Capítulo XIX

3K 429 27
                                    

Capítulo XIX:

El que diga que todo siempre se arregla, que lo jodan, nunca nada se arregla en su vida, no cuando tiene los ojos hinchados por llorar, ¿Otra noche en llanto?, no era sorpresa, no, nada se arregla cuando siente su nariz tapada, congestionada, no, cuando esta sentado en la puerta de la cabaña que lo ha recibido siempre, pero esta vez la puerta está cerrada, todo está oscuro en su interior, no hay vida dentro, y eso lo desconcertó cuando llegó, cuando tocó la puerta y él, no salió a recibirlo como siempre, el cielo estaba gris, y lloraba, lloraba con él, le hacía compañía en el dolor que su alma reflejaba, no era la primera vez, pero siempre le desconcertaba cuando frente a él, siempre aparecía una pequeña niebla, que crecía y crecía, que se asomaba por el bosque sombrío, oscuro y terrorífico.

Y en la oscuridad y blancura de la neblina, escuchó: "¿Nos volveremos a ver, verdad?" Claramente su propia voz, de las raras veces que su voz sale al aire, algo temblorosa, pero desconoce con quien habla, sabe que la niebla proyecta imágenes, pero aún así, a veces, son demasiado borrosas, como si quisieran desaparecer, como si las hubieran tratado de borrar, pero de igual forma, se contempla ahí, en lo que parece un ático, el mismo ático de la cabaña donde se encuentra esperando por su dueño, es pequeño, como de siete años, con la ropa y su barbilla manchada de un líquido negruzco, casi rojo escarlata, 'sangre' piensa, y no está muy lejos de la verdad, está balanceando sus pequeñas piernas que cuelgan del asiento en el alfeizar de la ventana, donde un triángulo lo adorna, el reflejo de la luz es rojizo atrás de él, no ayuda mucho al ambiente, parece, atardeciendo, casi las siete de la noche.

"Probablemente" El señor triángulo está frente a él, le contesta, no, no es peluche y eso a pesar de todo, después de varios 'recuerdos' porque sueños no son, se ha acostumbrado a verlo, está recargado en su elegante bastón negro, que se posa en el aire, como si hubiera un piso firme debajo, su bombín y su pajarita están pulcramente acomodados, imperturbables, su ojo posee una expresión que no puede comprender, cree poder leerla, pero no obtiene comprensión total, es como si le sonriera, como si estuviera feliz al estar en su presencia, pero hay un deje, si, pequeño deje de molestia, su color es más opaco de lo usual, como si quisiera tirar a un naranja o a un rojo, pero se queda ahí, también, prefiriendo ser de un amarillo apagado, como si no buscara espantar a su mini yo "Un día soleado, eso te lo puedo asegurar, pero donde y cuando no, pero nos encontraremos de nuevo, Pino" se divierte con el apodo cuando el niño arruga la nariz, se nota la burla en su voz, y deje de tristeza igual habita ahí, entonces, le acerca el plato de carne, parece cruda, bañada en el mismo líquido que mancha su ropa y su cara "Ahora, termina de comer, niño" ordena y con un brazo, que parece una cuerda, le limpia la cara, el niño ríe, sí, Dipper se sorprende a escuchar su risa, ¡porque está riendo de verdad! Y las lágrimas se acumulan en sus ojos, ¿él realmente reía? ¿Cuándo dejo de hacerlo?, porque el extracto exacto de ese recuerdo lo golpea con fuerza, el ser que está ahí aparentemente cuidándolo igual ríe, algo extraño y retorcido que le da un vuelco en las tripas, pero no se escucha peligroso, es como si creyera que su mini yo, presenciara algo sincero.

Pero se detiene, como un glitch en su cuerpo, y hace el amago de irse, el niño lo detiene, cuando alza su manita, se pone temeroso de repente, ya no está feliz, ha cambiado rápidamente a la preocupación – ¿Te vas ya? – ha perdido por completo la voz, y Dipper se estremece, así que ¿Mutismo selectivo?, se quiere golpear, claro, él no es mudo de nacimiento, se quiere golpear porque no tiene dañadas las cuerdas vocales, ellos le mintieron con eso, ¿había más mentiras entonces?

"Sí, me voy, pero regresaré" promete, el niño asiente, y cuando parpadea, todo queda en oscuridad, ha caído ya la noche y el silencio se abre paso cortado por su asustadiza respiración, el sonido de su corazón golpeando en su pecho, el niño no llega al foco para prenderlo, Dipper no puede ver nada, no se puede ver, pero escucha su llanto hasta que queda dormido, con el plato a su lado.

Y duerme llorando, como cada noche.

Y recuerda que lo llevo a esa situación, como siempre, cuando el recuerdo se desvanece con la niebla, cuando el sol golpea su cara, con la lluvia todavía cayendo, había llamado al señor triángulo -y le molesta no poder recordar cómo – porque se había queda solo, sus tíos habían salido con Mabel y ya no le extraña, en la ciudad siempre hacían eso, pero está seguro de que siempre vivió en la ciudad, y cuando los recuerdos le atormentan, comprende que nunca recuerda su infancia, nunca recuerda de los siete años para abajo, y cuando lo intenta, solo hay un vacío que se llena cada vez que la niebla aparece, el señor triángulo le había dado de comer, y no era la primera vez, recuerda, con imágenes en su mente, pequeños rastros de recuerdos que se pierden en su mente, y el señor triángulo, le había hecho compañía, siempre, como si temiera que al dejarlo solo, desapareciera, como si fuera un pequeño cervatillo que puede ser cazado....

Y se levanta, él no iba a llegar hoy, de eso estaba seguro, así que se retira, con los pies llenándose de lodo, decidiendo despertar, necesitaba procesar demasiadas cosas, deseaba, poder volver a reír como lo hizo, deseaba poder hablar con el señor triángulo si es que eso una vez pasó.

Deseaba poder volver a reír. 



Fin del tercer Arco

𝐃𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐋𝐚 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐁𝐢𝐥𝐥𝐝𝐢𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora