Capítulo IV

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⚠  ANTES DE EMPEZAR: ¡ESTE FANFIC NO PROMUEVE,  NO HACE MENCIÓN, NI MUCHO MENOS APOYA LA PEDOFILIA! POR FAVOR GENTE, LO QUE QUIERO DAR A ENTENDER ES QUE EL TRIÁNGULO MANÍATICO ÉSTE SOLO QUIERE USAR AL NIÑO PARA DESTRUIR A FORD, Y A TODA LA FAMILIA PINES, ¿es un spoiler? Sí, probablemente, pero estoy harta y ninguno me dejó otra opción más que poner este comunicado ⚠ ABSTENERSE DE ESCRIBIR ALGO AL RESPETO. No borro el fic porque es algo preciado para mí, y por el apoyo que ha tenido, pero se están pando de vrga.




Capítulo IV: Caza frustrada

La linterna alumbra poco, los animales cruzaban enfrente de él, los primeros rayos del alba hacían su presencia, pensaba que había pasado por lo menos una hora buscando a su sobrino, y rezaba que no estuviera en las manos de aquel demonio estafador, que casi lo mata. Los trinos de las aves se hacían eco en el bosque conforme estas despertaban, y con ellas el bosque recobraba la vida dulce y peligrosa que se ensombrecía y apagaba con la caída de la noche, sin la protección de la madre luna, el cielo permanecía oscuro, las mezclas de colores no subían, las nubes se negaban a irse y a lo lejos de él el chapoteo del agua se hacía presente, la cascada caía majestuosa, con su sonido relajante, pero ni un animal se acercaba a aquel lugar, donde un pequeño castaño, se maravillaba con los peces que danzaban para él, que jugaban y chapoteaban, invitándolo a entrar, de colores llamativos y neones, con mutaciones fascinantes para el crío de siete años, quien se perdía en el espectáculo, que era cuidado por aquella triangular figura que lo observaba entre los pinos, mirando con satisfacción como ese niño era su llave al trono, y a la recompensa de la apuesta que esta seguro que ganaría.

"Fue más fácil de lo que pensé" Murmuró el triangular ser "Vamos pequeño saco de carne, ¡entra!" alentó -Tal vez no de la mejor manera-

Dipper había llegado distraído al lugar que parecía brillar con luz y magia propia, el ser triangular desapareció en un tramo de la recta final dejando a la esferita de luz que tanta curiosidad y felicidad desataba en el menor, un chapoteo llamó su atención, su mirada dejó de ver a la esferita que se evaporaba con el viento y pasó al estanque frente a él, con el calmo sonido de la cascada al caer, siendo pringado por el agua, una risilla salió de sus labios, risilla baja y casi nula, sus ojitos café se iluminaron en felicidad, ¡Miles de peces nadaban enfrente de él!, la paleta que estaba en su boca -cómo obsequio del ser sin nombre y aterrador- cayó de su boca al abrirse esta con sorpresa y fascinación, ¡Los peces salían del agua y nadaban en el aire!, con sus colores brillantes, y sus aletas embellecidas de colores lujosos, dorados brillantes, escamas de colores azul rey, pequeños guppys curiosos que revolotean a su alrededor, grandes peces luna que opacaban al astro madre, con cristales que se prendían con su emoción, rebosante de felicidad pura, con su mente centrada en esa parte mágica del bosque prohibido, y a su lado, en una pequeña roca, reposando con una carita triste una bolita de baba, muy viscosa suspiró, el menor chilló, pero cegado por su curiosidad y los murmullos que se colaban por la profundidad del bosque, lo siguió cuando este comenzó a entrar al estanque, sus pies tocaron el agua cristalina que se pico al contacto con piel, asombrada, exaltada, contenta de tener una nueva víctima.

¡Su trono estaba casi bajo él!, el estanque guiaba al niño, lo consumía, y no pensaba dejarlo irse tan fácil, le daba más y más cosas para que se entretuviera, más peces dorados, más guppys, pero parecía no ser suficiente para el niño que sólo se limitaba a observar, con algo de miedo, el fondo, sin caer en las redes que el estanque le lanzaba una y otra vez, el niño estaba estático, con las rodillas ya dentro del agua, sin querer avanzar, había perdido al pez borrón de vista, Cipher se maldijo, ¡Estúpido estanque!, no le quedaba más que hacer las cosas él mismo.

"Si quieres las cosas bien hechas hazlas tú mismo"

Y con un chasquido, un brillo apareció, en el fondo, llamativo y peligroso, cegando un poco al chico pines, un animalito rosa, con una sonrisa en su "rostro", estaba posado ahí, viendo fijamente al niño que lo observó con suma curiosidad, tan lindo y tierno, tan abrazable, corrió en busca de ese pequeño ser, era un niño después de todo, el agua trepaba de manera rápida por las prendas del crío, empapándolo, sus manitas estaban a punto de atraparlo, de llegar al ajolote que esperaba paciente por él, pero unas manos viejas y de seis dedos lo sacaron de ahí, con pavor y temblores, Ford tenía la respiración agitada, había corrido en su dirección cuando escuchó el chasquido, no le importo checar su alrededor, su prioridad era aquel niño curioso que a veces solía dejar de lado cuando estaba con su hermano y Mabel.

Lo dejó fuera del lago, con su mirada afilada y gesto molesto, viendo los temblores de su pequeño cuerpo, que le picaban con una gran culpa, pero no estaba dispuesto a ablandarse por el nene. "¡Dipper!" Su voz alzada sonaba desesperada y enojada "¿En que estabas pensando?, ¡¿Cómo se te ocurre entrar al bosque?! Y aún peor ¡A ESE ESTANQUE!" y contrario a lo que se esperó, unas lágrimas salieron de sus ojitos, el llanto se abrió paso por su garganta, y los hipidos se hicieron presentes, entonces Ford notó su error, le había gritado a la criatura más tierna, inocente y pura que había conocido nunca.

La bestia enfureció, su cervatillo no pudo ser cazado.

Ahora el pequeño lloraba por culpa de su pariente, los colores de su cuerpo cambiaban de amarillo a naranja para acercarse al rojo, explotando en ira, todo le estaba saliendo bien, y tenía que llegar seis dedos a arruinarlo, su enojo se vio reflejado en una explosión de luz que dejo todo quieto, y cegó al hombre, quien por primera vez le miró, con pánico, salió corriendo de ahí, con el niño en manos, directo a la seguridad de su cabaña, esa bestia estaba enfurecida, y no dudaría en matarlo.

O en matarlos.

𝐃𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐋𝐚 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐁𝐢𝐥𝐥𝐝𝐢𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora