ojos, esperando el impacto con el suelo, pero eso nunca pasó gracias a uraraka que lo sostuvo de la mochila, no es necesario explicar quien provocó que se tropezara, el causante de esa acción no fue más que otro que bakugo katsuki, dejándolo de lado y sin importar que le haría luego uraraka fue a ayudar al chico nuevo.
- ¿Estás bien? -con mucha preocupación en la voz le cuestionó la chica, a lo que él joven solo la miro con un brillo en los ojos, ese brillo nunca lo vio antes... la pelicastaña, la verdad le gustó que alguien tan lindo como izuku la mirara de esa forma y no como sus compañeros... Que la miraban con asco.
- muchas gracias por ayudarme uraraka -haciendo una reverencia para agradecer a la chica que lo ayudo.
- no es nada -apenada se puso la mano en su mejilla y la otra detrás de su nuca, dedicándole una bella sonrisa mientras desviaba la mirada, dejaron eso de lado ya que sus compañeros los miraron con rareza, se sentaron en sus lugares asignados.