monsters at home

iv - final.

"Tiene razón, ¿sabes?", dice Liam en voz baja en el vestuario antes del entrenamiento de fútbol.

"¿Quién?" Louis se quita la camiseta sin cuidado y cae al suelo sucio. Liam la recoge apresuradamente y la dobla, colocándola con cuidado en el casillero de Louis.

"Stan. Tú has... has hecho lo correcto".

"Bueno, lo correcto me sienta fatal", dice Louis, cerrando su casillero de una patada. Su espinilla duele, pero no le importa. Lo disfruta, de hecho, y durante todo el entrenamiento de fútbol juega con la misma despreocupación, lanzándose a cada patada, corriendo hasta que el sudor ha empapado por completo su camiseta y hasta que le duelen los huesos y su entrenador le grita que se detenga porque acaba de chocar de lleno con uno de sus compañeros de equipo, pero apenas puede sentir dolor cuando lo que busca es el dolor.

"Louis, ¿qué demonios estás haciendo?" Su entrenador exige.

Louis está de rodillas en medio del campo, jadeando. Liam se pone a su lado con impotencia, y Niall se pone en cuclillas, con su brazo alrededor del hombro sudado de Louis, diciéndole que está bien.

"Lo siento, entrenador. Estoy jugando fatal", consigue Louis, su corazón palpitando en sus oídos. Nunca había corrido tan fuerte o rápido o violentamente en su vida.

"No, estás jugando brillantemente, pero has dejado al pobre Aiden allí con un moretón del color de una maldita nube de tormenta, y tienes sangre por todo el maldito balón de tus estúpidas rodillas". Louis mira hacia abajo. De hecho, sus rodillas están sangrando por todas partes.

"Yo... apenas me he dado cuenta", dice sin aliento.

"Esto es lo que vas a hacer... te vas a sentar en el banco y vas a beber un poco de agua y Niall te va a ayudar a remendar tus rodillas, ¿sí?". Niall asiente. "Liam, quédate en el campo. Sin Aiden, son la única defensa buena que me queda, y los necesito en plena forma para el sábado. Ya no hay que correr tanto, ¿me entiendes? No puedo tenerte sangrando por todo el puto campo".

Louis asiente y se arrastra hasta el banquillo, aceptando el brazo que Niall pasa por su cintura. Niall le arregla sus rodillas y le echa agua a la fuerza y no hace preguntas cuando Louis se queda callado y quieto. Le horroriza un poco, porque Niall nunca ha visto a Louis así. Louis juega un poco a lo loco a veces, pero nunca pierde el control. Nunca. No puede permitírselo... no con toda la presión que tiene encima de ser el mejor, el más brillante, el chico de oro.

Louis se imagina que Harry lo observa desde el otro lado del campo, por encima de la valla. No es así, y eso lo tranquiliza y le deprime aún más. Escupe en césped y entierra su rostro entre sus manos, codos apoyados en sus rodillas. Niall acaricia su espalda y no dice nada.

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Harry está fumando un cigarrillo, apoyado en la pared trasera del gimnasio con su patineta entre sus rodillas. Louis está dentro. Sabe que Louis está dentro. Hay un grupo de chicas sentadas en la valla frente a él. Lo miran de vez en cuando, susurrando y riéndose entre ellas. Harry levanta su barbilla hacia ellas, les hace un saludo poco entusiasta y ellas gritan su nombre, sonriendo. Harry mira a sus zapatos, unas zapatillas blancas desgastadas. Podría permitirse unas mejores.

Su teléfono vibra en el bolsillo trasero. Deja que su cigarrillo cuelgue de sus labios cuando va a contestar. Es Zayn.

"¿Quieres salir de aquí?" Zayn pregunta antes de que Harry haya saludado.

"Por favor".

"De acuerdo, ¿dónde estás?"

"Detrás del gimnasio, pero ve al aparcamiento. Estaré junto a la entrada. Conozco un lugar al que podemos ir".