HAUNTED

Capitulo cuatro.

Estaba asustada, Dinah no despertaba, le abofeteaba las mejillas para que reaccionara, tome su pulso y estaba normal, sus respiraciones estaban normales... solo no despertaba.
Voltee para todos lados asustada, no sabia que hacer, todo estaba oscuro.

-¡Que mierda le hiciste! -grite desesperada, pues no sabia que hacer o a quien culpar, pues algo la había jalado y votado a la pared- ¡Despiértala! -volví a gritar, pero una risa se escucho en el baño.

¡No! -una voz similar a un niño se hizo presente en la habitación, un escalofrío paso por todo mi cuerpo- Es mía ahora... -escuche alguien susurrarme al oído, esta vez la voz era de un adulto, gire rápidamente y no vi a nadie.

Ella es mía, no de ustedes -dije firmemente con el ceño fruncido pero con miedo, no sabia contra quienes estaba luchando y me gustaba mas no poder ver, pues ver a alguien mas en esta habitación asustaba terriblemente, uno no ve fantasmas todos los días y estar atrapada con unos fantasmas no es lo mejor del mundo- por favor, regrésenmela.

Hmm, esta bien, nos divertiremos con ustedes... -giré rápidamente hacia Dinah a ver como estaba, seguí dandole bofetadas en sus mejillas, gracias a dios parpadeo y me miro, sonreí de la alegría y bese su frente, ya había despertado.

Normani... -susurro como si se hubiera acabado de levantar- ellos me tenían presa y me dejaron ir, somos libres... -tomo mi mano con debilidad y luego la apretó varias veces, yo negué con la cabeza y unas cuantas lágrimas recorrieron mis mejillas, bajando a su cara sin que me diera cuenta- ¿Que ocurre? -susurró confundida, yo solo negué con la cabeza.

No somos libres, Di -susurre ayudando a levantarse- no te querían devolver, y rogué para que te trajeran de vuelta -me veía con tanta preocupación que decidí cerrar los ojos, ya sabia que su discurso de que me salvaría ella empezaría, y es lo menos que me gustaría oír ahora mismo- ellos aceptaron, pero dijeron que se divertirían con nosotras-recargue mi cabeza en su pecho, pero luego me alejo, haciendo que abriera los ojos de golpe.

¡Dios mío no! -llevo ambas manos a su cabeza, y las paso de una forma desesperada hasta su cabello, enredando sus dedos entre su melena, sus ojos expresaban angustia y no dejaban de mirarme, solo contaba los segundos esperándolo, contaba los segundos para oírlo... solo contaba- ¡¿Y si te hacen daño?! -dijo de manera alterada, haciendo que diera un paso atrás- ¡¿Crees que podré vivir al saber que pude hacer algo?! ¡madre mía! ¡Debiste haberme dejado ahí! -lo dijo tan violentamente que me asuste al verla así. Nos quedamos paradas de enfrente, me hacia sentir mas pequeña de lo normal, ella respiraba agitadamente con el color rojo recorriéndole todo el rostro, tenía más miedo que a ella la volvieran loca o algo, tal vez este seria su juego, hacerla destruir lo que quería.

tranquila, ellos quieren verte enojada, tal vez hasta quieran ponernos en contra -susurre tomándola de los brazos, pasando mis manos hasta sus codos y de ahí hasta sus manos, para entrelazarlas y pasarle un poco de calma, que entendiera que es importante seguir las dos vivas- ¿crees que sería fácil para mi vivir sin ti? -susurre mirándola, mientras ella agachaba la mirada- no seas egoísta con eso y metete esto en la cabeza, salimos las dos o morimos las dos.

Eh-esta bien -asintió con la cabeza y nuevamente la risa de un niño recorrió mis nervios con escalofríos- ¿Que fue eso? -dijo ella mirando para todos lados, la puerta del baño se abrió, dejando ver un carrito de juguete, con dos barbies sentadas en el, pero ninguna tenía cabeza.

Bueno, las dos barbies son muy blancas para ser nosotras, ¿no? -reí nerviosa apretando las manos de Dinah.

Ahm si, al menos no usaron las nuestras -sonrío también nerviosa y corrimos a la cama para cubrirnos con las cobijas, todas esas pesadillas que alguna vez tuvimos, se hacían realidad... ¿como se despierta uno de esto?