Capitulo VII "la fortaleza de un corazon"

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Narrador

Siempre ha sido difícil poder ser tú mismo, el saber cómo reaccionará la otra persona después de saber quien eres en realidad, el demostrar tus sentimientos más profundos no debería ser tan pesado después de todo, se creería que debería libertarte,para nuestro querido hayabusa no fue el caso, después de lo acontecido con...ella, todo le estaba pareciendo el doble de cansado, había quedado como un tonto al por fin sacar todo lo que traía dentro de si, y francamente se preguntaba si había valido la pena o no.

Hayabusa se encontraba meditando en el templo donde siempre había estado junto con su maestro desde que era niño, después de todo lo que había pasado necesitaba un descanso, despejarse de todo aquello que lo tenía pensando todo el tiempo, y ese lugar siempre había sido el indicado para calmarlo.
Apenas había empezado a entrar en concentración cuando una voz chillona y tierna lo saco de todo su avance, dejando su pose tranquila para voltear a ver hacia la portadora de esa voz que conocía muy bien.
-¡Hayabusa!, ¿porque te has estado escondiendo de mi? ¡Te he buscado por todo el pueblo!- dijo de manera ruidosa y sonriente la joven de cabellera plata y kimono azul celeste.
-No me estaba escondiendo, quería despejarme- Dijo él resignándose a que ya no podría estar en paz.
-Bueno en ese caso que mejor tranquilidad que llevándome a la feria anual de fuegos artificiales, Ya tengo mi vestido ¡Y es hermoso!- Dijo Kagura de manera emocionada acercándose más hacia él.
-No se si iré Kagura,  a decir verdad no tengo ganas- dijo Hayabusa mientras se dirigía a apagar el incienso que había prendido minutos antes.
-Por favoooor, ve conmigo ¿si? No quiero ir sola, nos la pasaremos muy bien, no soporto verte triste, ¿Que dices?- Dijo de manera convincente Kagura ,para después tomarlo del brazo y verlo de manera suplicante.

Al ver que él no emitía respuesta alguna agregó
-Iremos como amigos si quieres- Dijo Kagura.

-¿Porque querrías ir conmigo? Podrías ir con alguien más- Dijo Hayabusa tratando de safarse de esa situación.
-Porque eres mi amigo, y me tiene muy preocupada tu actitud, has estado actuando muy triste, y sé que esto te animará-Diego Kagura decidida

-No soy bueno para fiestas, lo sabes- Soltó Hayabusa de manera cansada.

-Por favor, siempre hay una primera vez para todo, no puedes perdértelo, además, no confío en ir con nadie más que en ti-Dijo para después aferrarse más a su brazo.

Al verla Tan decidida no tuvo de otra que aceptar, sabía que ella nunca quería un no por respuesta, y si no se lo daba no lo dejaría en paz nunca.

-Esta bien, iré contigo- Emitió Hayabusa rindiéndose, después de todo ¿Que podría pasar mal? La mujer que amaba parecía nunca querer perdonarlo, y solo acompañaría a una amiga de toda su vida, todo tendría que salir bien.
-¡Ay, que emoción! Nos la pasaremos muy bien ya verás, pasa por mi mañana temprano, ya verás mi vestido, es hermoso de verdad- dijo ella para despedirse con la mano para después salir de ahí casi brincando de la alegría.
Él por su parte no estaba convencido de toda esa idea, realmente nunca había ido a una fiesta, desde que era un niño había vivido para una sola cosa, la misión que le había sido otorgada, la que había sido obligado a cumplir con la vida, después de todo, así debe de ser la vida de un ninja, ¿no?.

Rendido y agotado decidió irse hacia su hogar, no había ninguna razón para quedarse ahí, él sabía que ahora le sería aún más difícil poder lograr la paz total.
Yendo hacia su casa se dispuso a pensar sobre el tema, realmente aunque le costara admitirlo estaba algo nervioso, no sabría cómo actuar en una festividad, le emocionaba algo la idea, pero no querría actuar como un tonto en medio de todos, además, su trabajo como ninja nunca terminaba, por más que quisiera quitarse su máscara y olvidarse todo actuando como un ciudadano normal, le era imposible, él debería llevarla siempre.
Eran tantas cosas que no había pensado cuando acepto ir, ahora que lo imaginaba, sería algo muy nuevo y raro para él.

Cuando llego a su casa, subió hacia su dormitorio y se tumbó en su cama, la obscuridad de su misma habitación le hacía aflorar más sus sentimientos, a decir verdad, no recordaba la última vez que había disfrutado de un carnaval, de jugar como otros niños, de comer comida chatarra, de divertirse en un juego o de ver una función de Fuegos artificiales, nada de eso le había sido permitido desde que nació, llevaba una dieta estricta, no le permitían jugar, y desde que tenía memoria los entrenamientos siempre fueron parte de su vida. Ahora que recordaba, su vida no fue normal, él había sido criado para matar, para ser un ninja, y no sabía cómo sentirse al respecto, era un sentimiento muy raro.

Después de pensar todo aquello empezó el sueño a dominar su cuerpo y su mente, pidiéndole descanso, pero entonces, su mente tomó otro rumbo, viniéndole a su cabeza eso que no lo había dejado dormir en días, Ella...

¿Ella también iría a eso? Y si así fuera, ¿Con quien iría?

Flores ArtificialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora